Una parte de la Costanera Néstor Kirchner de la ciudad de Santa Fe quedó prácticamente vedada por un camalotal de enormes dimensiones que llegó por la crecida del río y fue asentándose en ese sector de la Laguna Setúbal -desde la orilla y hasta los viejos pilotes- debido a la bajante extraordinaria del río. La situación fue advertida por los kayakistas que utilizan el espejo de agua para realizar actividades náuticas recreativas.
En diálogo con AIRE, la licenciada en Biodiversidad e investigadora de Conicet Santa Fe, Zuleica Marchetti, explicó que, en realidad, no son solo camalotes, sino que se trata de una formación compuesta por varias especies de plantas acuáticas: "La especie camalote debe ser una de las menos representadas en lo que estamos viendo. Hay una especie de camalote, pero es una especie arraigada. Allí hay tres o cuatro especies que son hidrófitas, flotantes, pero que tienen el hábito de arraigarse, ya sea a una margen o al fondo y por eso colonizan lugares playos".
La especialista explicó que llegaron a la Laguna Setúbal en noviembre, tras el período corto de lluvias que incrementó el nivel hidrométrico en el Puerto de Santa Fe. "Ese incremento hizo que algunas lagunas se limpiaran, y llevaran esas masas a las aguas corrientes, que han quedado enganchadas en los pilotes del ferrocarril. Y después de a poco se han ido acumulando masas de distintos tipos de vegetación, pero el 80% de lo que está ahí no son camalotes, sino otras especies arraigadas", reiteró.
Los relevamientos realizados por Marchetti junto con el grupo de trabajo de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (UNL) sobre el tipo de vegetación acumulada en la laguna, arrojaron que todas las especies encontradas comparten una particularidad: "Todas tienen una tasa muy alta de crecimiento, es decir que, en cada nudo de la planta, se emiten nuevos vástagos", razón por la cual esta formación avanza rápidamente sobre la superficie del agua y sobre todo en épocas de calor, formándose ese extenso manto sobre el pelo del agua.
Marchetti indicó que, más allá de la aparición de los camalotes, que se empezó a percibir como una problemática debido a los deportes náuticos que se practican en las costaneras santafesinas, esto es parte de "un proceso más grande que empezó hace tiempo".
"La realidad es que la Setúbal viene cambiando hace un montón de tiempo, y la presencia de la vegetación es lo que más se ve y es lo que detona el malestar público, pero hay muchos bancos que empezaron a formarse hace mucho tiempo y la vegetación lo que hace es colonizar eso que se expone", agregó.
Ante esta situación, la especialista opinó que, al tratarse de vegetación que no es parte del escenario usual de la ciudad, "cuando la laguna recupere sus valores, lo más probable es que esta vegetación se descalce y se vaya, porque hay mucha profundidad debajo".
"Si bien está pronosticado que la bajante siga un tiempo más, en algún momento no tan lejano los niveles van a tender a recuperarse, y en esa recuperación, la vegetación misma va a seguir destino natural porque no es ese el espacio donde usualmente coloniza", concluyó.
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