Videos enviados a AIRE muestran la presencia de alacranes en la Costanera Oeste. Riesgos, síntomas y medidas clave para prevenir picaduras, sobre todo en niños.
Imágenes registradas por vecinos dan cuenta de la aparición de alacranes en la zona de la Costanera Oeste, en medio de las altas temperaturas.
Vecinos de la ciudad de Santa Fe volvieron a encender la alerta ante la aparición de alacranes en la Costanera Oeste, en un contexto marcado por el intenso calor y sensaciones térmicas que rondan los 40°C.
A través de videos enviados al mensajero de AIRE, oyentes registraron la presencia de estos ejemplares en este espacio característico y tan visitado en esta época del año, una situación que genera preocupación por los riesgos que representan, especialmente para niños y niñas.
Si bien los alacranes están presentes durante todo el año, especialistas advierten que su población suele aumentar durante el período primavera–verano, sobre todo en noches de altas temperaturas. En ese contexto, recomiendan extremar las medidas de prevención para evitar accidentes.
Algunas especies de alacranes o escorpiones pueden resultar peligrosas para la salud humana. En la provincia de Santa Fe, la especie más común es considerada riesgosa, especialmente para los niños. Las picaduras pueden provocar cuadros graves e incluso letales, aunque son prevenibles y tratables si se actúa a tiempo.
Para reducir la posibilidad de encontrarse con un alacrán, se recomienda:
Si se detecta un alacrán dentro del domicilio, es importante extremar los cuidados: revisar la cama antes de acostarse, no dejar ropa en el suelo o sacudirla antes de usarla, y controlar el interior del calzado, especialmente el de los niños. También se aconseja separar la cama de la pared, cubrir las patas con cinta adhesiva ancha y evitar que sábanas o cubrecamas toquen el piso.
La especie más frecuente y peligrosa en la zona es Tityus trivittatus. Se caracteriza por tener:
Los ejemplares adultos miden entre 60 y 65 milímetros, son de color amarillento o amarillo amarronado y presentan tres bandas oscuras. Los más jóvenes suelen ser más rojizos.
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Se trata de un animal de hábitos nocturnos, que permanece oculto durante el día. Suele encontrarse en lugares habitados por personas, como grietas de paredes, pisos y zócalos, huecos de revestimientos de madera, detrás de cuadros, bajo muebles, entre ropa o calzado, y en desagües conectados a cloacas.
El dolor intenso en el sitio de la picadura es el síntoma inicial más frecuente. En especial en niños, pueden aparecer signos generales de distinta gravedad, como:
Las picaduras suelen ocurrir durante la noche y afectan con mayor frecuencia a los miembros inferiores. La evolución del cuadro depende de varios factores, como el peso, el estado nutricional y la existencia de enfermedades previas —asma, hipertensión, diabetes o patologías cardiovasculares—, además de la especie involucrada, la cantidad de veneno inoculado y la época del año.
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Ante una picadura de alacrán, se debe concurrir de inmediato al hospital más cercano para recibir atención médica. Mientras se realiza el traslado, puede colocarse hielo en la zona afectada para aliviar el dolor, pero no deben aplicarse remedios caseros ni demorar la consulta.
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