El fenómeno de la sequía –que azota a la región centro del país desde hace tres años– deja consecuencias en la producción primaria, sobre todo la ganadería y la agricultura, pero también en los ecosistemas naturales y en los humedales.
La situación en la cuenca del río Paraná es crítica: la mortandad de peces en las lagunas es una muestra de la tragedia ambiental. AIRE registró imágenes de una gran cantidad de peces muertos –principalmente sábalos– a la orilla de la Laguna Del Plata, en la localidad de Vera y Pintado, departamento San Justo.
El ictiólogo Norberto Oldani explicó en AIRE que el fenómeno de peces muertos en las lagunas "es poco frecuente, pero pasa". Es una postal que se repite con frecuencia en épocas de sequíay escasez de lluvias. "Estos fenómenos son parte del clima, de las condiciones ambientales. Se da en el cauce del río Paraná, en las lagunas con más facilidad. Se calienta el agua, se reduce el ambiente de los peces y, por falta de oxígeno, mueren", afirmó.
"Esto pasa en todas las lagunas del río Paraná que están asociadas al cauce de los ríos. Pasa desde el sur de la provincia de Santa Fe hasta el norte. Pasa en las lagunas de los sistemas acuáticos del centro y centro norte del país porque, en general, los peces son poco resistentes al cambio de temperatura", explicó Oldani.
"La característica principal entre un ecosistema acuático y uno marino es el cambio permanente, cambia la temperatura, cambia la salinidad, cambia el PH, cambia la disponibilidad de ambiente, eso es un cambio permanente. El calor es un límite importante para la vida de los peces, y el otro límite es el frío. Hay peces poco tolerantes a las bajas temperaturas y poco tolerantes a las altas temperaturas, entonces se produce la mortandad", dijo el experto. "El sistema está adaptado, con miles de años de evolución, a esas condiciones", agregó.
Oldani remarcó que lo importante es la conservación de los reproductores. Y explicó: "Existen refugios naturales en donde los peces se protegen de las altas y bajas temperaturas. Eso está en los cauces de los ríos, en esta época que el río Paraná baja, los peces van y se meten en esos refugios, que son zonas más profundas, donde no hay velocidad de corriente, donde pueden pasar estos períodos de temperaturas. Son los lugares apropiados para conservar a los reproductores. Lo lamentable es que la gente va y pesca y está sacando a los reproductores más valiosos como los Sábalos, Dorados, o Surubíes", dijo el especialista a AIRE.
"Ahora estamos perdiendo una masa enorme de peces pero no los más valiosos del sistema. Son valiosos porque ya los teníamos, son muy abundantes y estaban disponibles. Pero los más valiosos de todos son los reproductores, esos mega reproductores que hay que son los surubíes, los dorados o los sábalos, y están refugiados donde hay agua, en el cauce principal del Paraná", contó. Y reflexionó: "La medida que se tendría que estar tomando de conservación es evitar que los pescadores que no asumen responsabilidades, los saquen desmedidamente a esos megaejemplares".
"Lo ideal sería poder limpiarlos pero, al menos por ahora, no hay acceso fácil”
Los peces muertos no están en tierra firme, por lo que no se puede ingresar a la zona con cualquier maquinaria. "Lo ideal sería poder limpiarlos pero, al menos por ahora, no hay acceso fácil, además de que los costos son altos. Cuando esos peces se empiecen a descomponer, se va a contaminar la laguna. Por eso cerraron el camping. Lo ideal sería sacarlos", dijo a AIRE el doctor en Ciencias Ambientales, Luis A. Espínola.
La mortandad de peces "viene aconteciendo hace ya tres años por el fenómeno meteorológico de sequía", señaló. Y dijo que está afectando a toda la cuenca del Plata. "La problemática en el norte de Santa Fe es que, por ejemplo, la Laguna del Plata se llena de agua de lluvias locales y, por el problema de la sequía, justamente hoy la laguna está en un proceso de contracción, de sequía", contó. "La poca agua produce desoxigenación y mortandad de peces", advirtió.
La laguna "El Cristal", un desierto donde antes hubo agua
La situación extrema de sequía y la faltante de lluvias por el fenómeno de La Niña sigue dejando postales desoladoras, sobre todo en el norte de la provincia de Santa Fe, donde gran cantidad de lagunas y arroyos desaparecieron en poco tiempo. Es el caso de la laguna "El Cristal" a pocos kilómetros de la localidad de Calchaquí, en el departamento Vera, que desde los primeros días de diciembre se convirtió en un verdadero desierto por la falta de agua.
En su recorrida por el norte de la provincia, el equipo de AIRE llegó hasta la Reserva Balneario "El Cristal", un paraíso que tiene aproximadamente 16 hectáreas, para captar las imágenes de lo que solía ser un espejo de agua y por los efectos de la sequía hoy es todo arena.
"Está muy triste nuestra laguna, se ha convertido en un desierto. Es bella igual, siempre fue linda, tenemos mucha sombra, pero lamentablemente el agua no llega y la lluvia tampoco. Tenemos esperanza de que vaya a llegar", dijo al móvil de AIRE Alejandra Paulón, encargada del complejo.
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