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Salud OMS | AIRE |

Tuberculosis: el 85% de los pacientes se cura, pero el subdiagnóstico es una amenaza silenciosa

La enfermedad es prevenible y curable, pero aún se subestima su impacto. La detección precoz y el acceso al tratamiento son claves para cortar la cadena de contagios.

La tuberculosis (TBC) continúa siendo una de las principales causas de muerte por enfermedades infecciosas en el mundo.

A pesar de los avances médicos y los esfuerzos globales, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que en 2022 hubo 10,6 millones de personas afectadas y 1,3 millones de muertes asociadas.

Cada 24 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Tuberculosis, una jornada que busca visibilizar el impacto sanitario, social y económico de esta enfermedad. Causada por la Mycobacterium tuberculosis, esta infección se transmite por vía aérea, principalmente a través de gotitas que quedan suspendidas en el aire cuando una persona con tuberculosis pulmonar activa tose, estornuda o habla. Aunque muchas veces se la relaciona con contextos vulnerables, puede afectar a cualquier persona, independientemente de su condición social.

Se calcula que una de cada cuatro personas en el mundo está infectada de forma latente: es decir, porta el bacilo sin presentar síntomas ni contagiar. Sin embargo, entre el 5% y el 10% de ellas podría desarrollar la enfermedad activa en algún momento de su vida. Este riesgo aumenta en personas inmunocomprometidas, con VIH, malnutrición, diabetes o consumo de tabaco.

Alta tasa de curación, pero con desafíos persistentes

La tuberculosis se puede prevenir y curar. La vacuna BCG es una de las herramientas fundamentales para reducir los casos graves, y el tratamiento específico con antibióticos logra curar al 85% de los pacientes que lo inician. Por eso, comenzar la terapia en etapas tempranas es crucial: no solo mejora rápidamente los síntomas, sino que también interrumpe la cadena de transmisión.

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El tratamiento suele extenderse durante seis meses y requiere un cumplimiento riguroso.

El tratamiento suele extenderse durante seis meses y requiere un cumplimiento riguroso.

El tratamiento suele extenderse durante seis meses y requiere un cumplimiento riguroso. La falta de adherencia puede generar recaídas y, aún más grave, resistencia a los medicamentos. La tuberculosis multirresistente se ha convertido en un problema creciente: solo en 2021 se reportaron 450.000 nuevos casos resistentes a la rifampicina, el fármaco más utilizado, lo que representa un aumento del 3% respecto al año anterior.

Síntomas, diagnóstico y el peligro del subregistro

Los síntomas principales son:

  • Tos persistente (a veces con esputo sanguinolento).
  • Dolor en el pecho.
  • Pérdida de peso, fiebre, debilidad y sudoración nocturna.

Sin embargo, estos signos pueden presentarse de forma solapada durante meses, lo que retrasa el diagnóstico y aumenta el riesgo de contagio.

Además, la tuberculosis suele confundirse con otras enfermedades respiratorias, lo que agrava el problema del subdiagnóstico, uno de los principales desafíos para controlar la enfermedad.

Aunque puede presentarse a cualquier edad, la mayoría de los casos afectan a personas adultas en edad productiva. El 95% de los diagnósticos y muertes ocurren en países en desarrollo. A pesar de los prejuicios, no es una enfermedad exclusiva de personas en situación de pobreza: el estigma social sigue siendo un obstáculo para el acceso al diagnóstico y al tratamiento oportuno.

Cada 24 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Tuberculosis, una jornada que busca visibilizar el impacto sanitario, social y económico de esta enfermedad. En ese marco, la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria reitera la importancia de la detección temprana y el tratamiento adecuado como pilares fundamentales para frenar el avance de la tuberculosis en el país.

Asesoraron: Dras. Jimena Falco (M.N. 137.203) y Carolina Baroni (M.N. 149.224), coordinadoras de la Sección Tuberculosis de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.

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