Esta fue la segunda reunión particular —la primera se había producido en noviembre de 2011 durante la Cumbre del G20— con una agenda que incluía temas como integración comercial y posiciones arancelarias, terrorismo internacional en las Américas, el uso de la energía nuclear con fines pacíficos y la bancarrota de YPF, intencionalmente vaciada por la multi española Repsol.
Obama tenía información actualizada, provista por capitales americanos con participación accionaria en la petrolera argentina y sus servicios de inteligencia. La que más inquietaba al presidente norteamericano era que Repsol había ofrecido su paquete accionario a la petrolera estatal china CNOOC (China National Offshore Oil Corporation) y el acuerdo estaba al caer.
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Foto protocolar del encuentro bilateral de abril de 2012, cuando el presidente Obama manifestaba su preocupación por YPF y decía que “Cristina Fernández es una buena amiga”.
Vamos a reproducir libre y teatralizadamente la frase clave de Obama en esos encuentros bilaterales: “Podemos soportar que les compren trenes, autos y celulares, pero capitales chinos en Vaca Muerta, la mayor formación de petróleo y gas sale de Argentina y una de las principales del mundo, eso sí que no podemos permitirlo y puede afectar gravemente nuestras relaciones. Cortame a los chinos ”.
Esta anécdota fue relatada a este columnista por Atilio Borón, experto en relaciones internacionales y geopolítica, presente en Cartagena y durante una entrevista realizada en mayo de 2012, luego de que la Cámara de Diputados de la Nación habilitara con 208 votos afirmativos la expropiación de las acciones.
Esta escena no le quita mérito ni épica a una de las decisiones políticas soberanas más importantes desde el retorno de la democracia. Cristina Kirchner es quizás la última estadista en comprender la importancia de “la verdadera política” (que es la exterior) y de tomar decisiones para ampliar los márgenes de soberanía económica y operativa para la gestión.
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Hoy todos entienden, menos los legisladores de La Libertad Avanza y del PRO, que sin YPF bajo control estatal, sin promover inversiones y producción hidrocarburífera, sin obras para distribuirla a bajo costo y exportarla, sin posibilidad de fijar precios de referencia internos, no hay soberanía energética, no hay superávit fiscal, no hay calefacción, transporte ni producción, no hay futuro siquiera a mediano plazo.
Si el gobierno sigue poniendo en riesgo el principal activo del país para esmerilar a Axel Kicillof y ganar la elección más importante del año, si no hay consensos parlamentarios para ratificar el artículo 10 de la Ley 26.741 de Expropiación de YPF, seremos un protectorado americano, una colonia con himno, bandera, escarapela y efemérides propias, el condado más extenso del planeta, pero ya no un país.
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El Grupo Petersen es como la clase media: le paga mal al peronismo
Enrique Eskenazi era ingeniero químico recibido en la Universidad Nacional del Litoral, fue el gerente de la constructora Petersen, Thiele & Cruz S.A. y en los 90 se convirtió en presidente y principal accionista. La relación con la familia Kirchner inició por entonces, cuando el grupo se hizo del primer banco de provincia, el de Santa Cruz.
Enrique decía por entonces “Kirchner nos respeta porque le agarramos un banco hecho puré y que hoy genera dinero”. Actualmente bajo la dirección de Sebastián Eskenazi, es el agente financiero y receptor de rentas de los Bancos de Santa Cruz, San Juan, Santa Fe y Entre Ríos.
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La relación de los Kirchner con la familia Eskenazi se desvaneció con el correr del ejercicio del poder. Hoy esperan cobrar USD 4.800 millones por la sentencia de Preska a favor de Bruford Capital.
Fue Néstor Kirchner quien impulsó el ingreso del Grupo como empresa de capitales nacionales a YPF, como una manera de sumar un agente local para controlar un cuarto del total de las acciones, por las que los Eskenazi no pusieron ni un dólar y que irían pagando con la distribución de utilidades de la empresa; es decir que hicieron un negocio millonario con plata prestada, tomando créditos de seis bancos internacionales de primera línea.
