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Política trans | Santa Fe | Argentina

"No es una cuestión de sexo o genitales, es identidad de género": la historia de Luca y su derecho a ser

La historia de Luca demuestra que la identidad no se impone ni se mutila. Su familia lucha por su derecho a ser, en un contexto de negación de derechos trans.

El debate sobre las infancias trans en Argentina volvió a instalarse en la agenda pública tras la decisión del Gobierno nacional de prohibir los tratamientos de hormonización a menores de 18 años y la negativa a otorgar nuevos DNI con el cambio de género.

En este contexto, la historia de Luca, un niño trans de ocho años que vive en la ciudad de Santa Fe, es un testimonio clave sobre la importancia de la identidad y el acompañamiento familiar. En una entrevista en el programa Ahora Vengo, su mamá, Sabrina Rané, habló sobre el proceso de transición, los desafíos que enfrentan y la lucha por los derechos que hoy están en riesgo.

Un proceso de identidad, no de tratamiento médico

Luca comenzó su transición a los cuatro años, cuando expresó de manera sostenida que se identificaba como varón. "Desde que empezó a hablar, nos decía que era él", recordó Sabrina.

En un principio, la familia pensó que era una etapa o un juego, pero con el tiempo comprendieron que se trataba de una vivencia genuina. Buscando respuestas, acudieron a un psicólogo, quien tras conocer a Luca confirmó que el niño no necesitaba terapia ni tratamiento alguno. "Nos dijo que no era un problema ni para él ni para nosotros, sino simplemente su identidad", cuenta su madre.

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El Gobierno anunció la prohibición de los traslados de presos por cambio de género y la eliminación de la posibilidad de que menores de edad accedan a tratamientos hormonales.

El Gobierno anunció la prohibición de los traslados de presos por cambio de género y la eliminación de la posibilidad de que menores de edad accedan a tratamientos hormonales.

La situación de Luca es un ejemplo que desmonta uno de los principales argumentos esgrimidos por el gobierno nacional para justificar la prohibición de los tratamientos hormonales en menores.

"Lejos de lo que dice el presidente, mi hijo no se somete a ningún tipo de tratamiento ni cirugía", aclara Sabrina, y enfatiza que lo único que hizo fue acompañar la identidad de su hijo, sin intervenciones médicas ni procedimientos invasivos.

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El derecho a la identidad y la importancia del cambio registral

La Ley de Identidad de Género en Argentina permite a niños y adolescentes modificar su género en el DNI con el acompañamiento de sus representantes legales. Este trámite no requiere tratamiento médico ni intervención quirúrgica.

En el caso de Luca, su cambio registral se realizó en 2022, cuando su familia decidió adelantar el proceso debido a un vacío legal que complicaba la renovación de su certificado de discapacidad con su identidad autopercibida.

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"Fuimos al Registro Civil, nos garantizaron la figura del abogado del niño y realizamos el cambio", relata Sabrina. Sin embargo, advierte que este trámite ahora está en peligro con las nuevas políticas gubernamentales. "No sabemos qué va a pasar con la documentación de los menores que quieran hacer este cambio de ahora en adelante", lamentó.

La lucha cotidiana por el reconocimiento

El proceso de Luca no solo se vivió en el ámbito familiar, sino también en la escuela y en el club, donde su identidad debía ser validada y respetada. "Cada año tengo que reunirme con los docentes para asegurarme de que entienden la identidad de mi hijo y van a respetarla en el aula", explica Sabrina. La situación se repite en los espacios recreativos, donde la familia busca constantemente entornos que acompañen la identidad de Luca.

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El primer gran paso en la transición del niño fue su corte de cabello. "Él tenía el pelo largo, lleno de rulos, y siempre me preguntaba: 'Mamá, ¿por qué me veo como una nena?'", recuerda su madre. Cuando finalmente se animó a cortárselo, la emoción fue inmensa.

"Se miró al espejo y me dijo: 'Mamá, gracias. Yo soy Luca, ¿vos lo podés entender?'", relata Sabrina conmovida. Ese momento marcó, en palabras de su madre, su "segundo nacimiento".

Infancias trans: la historia de Luca y la importancia de una familia que permita ser

"Lejos de lo que dice el presidente, mi hijo no se somete a ningún tipo de tratamiento ni cirugía", aclara Sabrina, y enfatiza que lo único que hizo fue acompañar la identidad de su hijo, sin intervenciones médicas ni procedimientos invasivos.

Para Sabrina, este tipo de experiencias son una prueba irrefutable de que la identidad de género no se impone ni se modifica con tratamientos médicos. "Esto no es una cuestión de sexo o genitales, es identidad", afirma.

En su militancia dentro de la agrupación de Zadres –un colectivo de familias que acompaña a infancias trans–, sostiene que el verdadero trabajo está en el reconocimiento y la validación de cada identidad, sin forzar a los niños a encajar en estereotipos rígidos de género.

La violencia simbólica y el impacto de los discursos oficiales

Las declaraciones del presidente y la prohibición del cambio de género en menores generan un clima de incertidumbre y temor en las familias de infancias trans. "Me aterra salir a la calle con mi hijo porque no sé qué va a pasar con toda la desinformación que se está generando", confiesa Sabrina. La criminalización de quienes acompañan a niños trans –a quienes se los ha tildado de "pedófilos" o "abusadores"– ha profundizado el estigma y la discriminación.

"No mutilamos a nadie, no sometemos a ningún tratamiento a los niños. Lo que hacemos es acompañar y garantizar su derecho a existir", remarca. En este sentido, denuncia que el gobierno está deslegitimando una realidad que ya fue reconocida por el Estado en 2012 con la sanción de la Ley de Identidad de Género.

El impacto de estos discursos no solo afecta a las familias, sino también a los propios niños y niñas trans. "Luca es muy chiquito para hablar públicamente, pero entiende todo. Yo tengo que prepararlo para que pueda ir a la escuela, al club, y que nadie le diga nada porque sé que le van a decir", explica su madre. A pesar de su corta edad, el niño ya ha tenido que enfrentar cuestionamientos y comentarios despectivos, incluso por parte de otros niños que reproducen lo que escuchan en sus casas.

La resistencia y el valor de la comunidad

Frente a este escenario, el colectivo LGBTIQ+ y las familias de infancias trans han reforzado su lucha para defender los derechos conquistados. "Nosotros no podemos quedarnos sentados en nuestras casas", sostiene Sabrina. La movilización del 3 de febrero en defensa de la diversidad fue una demostración del poder de la militancia y el acompañamiento comunitario. "La marcha fue gigante. Necesitamos estar más unidos que nunca", enfatiza.

Sabrina también resalta la importancia de la información y el diálogo en las familias. "Yo no conocía a un varón trans hasta que mi hijo me dijo 'mamá'. Tuve que aprender todo de golpe", admite. Hoy, su militancia se basa en compartir su experiencia para que más personas puedan entender y acompañar estas realidades sin prejuicios.

Identidad y derechos: una lucha que no termina

La historia de Luca y su familia es solo una de tantas que hoy se ven amenazadas por la nueva política de negación de derechos hacia las infancias trans. La falta de reconocimiento institucional y los discursos discriminatorios ponen en riesgo la seguridad y el bienestar de muchos niños y adolescentes que, como Luca, solo buscan vivir de acuerdo con su identidad.

"Si tus hijos no tienen que luchar para que validen su identidad, tal vez nunca me puedas entender", reflexiona Sabrina. Y concluye con un mensaje claro: "Esto no se trata de una decisión de los adultos ni de un capricho. Se trata de dejar que los niños sean quienes son, con amor, respeto y derechos".