El Cine Club Santa Fe Cine América celebra 72 años de actividad ininterrumpida, convirtiéndose en una de las instituciones culturales más longevas y consistentes del país. En diálogo con Aire, su presidente, Guillermo Arch, destacó el valor histórico del espacio y los desafíos actuales que enfrenta tanto la producción audiovisual como la red de cineclubes en Argentina.
“Somos el único cineclub que nunca interrumpió su actividad”, subrayó Arch, recordando que este tipo de espacios no solo proyectan películas, sino que mantienen viva la diversidad cinematográfica, alejados de la lógica comercial dominante. Gracias a tener su propia sala, el Cine Club puede sostener ciclos temáticos variados: cine de terror, cine de género, cine de autor, documentales y propuestas académicas. “Buscamos pasar todo lo que consideramos buen cine”, explicó.
Uno de los puntos centrales de su gestión es la reconstrucción de la Federación Argentina de Cineclubes, un esfuerzo que cobró fuerza en el aniversario número 70 del club. A partir de ese impulso, se generó una red con cineclubes de Rosario y Reconquista, consolidando una red alternativa de exhibición que crece con fuerza en un contexto adverso.
Arch también advirtió sobre las dificultades que atraviesa la industria cinematográfica en el país. “La estructura de subsidios fue atacada y eso se siente en todos los niveles”, afirmó. Aun así, desde el cineclub se sigue apostando al cine como experiencia colectiva, cultural y formativa.
En este contexto, la reciente reapertura del debate sobre la Ley de Cine de Santa Fe en la Cámara de Diputados es una señal de esperanza. Uno de los puntos del proyecto propone la creación del primer festival internacional de cine en la provincia, una deuda histórica para Arch. “A Santa Fe le hace falta un festival, por la historia que tiene: es la cuna del cine documental, tiene dos carreras universitarias de cine y un cineclub activo desde hace más de siete décadas”, afirmó. “Vivimos esta falta como una carencia real”.
El aniversario 72 del Cine Club Santa Fe no es solo una celebración del pasado, sino también un llamado a sostener y ampliar los espacios donde el cine siga siendo arte, pensamiento y encuentro.
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