En el corazón de la ciudad de Vera, una bandera argentina señala la entrada a una despensa ubicada sobre calle Santa Fe, el cartel que se ubica en la puerta indica los productos que se pueden conseguir. Los vecinos entran y la campana suena para avisar a los dueños que un cliente llegó.
Carlos Fleita optó por desprenderse de los animales y hoy atiende la despensa familiar que se ubica en la parte delantera de su casa.
Maiquel Torcatt / Aire DigitalEn el mostrador Carlos Fleita atiende a los que llegan con una sonrisa tímida. Este hombre de 53 años que hasta hace poco atendía a sus vacas hoy se traslada con agilidad detrás del mostrador de la despensa familiar que eligió sostener.
A raíz de los gastos que la sequía generó a su economía, Carlos tuvo que optar por un modo de subsistir: el campo o la despensa.
Luego de 14 años de trabajo, optó por la segunda salida. Y es que la falta de agua y de soluciones, fueron dos factores esenciales que lo ayudaron a decidir.
Atrás quedaron los días de arreado y de alimentar a sus animales. Fleita llegó a tener un total de 60 cabezas en su 14 años de trabajo. Sin embargo, en los últimos diez meses las condiciones climáticas lo obligaron a desprenderse de a poco de sus vacas.
En octubre del año pasado vendió 30 con la idea de sostener el resto hasta que la situación cambiara. "Quise aguantar pero no pude. Quede sin nada, así que vamos a ver que se puede hacer más adelante y, sino, nos mantendremos con el negocio", contó en diálogo con AIRE en una entrevista con Luis Mino.
El ex productor reconoció que muchos conocidos perdieron los animales mientras que otros optaron por malvender las pocas cabezas que le quedaban para dejar de endeudarse.
Sobre las lluvias que se registraron en las últimas semanas Fleita aclaró que algunos siguen peleándola. "La lluvia vino para bien, pero pasto no hay. Los que la están peleando están gastando un rollo de alimento que sale 40 mil pesos. No dan más, están vendiendo una vaca para comprar alimento",
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A pesar de que se registran lluvias esta no tarda en escurrir. "Así como llueve en dos días o tres ya no hay agua", explicó el productor que estimó que tiene que llover más de 100 mm en la región para que la pastura se recomponga en 20 días. "Hoy está verdeando pero pasto no hay nada y hay que esperar", agregó Fleita que destacó que en caso de que las condiciones climáticas se sostengan como en los últimos diez días, los productores tendrán asegurada una buena pastura para octubre.
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