La alianza política entre el PRO y La Libertad Avanza parece destinada al divorcio. Qué significan las críticas de Mauricio Macri al "entorno" de Javier Milei.
Una foto del pasado: Javier Milei y Mauricio Macri durante el acto de asunción del presidente libertario.
Aunque elogioso del rumbo económico, el expresidente y líder del PRO, Mauricio Macri, aprovechó el relanzamiento de su partido para mostrar equidistancia del presidente Javier Milei y, particularmente, de la dupla de poder que rodea al primer mandatario, encarnada por Karina Milei y Santiago Caputo.
Salvo que Milei se allane a una alianza electoral y política con el PRO en la que Macri se garantice el 50% de las acciones – posibilidad que hoy parece descartada –, la relación entre ambos parece destinada al divorcio.
Macri le adelantó a Milei el tenor del discurso que iba a pronunciar en su reaparición pública, el jueves por la noche en La Boca. Ambos se encontraron en Olivos el lunes pasado después de tres meses de no verse cara a cara; según trascendió, en esa larga charla el líder del PRO fue crítico del nivel de los funcionarios que conforman el gabinete libertario, lo cual redunda en improvisaciones y desajustes en la gestión. Atribuye este déficit al empecinamiento de Caputo de la hermana del presidente de blindar el gobierno a los aportes de figuras que podría aportar el PRO.
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En público, Macri pasó el mensaje durante el acto en La Boca, aunque sin personalizar. Y habló del “entorno” presidencial. “Lo que logramos ayudar [al Presidente] fue a pesar de su entorno”, lanzó, en directa alusión a Caputo y Karina Milei.
El asesor estrella del presidente, a sabiendas de que podía ser apuntado por Macri, buscó curarse en salud y, en las horas previas al acto en Boca, hizo declaraciones por escrito (sin audio ni video) a un portal de noticias nacional en las que exageró sus elogios hacia el expresidente. Nada de eso evitó que Macri marcara los cuestionamientos que ya había anticipado señalaría respecto del Gobierno. Las diferencias siguen sin zanjarse.
“Milei tiene pendiente la construcción de un equipo. Hay personas valiosas, pero la organización es clave en el ejercicio del poder. Hay que lograr coordinación, hay que definir roles claros, hay que empoderar a cada ministro. No puede haber áreas grises”, dijo Macri, quien descartó una fusión con los libertarios con una frase risueña – “nadie se casa antes de conocerse y convivir” - pero que revela el pensamiento íntimo del expresidente: no está dispuesto a rifar su partido ni entregárselo gratuitamente a los libertarios sin garantías de que el manejo del poder sea compartido.
Caputo, al igual que buena parte de los libertarios, creen que Macri “ya fue” y que su gestión “fracasó”. Están convencidos de que, mientras la economía dé buenas señales, podrán fagocitar al PRO – tanto a su dirigencia como a su electorado - sin necesidad de acordar nada con su líder.
Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, insiste en que Pro debería fusionarse con La Libertad Avanza ya que, en los hechos, apuntan al mismo electorado y convergen en lo económico. Macri la cruzó con dureza y la relación entre ambos ya no tiene retorno. “Toda esta cosa de fusión, de absorber, a nadie le gustó, porque el PRO tiene una historia”, sentenció.
Así las cosas, por ahora la relación entre La Libertad Avanza y el macrismo marcha sobre andariveles de desconfianza mutua, aunque en público se sobreactúen los elogios. Los libertarios están convencidos de que el capital político ganado a partir de sus embates contra la casta, la reducción del gasto público y la baja de la inflación les alcanzará para ganar autonomía y ganar las elecciones del año próximo.
Sin embargo, la movida de independizarse de Pro no carece de riesgos. Más aún para un gobierno que tiene demasiados desafíos por delante en todos los planos, muchos problemas sin resolver y una debilidad estructural (en el Congreso y en las provincias) que la disciplina legislativa macrista ha logrado atenuar.
