El Instituto Superior de Profesorado N° 8 "Almirante Guillermo Brown" forma profesores de educación especial desde hace 40 años. En este largo recorrido la mirada sobre la discapacidad se transformó y, a la vez, cambió la perspectiva y el rol de los docentes que la abordan.
En las últimas décadas, la mirada sobre la discapacidad se transformó en el marco de un proceso, aún inconcluso, que va desde el modelo de rehabilitación o médico, que ponía foco en el diagnóstico y en las dificultades de una persona para adaptarse al entorno; al modelo social que entiende que el problema no está en el individuo sino en las características de un ambiente preparado sólo para determinado estándar de personas.
En este nuevo paradigma aparecen claros ejes de acción: el reconocimiento de derechos, la no discriminación y el desafío por crear una sociedad accesible para todos.
Estas profundas transformaciones implican también renovar la educación, no solo de los niños y adolescentes con discapacidad sino también la educación de sus formadores.
La preparación de los futuros docentes de educación especial cobra así relevancia, en una búsqueda constante por adaptar las trayectorias curriculares a los nuevos tiempos, renovando miradas y accionando el cambio.
En este contexto, el ISP N°8 “Alte. Guillermo Brown” de Santa Fe recibe en sus aulas a estudiantes del centro y norte de la provincia que se preparan para ser profesores de educación.
Con 53 años de vida la institución es considerada un centro de referencia en la formación de docentes de modalidad especial ya que es una de los dos únicos establecimientos a nivel provincial que cuenta con tres carreras con una base común y tres orientaciones: en Sordos e Hipoacúsicos, en Ciegos y Disminuidos Visuales, y en Discapacidad Intelectual.
Además, “el Brown” fue pionero en la incorporación de estudiantes y docentes con discapacidad, y puso en marcha distintos dispositivos de accesibilidad como la conformación de equipos de interpretación para personas sordas o talleres de acompañamiento. “Hacemos carne lo que enseñamos”, aseguran sus docentes.
“En el año 2003 hay un momento de quiebre porque se implementó lo que en ese momento fue el nuevo diseño curricular, en un momento en el que se estaban dando cambios importantes en los enfoques sobre la discapacidad con el advenimiento de una primera etapa del modelo social”, relata Andrea Fernández, coordinadora del profesorado de Educación Especial con orientación en Sordos e Hipoacúsicos.
“Cada paradigma tiene una renovación terminológica -detalla- una nueva manera de mirar al sujeto y una forma particular de pensar la didáctica y la educación especial. En esta nueva perspectiva la persona con discapacidad se piensa como un sujeto de derechos y esto tiene implicancias importantes para la formación docente”.
Andrea junto a sus colegas Florencia Ferreyra, coordinadora del profesorado con orientación en Discapacidad Intelectual, y Soledad Pulen, coordinadora del profesorado con orientación en Ciegos y Disminuidos Visuales; consideran que cualquier docente, de cualquier nivel y modalidad tendría que poder dominar ciertas cuestiones al respecto de la educación especial para poder pensar responsablemente propuestas que incluyan a todos los alumnos.
“Creo que ahora la educación especial está más visibilizada, antes quedaba como escondida. Hoy se le está dando importancia e interés. Son los mismos profesorados de nivel los que nos piden actividades y herramientas, y eso nos llena de satisfacción porque significa que lo que hacemos da fruto”, se enorgullece Florencia.
“Trabajo en escuelas de todas las modalidades y a nivel universitario desde hace 18 años, puedo ver que se experimentan cambios positivos en términos de inclusión educativa, hubo muchos avances aunque también se perciben resistencias y vacancias. Creemos que hay cosas que dependen de nosotros y otras que no. Nosotras estamos trabajando en todas aquellas que podemos transformar hasta encontrarnos con un límite porque hay diseños y decisiones que nos trascienden”, agrega Andrea.
En este sentido, las profesoras resaltan que actualmente los planes de estudio están desactualizados. Por un lado porque se está transitando una segunda fase del modelo social de la discapacidad, y también porque en los últimos años tuvieron lugar importantes modificaciones a nivel normativo y de transformación de las políticas educativas que necesariamente se deben reflejar en la formación tanto de los docentes de nivel como en la de los de educación especial.
“Tenemos desafíos constantes porque los diseños curriculares obsoletos hacen que los profesores tengamos que actualizarnos por fuera, en base a lo que va sucediendo, para brindar a los estudiantes la preparación óptima en su campo laboral. Si bien esta casa de estudio tiene excelencia en la formación de profesionales, no se puede dejar esta tarea librada a la interpretación y al trabajo voluntario y singular. Esperamos que no esté lejano el día de la renovación curricular”, finalizan.
A partir de la necesidad planteada por los mismos alumnos de los distintos profesorados de la institución, la Asociación Cooperadora del ISP N°8 “Alte G. Brown” organizó el ciclo de formación “Educar en clave de derechos y convivencia. Encuadres y recomendaciones para pensar aulas accesibles”. Un espacio de tres encuentros que dará inicio el próximo 29 de agosto. Entre los expositores que protagonizarán el ciclo se cuentan Hugo Fiamberti, Marcelo Escalas, Gabriela Bruno, María José Borsani y María Elena Festa.
“La propuesta surge porque nos encontramos con la paradoja de que dentro de nuestro instituto, desde el cual se forman profesionales en educación especial, los profesorados de nivel expresan que carecen de herramientas teórico-metodológicas para poder desempeñarse en un futuro dentro de aulas inclusivas bajo la perspectiva del modelo social de la discapacidad”, dice Juan Carlos Chetti, presidente de la cooperadora.
El objetivo de la iniciativa -que acredita puntaje docente y fue declarada de interés por el Ministerio de Educación- es aportar conocimientos, reflexiones y aportes teóricos para la reformulación de los diseños curriculares.
“El ciclo -aclaran los organizadores- está destinado tanto para docentes y estudiantes del Instituto como para docentes de otros establecimientos y el público en general porque creemos que lo que tiene que ver con la discapacidad, la accesibilidad y la convivencia nos concierne a todos”.
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