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Política Elecciones 2023 | Cristina Fernández de Kirchner | Frente de Todos

Hay una fusilada que escribe cartas y que habla (el 25 de mayo)

Como Juan Carlos Livraga, el hombre que inspiró la célebre investigación de Rodolfo Walsh titulada "Operación Masacre", Cristina Kirchner es "una fusilada que vive". La vicepresidenta escribe cartas y anticipa el futuro como pocos. El 25 de mayo no habrá consuelo para los más fanáticos, pero empieza la era de "el amor después del amor".

Antes de comenzar, ¿cuántas notas han leído ya sobre la cuarta carta histórica de Cristina Kirchner? ¿Recuerdan que la serie inició en noviembre de 2020? ¿Cuántas exégesis interpretativas buscan clarificar lo que estaba claro desde el 16 de mayo pasado (para estas columnas, incluso desde antes)? Esto es: que Cristina no va a participar como candidata a nada en las próximas elecciones y que espera que Wado De Pedro o Axel Kiciloff, dando la madre de todas las batallas o como candidato a presidente, la hereden.

Dicho esto y antes de citar viejas notas, permítannos una licencia absolutamente justificada, una licencia que enlaza pasado y futuro tal como hicimos en la nota sobre Javier Milei, no caprichosamente sino porque trata acerca de las únicas dos cosas estables en este país, dos obstinaciones argentinas: el peronismo y el odio al peronismo. Y justificada, además, porque permite mensurar el coraje de Cristina, del que –unos pocos extraviados a los dos lados de la grieta– se permiten dudar y sobre el que se dirá algo más en el párrafo final.

Livraga, Troxler y otros, también Cristina

El martes 18 de diciembre de 1956, Rodolfo Walsh se encontró casualmente con un amigo, Enrique Dillon, en el bar Rivadavia de la ciudad de La Plata. Cerveza de por medio, intercambiaron la información que tenían sobre los fusilamientos clandestinos contra un grupo de la resistencia peronista producidos seis meses antes, ordenados por el jefe de la Policía Bonarense, teniente coronel Desiderio Fernández Suárez y perpetrados en una noche cerrada en los basurales de José León Suárez por un grupo de policías bonaerenses.

Se trataba de 12 militantes de un movimiento político proscripto por la llamada “Revolución Libertadora”, a través del decreto 4161/56 y que se aprestaban a levantarse contra el régimen de facto liderado por Pedro Aramburu e Isaac Rojas. Dicho solo de paso: para los que se afanan en detectar el origen de lo que –por pereza intelectual, la de Jorge Lanata por ejemplo– llamamos “grieta” o la génesis del odio seguido de muerte, allí tienen una fecha: 9 de junio de 1956. Recomendado indagar, prohibido olvidar.

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Cristina Kirchner dio un reportaje en C5N en el que volvió a reiterar que no será candidata en las elecciones 2023.

Cristina Kirchner dio un reportaje en C5N en el que volvió a reiterar que no será candidata en las elecciones 2023.

Otra persistencia: entre las primeras medidas adoptadas por la dictadura de Aramburu se contaban el congelamiento de los salarios (no de los precios) y propició el ingreso del país al FMI, que le recomendó ejecutar una agresiva política de ajuste del gasto público a cambio de asistencia financiera.

El hecho es que Enrique Dillon se reservó para el final una frase histórica y que despertó el apetito de Rodolfo Walsh para encarar la investigación y la escritura de su libro más icónico: “Operación Masacre”. La frase fue: “Hay un fusilado que vive”. Se refería a Juan Carlos Livraga, rematado con tres tiros: uno que le rompe la nariz, otro la mandíbula y el último que le desgarra el brazo. Pero la rigurosa verdad es que a la masacre sobrevivieron siete, entre ellos, el protagonista de una verdadera tragedia argentina: Julio Troxler, sobreviviente de los asesinos de peronistas y fusilado luego por la Triple A, que mataba en nombre del peronismo. Pero esa es otra historia.

