Esta decisión busca reducir la burocracia y ampliar las oportunidades tanto para artistas como para galeristas en Argentina.
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Con la nueva normativa, los artistas podrán acceder al mercado internacional sin restricciones ni trámites engorrosos. Según declaraciones oficiales, “queda liberado el mercado de arte, permitiendo a nuestros artistas acceder al mercado internacional sin trabas. Los ciudadanos que muevan sus propias obras de arte también podrán hacerlo con mayor facilidad”.
Para los galeristas, el cambio incluye la ampliación del plazo de exportación e importación transitoria de obras, que pasa de uno a cinco años, un reclamo histórico del sector. Esto reducirá costos y facilitará la logística para participar en exposiciones y ferias internacionales.
Otro de los cambios clave es la eliminación de la certificación de obras para la exportación de artistas que hayan fallecido hace más de 50 años. Hasta ahora, este trámite implicaba una Licencia de Exportación que daba al Estado o a residentes locales una opción preferente para comprar dichas obras.
Desde el Ministerio explicaron que esta opción, que demandaba hasta 16 firmas, nunca fue ejercida en las últimas tres décadas y desalentaba la formación de colecciones privadas en el país. “Importar una obra era equivalente a perder el derecho de venderla, ya que nunca se sabía si el Estado ejercería su derecho ni a qué precio”, argumentaron.
Con la eliminación de los trámites en aduana y del comité otorgante de licencias de exportación, la operatoria se simplifica drásticamente. A partir de ahora, los interesados solo deberán completar un formulario en el aeropuerto, disponible en cualquier horario, evitando los problemas derivados de horarios restrictivos.
La medida excluye de estos cambios a las obras que forman parte del patrimonio cultural de la Nación, las cuales seguirán sujetas a regulaciones específicas para su protección.