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El impacto de la tecnología en el deseo sexual y las relaciones de pareja

Cómo evitar que el uso de la tecnología influya en el deseo sexual. Las dinámicas de las relaciones de pareja en la era digital.

En un mundo donde la tecnología domina muchos aspectos de nuestra vida, las relaciones humanas no quedan exentas de su influencia. La psicosexóloga Victoria Güemes habló con el programa de radio Pasan Cosas de AIRE y reflexionó sobre cómo el uso excesivo de dispositivos electrónicos afecta el deseo sexual y la conexión en pareja, transformando no solo la rutina diaria, sino también los momentos de intimidad.

“Hoy, muchas parejas llegan al final del día agotadas, habiendo consumido toda su energía en resolver cuestiones laborales o familiares. En ese contexto, lo más fácil es optar por algo que no demande compromiso físico ni emocional, como ver una serie o navegar en redes sociales, antes que conectar íntimamente con la pareja”, explicó Güemes.

Este patrón, según la especialista, convierte a la tecnología en un factor que muchas veces distrae y limita el desarrollo de la comunicación profunda y el cortejo, elementos esenciales para mantener vivo el deseo.

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La tecnología: ¿aliada o distracción?

Para muchas personas, los dispositivos electrónicos pasaron a ser una parte fundamental de su vida cotidiana. Sin embargo, esta hiperconexión puede erosionar el tiempo compartido en pareja.

Güemes destacó que, aunque la tecnología ofrece herramientas valiosas, también genera múltiples estímulos que dificultan la conexión emocional. “Estamos tan acostumbrados a recibir un flujo constante de información y entretenimiento, que cuando se trata de un encuentro sexual, la falta de esa intensidad nos puede desorientar. La conexión sexual requiere otro tipo de estímulos, como el contacto físico y la comunicación emocional, que no siempre priorizamos”, afirmó.

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En un mundo donde la tecnología domina muchos aspectos de nuestra vida, las relaciones humanas no quedan exentas de su influencia.

En un mundo donde la tecnología domina muchos aspectos de nuestra vida, las relaciones humanas no quedan exentas de su influencia.

La especialista señaló que este fenómeno no distingue edades. “Ya no podemos pensar que es un problema de jóvenes. Pacientes de 50, 60 o incluso 70 años también consumen redes como TikTok, a veces más que los adolescentes. Esto demuestra que la tecnología no solo afecta a una generación específica, sino que atraviesa todas las etapas de la vida y las relaciones humanas”, indicó.

Cómo tomar conciencia del problema

Aunque el impacto de la tecnología en las relaciones no suele ser el motivo principal de consulta, a menudo surge en terapia como un tema recurrente. “Es común que uno de los miembros de la pareja diga: ‘No puedo hablar con él porque está todo el tiempo con el celular’ o ‘Ella sigue respondiendo mensajes del trabajo hasta altas horas’. Estas conductas afectan la dinámica de la pareja y generan una desconexión emocional”, compartió Güemes.

Para abordar este problema, la experta sugiere comenzar con un ejercicio sencillo: revisar el tiempo de uso de las aplicaciones. “Cuando las personas ven que pasan cinco, seis o hasta diez horas al día conectadas, muchas veces toman conciencia de cuánto tiempo se pierde y cómo esto impacta en su vida personal y de pareja. Ese es un buen punto de partida para reflexionar sobre nuestras prioridades”, comentó.

Estrategias para reconectar

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Güemes propuso varias estrategias para minimizar el impacto de la tecnología y fomentar una mayor conexión en pareja:

  • Establecer límites claros: “Pequeños cambios como dejar el celular en otra habitación durante la cena o evitar usarlo en la cama puede marcar una gran diferencia”, recomendó.
  • Crear momentos sin tecnología: Güemes recomendó períodos específicos sin dispositivos, como dos horas al llegar a casa, para favorecer la comunicación y el tiempo compartido.
  • Practicar el autocontrol: “A veces, basta con ser honestos con nosotros mismos sobre cuánto tiempo dedicamos a actividades en el celular que no son esenciales y reflexionar sobre cómo ese tiempo podría haberse utilizado para algo más significativo”, señaló.

Además, destacó la importancia de mantener el cortejo en la relación, incluso en parejas de larga data. “El deseo cambia con el tiempo, pero eso no significa que desaparezca. Cada pareja debe encontrar lo que funciona para ellos, ya sea compartir una charla, expresar sus fantasías antes del encuentro, o simplemente disfrutar de un momento de calidad juntos. Lo esencial es priorizar ese espacio de conexión”, puntualizó.

De la desconexión a la reconexión

El mensaje es claro: aunque la tecnología transformó nuestras vidas, no debemos permitir que reemplace los vínculos humanos.

“La tecnología puede distraer, pero también puede ser una oportunidad para reflexionar sobre nuestras prioridades y aprender a reconectar. La clave está en el equilibrio, en saber cuándo es momento de apagar la pantalla y encender la chispa del contacto humano”, concluyó.

En un mundo hiperconectado, tal vez el mayor acto de amor sea desconectar y mirar al otro a los ojos. Después de todo, la conexión más importante no necesita Wi-Fi.

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