Antes de hacer referencia a la dolarización que quiere hacer Javier Milei, el primer punto sería conceptualizar lo que implican para un país los servicios financieros y cuál es la relevancia de tener un “operador testigo” capaz de incidir en los flujos de capitales que definen tanto el modelo de gestión como el perfil económico de un país.
Los servicios financieros son un insumo esencial para la economía de una Nación, ya sea una Nación que fomente la producción y el empleo (es decir que haga plata con trabajo y la circulación de bienes físicos de mercado) o distintos negocios vinculados con la especulación y los pases de monedas y títulos bursátiles (es decir que haga plata con plata). Un banco es un servicio invalorable y también es un gran negocio.
El Banco de la Nación Argentina es –junto a YPF– una de las joyas más preciadas de la plebeya corona argentina, una de las 41 entidades de gestión estatal que el gobierno declarar “sujeta a privatización” en los artículos 8 y 9 de la malograda Ley Ómnibus y el Capítulo II del DNU 70.
El funcionario sin cargo, pero con enorme poder, Federico Srturzenegger, –al que Miguel Pichetto define como un “tarado responsable del caos institucional del DNU” y un límite para operar a favor de Milei– se lo confió al presidente en éstos términos: “El concepto es el mismo que en los 90, las explicaciones también: es caro, le cuesta mucho al país y está mal administrado por los políticos, o la casta, o lo que quieras, sin importar los datos porque a la gente no le importan”.
Este es el ABC1 de la batalla cultural en la que el progresismo pierde empuñando datos y argumentos encadenados y el conservadurismo argentino gana con slogans y cifras descomunales validadas por el apotegma: “No tengo pruebas, pero tampoco dudas”.
Las cifras son las siguientes: el Banco Nación posee un resultado positivo de $700 mil millones según ejercicio consolidado 2023 y más de $13 billones en depósitos públicos y privados, un fondeo valoradísimo por el resto de los bancos privados y fondos de inversión internacionales.
Sin contar con que la calificadora de riesgos IFX SCR del Grupo Ficht otorgó al BNA la mejor calificación de solvencia y desempeño para el corto plazo (A1+) y la segunda mejor para el largo plazo en condiciones de estabilidad (AA).
Los factores de semejante calificación son los mejores del mercado: franquicia dominante (18,7% de los depósitos y 17,8% de los préstamos totales del sistema); buena rentabilidad (el flujo operativo incrementado en un 88% interanual a septiembre 2023); liquidez notable (los activos con alta liquidez representan el 48% de los depósitos) y una capitalización en alza (21% de activos tangibles).
Otros premios recientes: el Banco de los y las argentinas administrado por el directorio electo e impulsado por el Frente de Todos, fue distinguido con el “Premio Fortuna al mejor Banco de la Argentina” por los datos que surgían del balance Junio 2022/Junio 2023. A fines del año pasado la Revista Mercado lo reconoció además como el mejor del país y el segundo banco con la mejor performance económico-financiera.
Tal como asegura el Informe de CEPA sobre el Rol del Estado en la Economía y Sectores Estratégicos, ninguno de los argumentos esgrimidos para privatizar total o parcialmente la cartera operativa del BNA tiene sustento: ni se sostiene “con la nuestra” ni está mal administrado; sino que es un negocio apetecible del tipo dólares para hoy y restricciones para mañana, cuando los USD 25 mil millones máximo (si se venden todas las unidades de negocios y sedes del país) o USD 13 mil millones mínimo si se venden las submarcas más atractivas (Nación Bursátil, Pellegrini SA y Nación Seguros SA), se esfumen y no queden más reservas ni Banco.
Caputo y Sturzenegger están obsesionados con ese negocio, en una o cuatro etapas, al cabo de las cuales la dolarización sería más una consecuencia de la licuadora y la desregulación total del mercado de capitales, que de la venta del BNA, un objetivo en sí mismo con dos notas salientes: ya hay compradores y Cristina tiene una opinión.
Negociar con la derecha, ¿para salir por derecha y salvarse de la derecha?