Ese 25% accionario no fue expropiado en 2012 por el gobierno peronista, porque no era necesario para controlar la compañía y porque el mismísimo CEO de Repsol, Antonio Brufau, denunciaba por entonces a los Eskenazi por cobrar dividendos y no pagar, reclamando el retorno de esas acciones.
Al suspenderse la distribución de dividendos luego de la toma de control estatal, las españolas Peterson Energía y Peterson Inversora entran en quiebra y le venden el litigio contra el Estado argentino a una organización de especulación financiera internacional (Bruford Capital), por un total de USD 35 millones. Ese monto se convirtió en una demanda de USD 3.000 millones y en una sentencia absurda y violatoria de las leyes y atribuciones de un estado soberano por USD 16.100 millones.
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Este fue uno de los costos que peronismo paga por creer en el mito de “una burguesía nacional”, de leer más a Jauretche que a Cooke, al Cooke que en Madrid estrechó la mano de Jorge Antonio y le dijo a Perón: “Disculpe general, pero los millonarios no son radicales, peronistas ni conservadores, son millonarios y nada más”.
Hoy el Grupo Petersen se despega de la sentencia (en trámite en la Cámara de Apelación de los Estados Unidos) sin decir, al vender sus derechos en el litigio, que se reservó el cobro del 30% del total de lo que Bruford le cobre al Estado argentino. Y como son millonarios antes que patriotas, si el fondo cobrara USD 16.000 millones, obtendrían USD 4.800 millones del mismo modo que operaron la compra de acciones en 2008, sin poner un solo dólar.
El otro costo de privilegiar negocios: Vaca Viva, ¿gente muerta?
En plena ola polar, con medio país sin provisión de GNC y crisis energética por falta de mantenimiento e inversiones, con recortes en el abastecimiento en empresas y estaciones de servicio, los santafesinos entienden la importancia de controlar producción, costos, distribución y tarifas a través de una empresa testigo e insignia como YPF. El gobernador Maximiliano Pullaro impulsa la consolidación de Santa Fe en la cadena de valor de la petrolera, a través de la incorporación de empresas locales, industriales, comerciales y de servicios.
En marzo de este año, se realizó la primera edición de Academia de Proveedores en Rosario, una instancia de intercambio entre YPF y el gobierno provincial, con rondas de vinculación para más de 300 empresas santafesinas que buscan participar de los proyectos de desarrollo de Vaca Muerta. Acuerdos que peligran con la caída del 34% de la valorización bursátil de la compañía en el primer semestre del año y señales negativas como los $97.110 millones de pauta (el triple que en 2023) que se paga con recursos de la petrolera.
El crecimiento interanual en exploración y exportaciones de sale oil es una tendencia que, en YPF, sólo se verifica bajo control estatal y no cualquiera, la empresa más solvente del país aún podría malograrse.
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En plena crisis de provisión energética y con una demanda de +30% interanual, el gobierno liberó a través del Decreto 446/25 el precio del gas envasado del que se sirven el 46,3% de la población.
Pero el desmanejo de la ecuación energética, la desinversión y la falta de provisión suficiente y de calidad de energía en todo el país, también tienen consecuencias domésticas y dramáticas. Al cierre de esta nota se confirmó que las muertes por ingesta de monóxido de carbono aumentaron un 75% en el primer semestre del año, con 473 casos chequeados.
Lo que se explica por el aumento del nivel calórico habilitado por el gas transportado por ductos, autorizado por el gobierno de Javier Milei, como así también el corte con alcoholes que inhiben la sustancia que permite detectar pérdidas en aparatos domiciliarios, para darle más presión a las moléculas de gas y compensar la potencia de un gasoducto inconcluso y operando al 70% de su capacidad.
Es así que el poder calorífico del gas en boca de pozo, aumentado por petición de las empresas productoras y autorizada por Enargas, sin regulación ni tratamientos que protejan la salud de los y las argentinos, sólo sirve para asegurar negocios y termina perjudicando gravemente a los y las usuarias. Algo así como “Vaca Viva” y “gente enferma” o directamente muerta.