Las infancias trans ponen en evidencia lo arraigadas que están en la sociedad las estructuras binarias sobre el género. Hay familias que lo viven con muchísimo sufrimiento, reprimiendo y castigando a sus hijos, y otras que deciden aceptarlo y acompañar a sus niños en los procesos internos de cada uno. Esta es la historia de Luca, un niño trans de cinco años, cuya mamá, Sabrina Reneé estuvo en AIRE este 8M 2022 para contar cómo fue y aún es ese proceso.
"La familia entera hace la transición a la par que lo hace Luca", explicó en la entrevista, lo que da cuenta de la importancia que tiene la postura que adoptan los padres respecto de esta situación. "Él desde que habla dijo que era un nene y buscaba siempre la manera de que entendamos lo que nos quería decir, con sus palabras o jugando", relató.
Cuando pudo manifestarse un poco más un día habló con su mamá y le dijo que "él antes de ser la bebé Ana era un varón", era bombero y se llamaba Tom. "Me explotó la cabeza en ese momento, pero él lo sostuvo en el tiempo, nunca quiso usar ropa rosa o con brillos. Tiene un hermano más grande que siempre fue su referente. Siempre quiso usar su ropa, jugar con sus juguetes", contó Reneé.
Esa era la manera que Luca encontraba para manifestarse. "A tan corta edad, el proceso que llevaba internamente era difícil de sacarlo. En casa tenía la libertad de decírnoslo, pero no sabía expresarse porque era muy pequeño. Sin embargo, siempre encontró la manera", dijo.
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Si bien en su familia "tienen la cabeza muy abierta", aseguró que tanto ella como el padre de Luca tenían estereotipos de género muy marcados, pero que de a poco lograron dejarlos de lado. Respecto de los miedos que sintió ante esta situación, afirmó que "miedos tenemos todos los días, cualquier maternar y paternar es difícil".
Pero recordó que Luca nació prematuro de 26 semanas, y estuvo cinco meses en la NEO. "Lo vi luchar por su vida un montón de veces, recorrimos todo el país para garantizar su salud", dijo. "Si bien la transición de Luca es difícil, lo más difícil ya lo pasamos, que fue verlo luchar por mantenerse con vida. De ahora en adelante, corremos el miedo para darle libertad y amor más que nada", agregó.
El niño se cambiaba el nombre constantemente como un juego, con diferentes personajes de películas y dibujitos con los que se sentía identificado. Fue Ben 10, fue Miguel (inspirado en la película Coco), también fue Harry Potter y Batman, y "todo el mundo le seguía la corriente". Pero Luca fue el que más perduró en el tiempo y un día se levantó y le dijo "mamá, yo soy Luca", dando cuenta que ya no era un juego, sino un sentir y un ser.
"Esto se fue sosteniendo todo el tiempo y el año pasado comenzó con preguntas como por ejemplo cuándo le iba a crecer el pene, o si era un nene por qué se veía al espejo y veía una nena. Hasta llegó a decirme que cuándo se iba a cumplir el sueño de ser un varón", relató su mamá.
Esas preguntas de Luca la motivaron a hablar con una psicóloga para consultarle a quién podía acudir para recibir orientación. Los contactaron con el psicólogo Federico Andrek, quien les remarcó la importancia de la aceptación de la familia para la situación, proceso que ellos ya habían asumido, y les recomendó que "lo dejen que fluya", que no necesitaba terapia, y los puso en contacto con el grupo de Varones Trans de Santa Fe, lugar donde recibieron contención, acompañamiento y hasta asistencia legal para el cambio de identidad en el documento.
Por último, Reneé recordó cuando Luca se cortó el pelo, que fue un momento duro para ella, un momento de inflexión que la ayudó a verlo con una imagen nueva, pero que él lo atravesó con mucha felicidad, se dio vuelta mientras le realizaban el corte y le dijo "se me cumplió el sueño".
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