El 16 de enero pasado, Luis Caputo tuvo el encuentro más importante de su agenda paralela en Davos, mientras Milei corregía el paper de casi siempre. Fue una reunión reservada con el Presidente de BTG Pactual, uno de los 3 bancos brasileños más importantes, Andrés Esteves. Un joven multimillonario implicado en 2015 en la causa de corruptela expandida que conocemos como Lava Jato, por la cual tuvo un breve paso por un penal VIP de Río de Janeiro. En tiempo récord recuperó el sillón principal de BTG y su cartera de inversiones y capitales de riesgo que incluyen activos gubernamentales.
Con sólo 55 años, Andrés Esteves perdió y recuperó uno de los bancos más importantes de América Latina y es uno de los 70 mayores millonarios de Brasil. Operador de la bancocracia y ambientalista, es el comprador que pica en punta para el BNA.
Por aquel entonces la estrategia era vender unidades de negocios separadas para conseguir mejores precios y destrabar un préstamo de entre USD 10 mil y USD 12 mil millones del FMI. Los borradores del mesadinerista cocido en el hervor de Wall Street apuntaban una cifra que -sumada a la compra incesante de dólares con emisión monetaria y la licuación del gasto que produjo la devaluación- podría alcanzar los USD 25 mil millones conque el presidente sueña sepultar por décadas el sueño de una patria libre con una moneda sana y soberana.
Dato: todes saben en la City adónde operan los frentes y las cuevas más importantes del mercado, adónde se concentran las oficinas de los principales fondos de inversión en Buenos Aires; pues bien el domicilio fiscal de BTG es Juncal 4450 Piso 10, exactamente al lado y cinco pisos por debajo del edificio donde aún existe la consultora Anker Sudamericana SA del Toto, Santiago Bausili y el equipo que hoy atiende negocios públicos y privados.
BTG es la mejor opción, la primera, pero no la única y con o sin Ley Ómnibus, con o sin Decreto 70, en el entorno de Milei aseguran que el BNA se vende sí o sí pese a la resistencia de un radicalismo dispuesto a negociar casi todo pero que empezó a molestarle casi tanto como a Macri.
Allí hubo una novedad, encuadrada en el marco de acuerdos forzados por la derrota del FDT y la situación de disponibilidad por falta de experiencia política y proyecto de La Libertad Avanza, que planteamos hace 15 días en esta nota de AIRE. Nota que resiste el documento de 33 páginas conque Cristina dejó flotando en el río a varios de quienes dicen hablar con ella y vulgatearla, pues allí nunca se planteó que considerase a Milei “kirchnerista” en su coraje y empecinamientos, como disruptivo por ultra derecha; tampoco que compartiese la idea de que se podían rescatar algunos de los capítulos del Decreto que ella y el bloque parlamentario de UP siguen considerando nulo de toda nulidad y repudian in totum.
Pero sí es cierto que en el Patria se evalúa la posibilidad negociar para la reducción de daños al pueblo argentino, sin importar si votaron o no a Milei; porque se le reconoce una hegemonía política y cultural a los libertarios que amenaza persistir hasta las elecciones de medio término por lo menos y porque hay conciencia concreta de las limitaciones propias tras la derrota.
Negociar qué? Lo que por ahora Milei no negocia, evitar la dolarización a cambio de permitir privatizaciones parciales de algunas de las unidades de negocios de BNA. Esto es, qué tan bajo será el piso de la estanflación salvaje que sepultará la actividad económica y los ingresos en pesos de los y las argentinas durante 2024? En dos meses los salarios perdieron más de 20 puntos, el equivalente de lo perdido con Macri en cuatro años. Pero esto no sólo depende de Milei, la capacidad operativa del movimiento obrero y los movimientos sociales y la paciencia de los y las ajustadas, sino también del rol del peronismo. Del que conduce Cristina (cada vez menos numeroso) y del que prefiere dejarse conducir por cualquiera aunque no tenga votos, incluso por Milei.
Seamos realistas para cerrar y apreciar estrategias de supervivencia: si el peronismo unido también fue vencido (dos veces), estallado, sin programa y sin conductores indiscutidos no es mucho lo que se puede pedir. Para todes, y para Cristina también, resistir es el único programa.
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