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¿Y Cristina? Se preguntarán aquellos lectores que viven estampados contra la coyuntura. Pues bien, Cristina es Livraga, una fusilada que vive, es vicepresidenta, escribe cartas y anticipa el futuro como pocos o nadie en este país. A la sazón, también es peronista y está proscripta de hecho por la Justicia federal, aunque el fallo no se encuentre firme y formalmente pueda presentarse a riesgo de que Casación primero y la Corte Suprema después apuren los plazos para resolver las apelaciones.

Esta es la posición existencialmente dramática a la que se sobrepone Cristina Fernández de Kirchner –por la que no pide ni da tregua– y que muchos de los que se hubieran interpuesto entre ella y el cañón de la 32 empuñada por Sabag Montiel e irán en procesión al acto del 25 de mayo para suplicar “Cristina presidenta”, no terminan de comprender.

Hoy la vicepresidenta abre las manos que alguna vez acariciaron a Néstor por primera y última vez y dice “mírenme, lo di todo”, sabiendo que es el único punto de acumulación de los votos y expectativas populares (sin reemplazo a la vista) pero invirtiendo para sí –y con todo derecho– una de las 20 verdades peronistas: primero mi hija (“Florencia me necesita”) y lo que queda de mi familia, después el movimiento y por último la Patria.

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Para seguir recitándola al revés, a sus herederos en diciembre del año pasado, en un salón de Punta Lara, les pidió: “Hay que cortarla con las demostraciones de amor en las redes, acá lo que hay que hacer es ponerse a laburar para ganar el año que viene”. ¿El periodista Roberto Navarro filtró que Cristina daba por perdidas las elecciones de este año? No es cierto a menos que se omita la primera parte de aquella frase dicha en caliente: “Si seguimos así”, es decir, si Alberto sigue sin cumplir lo dicho en agosto de 2019: “Nunca más me voy a pelear con Cristina”.

Crezcan, militen, ganen o pierdan, pero tomen la posta

En el reportaje concedido en exclusiva al programa Duro de Domar, en C5N, la vicepresidenta le dio la razón a Cynthia García. Afirmó que su decisión de no ser candidata no fue una decisión “libre”, sino condicionada –no por el tiro fallido de Sabag Montiel o por el fallo en primera instancia de la Causa Vialidad”– por los dos fallos de la Corte Suprema que suspendieron las elecciones en San Juan y Tucumán, a 72 horas del inicio de las respectivas vedas electorales.

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Cristina Kirchner junto a Wado De Pedor y Juan Carlos Livraga, el

Cristina Kirchner junto a Wado De Pedor y Juan Carlos Livraga, el "fusilado que vive".

Desde esta columna sumamos otro dato que provocó un profundo pesar en Cristina, pero que debe ser superado –según sus palabras– con una convocatoria a la unidad de quienes sean capaces de formular y propalar un programa de gobierno que vuelva a “enamorar a la sociedad”: la debilidad real del Frente de Todos e incluso de su propia tropa para “armar quilombo”, eso que prometieron si la tocaban, y vaya si la tocaron.

El 25 de mayo Cristina será la oradora principal del acto en el que se conmemorarán los 20 años de la asunción de Néstor Kirchner, quien recibió a Juan Carlos Livraga en 2007 en la Casa Rosada y lo sentó en su sillón. Decenas de miles asistirán a manifestarle una adhesión intelectual y afectiva de la que no goza ningún otro dirigente en nuestro país y (tal vez excepto Lula) en América Latina.

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No nos gusta predecir livianamente, para eso está el horóscopo, pero creemos que Cristina –esa valiente fusilada que vive y que sigue hablando– volverá a callar una demanda que expresa la imposibilidad de imaginar un futuro después de su liderazgo, tampoco exhibirá un libro o recomendará un enlace para descargar el PDF con el proyecto y las instrucciones de campaña, pero les pedirá a sus hijes y compañeres que voten a un candidato que la represente y que sigan a Freud en el consejo de “matar al padre” (la madre, por caso) para echarse a militar y conseguir una victoria que hoy aparece épica, pero que es política y matemáticamente posible.