La elección detrás de la elección
Formalmente, Venado votará concejales. Pero en los hechos, se pondrá en juego algo más: la posibilidad de comenzar a delinear la sucesión del intendente Leonel Chiarella, quien, luego de dos períodos consecutivos frente al municipio, insiste en que este será su último mandato. La figura elegida para la sucesión es la de Juan Ignacio Pellegrini, actual concejal, quien busca renovar su banca encabezando la lista oficialista.
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La apuesta es clara: si el oficialismo consigue retener las tres bancas que pone en juego y alcanza un volumen de votos similar al de 2021, Pellegrini quedará instalado como el heredero natural. Si, en cambio, los números no acompañan, la pregunta será inevitable: ¿revisará Chiarella su promesa de no competir en 2027?
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Estas elecciones se pondrá en juego la posibilidad de comenzar a delinear la sucesión del intendente Leonel Chiarella.
La historia local ofrece advertencias. El anterior intendente José Luis Freyre (PJ) y el primer mandatario surgido en época de renacimiento democrático, Ernesto De Mattía (UCR) afrontaron terceros períodos que se convirtieron en epílogos deslucidos, arrastrando a sus partidos a prolongadas travesías por el desierto. 24 años le costó al radicalismo volver a la intendencia, posterior al frustrado tercer mandato de De Mattía.
Al peronismo, también le está costando horrores recomponerse luego de la última y deslucida gestión de Freyre. El recuerdo de esas experiencias pesa en el cálculo de Chiarella, que hoy ostenta niveles de aprobación considerables, pero también enfrenta los lógicos primeros signos de desgaste.
Entre la euforia y los tropiezos
Como sea, el oficialismo llega confiado. En 2023 arrasó con el 82% de los votos en la elección ejecutiva. Pero lo que lucía como una inercia favorable, en los últimos meses tuvo sus primeros tropezones. Tuvieron que recalcular sobre la marcha en proyectos emblemáticos —como la pista de atletismo o la reforma de Plaza San Martín— y enfrentaron un conflicto con el sindicato municipal que rompió una paz social que había costado años construir.
A esto se suma, el fuerte descontento de un importante sector de la población que fue votante de Unidos y hoy se encuentra desilusionado por las políticas provinciales. Nos referimos fundamentalmente al sector docente y judicial; a los jubilados provinciales en general y otros empleados estatales. Habrá que ver si ese descontento con el gobierno provincial termina pasándole factura a la gestión local.
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Y, por supuesto, el otro factor a tener en cuenta es el contexto de creciente apatía política a nivel nacional que se traslada a Venado Tuerto. La participación electoral cayó al 47,20% en los comicios de abril y nada indica que ese escenario vaya a revertirse el próximo domingo. Es cierto que hubo un factor determinante para que la baja participación en la elección anterior, por acá no hubo primarias y solo se eligieron convencionales. Aunque eso no alcanza para explicar la deserción de semejante cantidad de votantes.
Un símbolo de esto último, es la frialdad de la campaña. Los pocos debates que aparecen lo hacen tímidamente en las redes sociales, y no mucho más. Por eso, la apatía ciudadana amenaza con distorsionar cualquier pronóstico.
Oposición sin brújula
El contraste más notorio frente al oficialismo lo ofrece el peronismo, que atraviesa la peor crisis de su historia local. Fragmentado en al menos dos listas, las encabezadas por Sebastián Roma y Janina Ferreyra, el PJ corre el riesgo real de quedarse sin representación en el Concejo por primera vez desde 1983. Un hito tan simbólico como contundente, que dejaría al histórico partido al borde de la irrelevancia institucional.
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El oficialismo enfrenta una elección crucial: si repite, mejora o en todo caso, se acerca al rendimiento de la última elección legislativa del 2021 (logró el 55% de los votos).
El antecedente inmediato de la elección legislativa del 2021 muestra que le costó demasiado quedarse con una banca, y nada hace prever que el panorama pueda cambiar demasiado.
Mientras tanto, Ciudad Futura, que acá va separada del PJ, se consolida como la principal fuerza opositora. Tras su irrupción en 2021 con el 17% de los votos, ahora busca ampliar su presencia en el Concejo. Con Bruno Taddia encabezando la lista, que también va por la reelección, el espacio progresista intenta capitalizar el desgaste del peronismo y proyectarse como alternativa real.
El enigma libertario
Una de las grandes incógnitas de esta elección es el desempeño de La Libertad Avanza. Prima facie, el espacio liderado por Javier Milei contaría con el respaldo de un importante porcentaje de los votantes venadenses. Sin embargo, los antecedentes muestran que ese respaldo no se traduce fácilmente a figuras locales sin peso propio.
El dato más claro fue la elección del 14 de abril: en la categoría de convencional departamental, Lisandro Enrico arrasó con 17.409 votos (algo más del 58%), mientras que el libertario David Sanfilippo apenas alcanzó 4.062 votos (14%), posicionándose por debajo del PJ, que obtuvo 4.461 votos.
La sorpresiva y hasta ahora no explicada baja de la lista “Inspirar (Somos Vida y Libertad)”, encabezada por Alihuén Posetto, achica la dispersión del voto libertario, lo que podría favorecer a la lista oficialista, “Las Fuerzas del Cielo” (Marisel Fabbiani), y a “El Seleccionado (Moderado)” (Gonzalo Castro). Pero la duda sigue latente: ¿pueden las listas libertarias romper el techo que mostraron hasta ahora con dirigentes poco conocidos y sin experiencia política? La lista oficial libertaria encabezada por Fabbiani consiguió trascender algo más con un importante despliegue en campaña. Habrá que ver si alcanza para ser competitiva.
Fragmentación y apatía
Con nueve listas en competencia, la atomización es otro factor de peso. La dispersión opositora puede favorecer al oficialismo, pero también puede producir resultados inesperados si se combina con una baja participación. En ese escenario, cada voto cuenta y cada banca puede definirse por centenares —o incluso decenas— de sufragios.
Venado Tuerto espera la elección del domingo con una sensación contradictoria: el resultado parece cantado, pero nada está del todo asegurado. El oficialismo parte como favorito, pero enfrenta el dilema de la sucesión y las tensiones propias de un ciclo que ya lleva seis años en el poder. La oposición, por ahora, solo ofrece fragmentos de alternativa.
Lo seguro es que el resultado de las elecciones del 29 de junio tendrá resonancia más allá de Venado Tuerto. Es que por acá se engendró el novedoso y hasta ahora exitoso frente Unidos a nivel provincial. Es más, la figura de Chiarella es seguida muy de cerca por medios provinciales y hasta nacionales
En ese marco, el oficialismo enfrenta una elección crucial: si repite, mejora o en todo caso, se acerca al rendimiento de la última elección legislativa del 2021 (logró el 55% de los votos), el camino para Juan Ignacio Pellegrini hacia el 2027 quedará despejado.
Pero si los números no acompañan, el oficialismo deberá repensar el liderazgo. Y en ese escenario, nadie descarta que Chiarella decida volver a escena, aún a riesgo de emular los desenlaces fallidos de otros terceros mandatos.
Porque si Venado Tuerto fue el laboratorio donde Unidos construyó su capital político, también puede ser el escenario donde se mida su capacidad de renovación… y de supervivencia.