El club de barrio Villa María Selva festejó su 86° aniversario con bochas, música, feria, clases de baile y una réplica oficial de la Copa del Mundo.
La celebración por los 86 años de Villa María Selva no fue solo una fiesta: fue una reafirmación de la identidad barrial.
Con emoción, orgullo y una gran convocatoria, el Club Central Deportivo Villa María Selva (El Puchero), celebró este 11 de octubre sus 86 años de vida en el corazón del tradicional barrio de la ciudad de Santa Fe.
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En una jornada cargada de actividades, abrazos, música y recuerdos, el "Puchero" reunió a vecinos, socios, profesores y autoridades en un festejo que fue mucho más que un aniversario: fue un homenaje a la historia y al sentido de comunidad.
La bocha, emblema indiscutido del club desde sus inicios, fue protagonista junto con una propuesta cultural y recreativa pensada para todas las edades. Hubo clases abiertas de bachata, feria de emprendedores, bandas en vivo, DJs y hasta una cena show con comparsa incluida para cerrar la noche a puro ritmo.
“Este club desde sus inicios fue mucho más que deporte. Hoy las bochas siguen en auge y lo lindo es que se están sumando muchos jóvenes”, compartió con emoción Esteban Lerati, integrante de la Comisión Directiva.
Durante el sábado por la mañana, se realizó un acto oficial en la sede con la presencia de autoridades municipales y provinciales. “Estamos contentos por el acompañamiento, nos emociona ver cómo crece el club, cómo la gente se acerca y se vuelve a enamorar de este espacio”, agregó Lerati.
El profesor Cristian Tapia, a cargo de actividades físicas y artes marciales, destacó el abanico de propuestas que hoy ofrece el club: “Tenemos jiu-jitsu, boxeo recreativo, actividades para los más chicos... La idea es que haya algo para todos”.
En el último año, la Comisión Directiva trabajó intensamente en mejoras edilicias, con el objetivo de seguir fortaleciendo este espacio barrial como un punto de encuentro deportivo, cultural y social.
Uno de los momentos más emotivos fue la inauguración de un museo dedicado a la Selección Argentina de Fútbol, que se instaló en uno de los salones del club. Allí, los vecinos pudieron sacarse fotos con una de las cinco réplicas oficiales de la Copa del Mundo que existen en el país. “Queríamos que la gente tenga una experiencia distinta, que no olvide este aniversario”, dijo uno de los organizadores.
“Lo importante es que la gente disfrute, que el club siga siendo ese lugar que nos une y nos representa”, resumieron desde la organización.
La celebración por los 86 años de Villa María Selva no fue solo una fiesta: fue una reafirmación de la identidad barrial, de la fuerza del trabajo colectivo y de la importancia de los clubes como espacios de contención, inclusión y memoria.
Entre canciones, abrazos y recuerdos, el club celebró con sus puertas abiertas.
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