Esta semana, un mensaje de Jesús Pérez de la Asociación de Pescadores de Santa Fe advirtió a AIRE por el aumento de palometas en la Laguna Setúbal. El mismo contenía una foto de una gran cantidad de pescados de esta especie y un audio en el que afirmaba que es "impresionante" la cantidad que hoy encuentran en la zona y que afecta su trabajo. "Fuimos a hacer una calada de malla y nos dejaron las relingas, porque se comieron todo las palometas", comentó.
Ante esta información, Pablo Scarabotti, investigador del Conicet y especialista en ecología de peces, habló en el programa Pasan Cosas y explicó por qué se da este fenómeno y qué otros factores se deben dar para que las palomas aparezcan en zona costera, a los que hay que estar atentos para prevenir posibles ataques.
¿Por qué hay un aumento en la población de palometas en la Laguna Setúbal?
Scarabotti manifestó que las palometas son parte de la fauna local, y que pasan prácticamente todo el año viviendo en aguas de Santa Fe. "Es una especie nativa y hace millones de años que vive en nuestras aguas. Tienen un rol ecológico, son depredadores y mantienen el equilibrio de esta diversidad de peces que tenemos acá", agregó.
Especificó que existen tres especies de palometa: una se encuentra en la laguna, otra en el río y una tercera que “viene de veraneo”. "Esta tercera especie, cuando hay crecientes extraordinarias como las que hubo el verano pasado, suele aumentar en abundancia porque la creciente favorece su reproducción", dijo el especialista y argumentó así el fenómeno que hoy se da en la Laguna Setúbal y en la región.
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Detalló que la última creciente hizo que aumentara "una de las especies un poco más activa, que estuvo presente durante todo el invierno", pero que en ese período no necesitó alimentarse. Y agregó que ahora, con el aumento de las temperaturas, las palometas están por entrar en su período reproductivo y necesitan alimentarse en cantidad a partir de otros peces. Esta es la situación que hoy se está dando y que advirtieron los pescadores.
"Calan sus redes y las palometas se comen a los peces que están atrapados. Son especies que tienen un comportamiento contagioso y si hay una que se está alimentando de un pez se van todas juntas y junto con los peces dañan las redes y en horas no queda nada. Los pescadores saben que si hay palometas hay que calar la red y sacarla a las horas para que no ocurra esto", agregó Scarabotti.
¿Qué va a pasar en el verano?
Consultado por qué va a pasar en el verano santafesino que está próximo y que ya se hace sentir con altas temperaturas para esta altura del año, el especialista indicó que nunca se sabe qué es lo que puede deparar el río, porque todo depende de varios factores a la vez. Pero afirmó que "dadas las condiciones presentes, de agua baja y temperaturas altas, es esperable que la abundancia de palometas permanezca y sigamos con este inconveniente entre los bañistas y los pescadores”.
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La gran cantidad de palometas en la laguna Setúbal alertó a los santafesinos.
¿Cuáles son los factores que provocan la aparición de palometas en las cosas y que pueden causar posibles ataques?
En línea con esto, Scarabotti recordó que "estos animales están en todos los lugares, pero son noticia cuando se cruzan con la gente". “Nosotros estamos en una zona con una alta diversidad de peces. En el río Paraná viven unas 350 especies de peces distintas, o sea, el que se va a bañar sabe que bajo el agua hay una diversidad enorme, porque estamos en el continente con mayor biodiversidad de peces que hay. Los peces nos dan un montón de servicios, hay un montón de peces que son fuente de alimento, pero también hay otros impactos y tenemos que tratar de convivir con estas especies”, explicó.
Y si bien los factores que determinan la aparición de las palometas en la costa son la temperatura ambiente, la poca disponibilidad de alimentos y la mayor densidad de estos peces en el agua, el científico prefirió ser muy práctico al momento de brindar una recomendación para prevenir posibles ataques. "Hay un dato que surge de la observación y es que si hay temperaturas de 30 grados persistentes por una semana o más, el agua empieza a recalentarse por encima de cierto nivel y ahí es donde se dan los ataques a las personas”.
Insistió entonces en que "es poco probable que ataquen a bañistas con las temperaturas que se están registrando estos días" de finales de octubre. "A veces se dan en enero esas semanas con 35 grados sostenidos", ejemplificó y sentenció que es fundamental estar muy atentos al primer ataque que hay, ya que suelen comenzar con pequeñas mordidas. "Con una respuesta rápida se pueden evitar muchos inconvenientes", cerró.