El fuerte embate de Javier Milei contra el Congreso no logró apaciguar a los mercados, que finalizaron la semana con pronunciadas caídas en los títulos de la deuda soberana.
En su paso por Agroactiva, Javier Milei disparó munición gruesa contra senadores y diputados por la nueva fórmula de movilidad jubilatoria.
El Gobierno de Javier Milei quedó al desnudo en su debilidad política con la ofensiva que protagonizó una mayoría de bloques opositores en la Cámara de Diputados al aprobar, con dos tercios de los votos, el proyecto que modifica la movilidad jubilatoria.
La derrota oficialista fue aplastante y es más que probable que el Senado le propine una similar cuando le toque debatir el proyecto.
Milei siguió su manual y, tras calificar de “degenerados fiscales” a los legisladores, anticipó que vetará todo aquello que atente contra el equilibrio fiscal. El choque de poderes ya es un hecho.
El fuerte embate del Presidente contra los legisladores y, sobre todo, su mensaje de que vetará cualquier proyecto que arriesgue el equilibrio fiscal, no fue suficiente para apaciguar a los mercados, que finalizaron la semana con pronunciadas caídas en los títulos de la deuda soberana.
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Aunque los dólares libre y financiero se mantuvieron estables, los bonos anotaron retrocesos promedios de 3% –tras caer 5% para luego recortar–, mientras que las acciones también cayeron por quinta rueda consecutiva de manera generalizada. El riesgo país, en tanto, trepó a los 1.600 puntos básicos.
Sería un reduccionismo ligar esta reacción adversa de los mercados a la ofensiva opositora en el Congreso. Lo que de verdad resulta alarmante para inversores, economistas, analistas y aliados políticos (también debería serlo para el Gobierno) son las limitaciones de una gestión que, a seis meses de haber asumido, aún no logra construir un andamiaje político con espacios aliados que le permita convertir en hechos sus planes de reforma, y que éstos puedan resultar sustentables.
Los mercados, que siguen de cerca las noticias de la Argentina y vienen acumulando fuertes ganancias durante la gestión de Javier Milei, empezaron a inquietarse. No tanto porque no confían en que el Presidente vaya a salirse de rumbo, sino porque empiezan a ver las limitaciones que tiene un gobierno que no solo carece de fuertes apoyos políticos, sino que, además, exhibe severos problemas internos en la gestión.
Lo acontecido en los últimos días en el Ministerio de Capital Humano es solo una muestra de estos déficits de gestión. La Cámara Federal confirmó la medida cautelar contra la cartera que conduce Sandra Pettovello por la retención de alimentos en dos depósitos con el argumento de que estaban destinados a atender situaciones de emergencia.
En medio del escándalo, se suceden renuncias y despidos, generando una crisis interna sin precedentes. Mientras esto sucede, la ministra, que sigue sin dar explicaciones, fue ratificada en su cargo por el presidente Milei. “Es la mejor ministra de la historia”, enfatizó el presidente intentando, sin demasiado éxito, de poner punto final al problema.
En medio de estas turbulencias, el Gobierno confía en levantar vuelo con dos buenas noticias: una nueva baja del índice de inflación de mayo y la aprobación en el Senado de la Ley Bases y el paquete fiscal.
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Las consultoras que participaron del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) estimaron que el índice de precios al consumidor (IPC) trepó el mes pasado 5,2%, cifra que, de ser confirmadas por el Indec, revelaría una fuerte desaceleración respecto de abril (8,8%).
Sin embargo, ese mismo relevamiento advierte que en junio se detendría el proceso de baja de la inflación y que el índice de precios pegaría un leve respingo al calor de las últimas subas de las tarifas de luz y gas.
En el Senado, en tanto, predomina una sensación de incertidumbre sobre cómo terminará el debate de las dos leyes que envió Milei. Si bien el dictamen que se discutirá en el recinto incluye modificaciones a los textos aprobados en Diputados, nada garantiza que en el recinto los legisladores avancen con más cambios que vayan a contramano de los intereses de la Casa Rosada.
¿Qué hará la Cámara baja si esto sucede? ¿Aceptará estos cambios del Senado o insistirá en las versiones originales que aprobaron?
En los bloques dialoguistas predominaba la idea de facilitar la sanción de ambas leyes para que el Gobierno deje de victimizarse a su costa. Sin embargo, Milei y sus fuertes diatribas contra los diputados no ayudan a que esa predisposición finalmente se cristalice en votos.
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