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Sociedad 8M |

Qué es la masculinidad tóxica y cómo se quiebra la complicidad machista que legitima la violencia hacia las mujeres

Entrevista a Ignacio Rodríguez, licenciado en Psicología e integrante del Instituto Masculinidades y Cambio Social de Rosario: "El pacto entre varones está sostenido fundamentalmente en el silencio".

Son médicos epidemiólogos si hay que opinar sobre la pandemia y economistas capaces de bajar la inflación en un abrir y cerrar de ojos. Expertos en política internacional si se desata una guerra en cualquier punto del mundo, inclusive son capaces de explicarle desde atrás de un escritorio a una corresponsal de guerra cómo tiene que protegerse en un bombardeo. Pero, ¿qué pasa cuando la realidad interpela a los hombres en su situación de privilegio con respecto a las mujeres y éstas los incomodan con sus reclamos? ¿Se animan a hablar? ¿A hacerse cargo de que son parte del problema y de que es necesario que revisen sus propias conductas, así como también cuestionar las de sus pares?

Situaciones que van desde naturalizar el hecho de compartir pornografía por Whatsapp, hasta reflexionar sobre por qué ocurren ataques brutales como la violación grupal en Palermo, exigen de los hombres una respuesta concreta. Hoy, el llamado a la acción desde los feminismos pasa fundamentalmente porque ellos se involucren y puedan, en primer lugar, cuestionar esas prácticas, y luego transformar esa "masculinidad tóxica" que aprehendieron al construir su identidad en una sociedad patriarcal, en una manera más sana de relacionarse, sin ejercer la violencia como forma de poder.

Ignacio Rodríguez, licenciado en Psicología (UBA) e integrante del Instituto Masculinidades y Cambio Social de Rosario, prefiere hablar de masculinidad hegemónica en vez de tóxica "porque el concepto tradicional de masculinidad tiene su grado de toxicidad en el sentido de que se construye a partir de algunos mandatos que cercenan las libertades no solo de los varones, sino de las personas con las que los varones nos relacionamos: mujeres y diversidades. No sé si hay una masculinidad tóxica, hay una masculinidad hegemónica que conlleva este tipo de trato inequitativo y desigual".

Placa nota masculinidad tóxica 1

Lo cierto es que por vergüenza, por miedo a "dejar de pertenecer" o simplemente por indiferencia, el paso hacia una masculinidad más igualitaria es resistido por los hombres -sobre todo los más grandes- y tampoco hay un cuestionamiento real hacia sus pares cuando tienen conductas machistas. "El pacto entre varones está sostenido fundamentalmente en el silencio. No es una complicidad que invite a reproducir o a exacerbar las violencias, pero sí a silenciarlas. El temor a decir es quedar excluido del grupo. Y a veces son grupos identitarios, perder un vínculo de amistad, un espacio de sociabilización entre varones... entonces el miedo o el silencio parten quizás de ahí, de quedarse solos", reflexionó Rodríguez en diálogo con AIRE.

Ignacio Rodríguez Instituto Masculinidades Rosario
Ignacio Rodríguez es licenciado en Psicología (UBA) e integrante del Instituto Masculinidades y Cambio Social, con sede en la ciudad de Rosario.

Ignacio Rodríguez es licenciado en Psicología (UBA) e integrante del Instituto Masculinidades y Cambio Social, con sede en la ciudad de Rosario.

Lo que proponen los movimientos de varones, como el Instituto Masculinidades y otros espacios similares a lo largo del país, más allá de repudiar o condenar ciertas violencias, es "reconocer las violencias propias que a veces no son de esa intensidad, pero sí encarnan algún tipo de lógica donde el trato a la mujer es desigual y cosificante. Micromachismos, chistes, ese tipo de actos que pueden considerarse violentos, pero si solo ponemos el dedo y señalamos al otro como monstruoso o animal, dejamos de revisar nuestras propias conductas".

Sin embargo, aclaró algo fundamental: "Ser un varón que quiere revisar sus conductas no es aliarse a las luchas feministas, sino ver qué nos permiten las luchas feministas puertas adentro. Que podamos pensar cómo construir vínculos sanos y equitativos. No solo esta visibilidad pública de 'participo en una marcha para reclamar los derechos de mis compañeras', sino qué me toca a mí. Porque, si no, estoy de acompañante, no estoy de varón implicado".

Placa nota masculinidad tóxica 2

Para el licenciado en Psicología, el hecho de dejar atrás las conductas machistas es posible y está en proceso, con herramientas como la Educación Sexual Integral y los espacios de varones que intentan reflexionar o deconstruir la masculinidad hegemónica: "Quizás no podemos visibilizar los resultados, pero hay un proceso de cambio que se viene dando, que a veces empieza desde pequeñas acciones cotidianas, pero empieza a permear en la sociedad".

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