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Política Martín Guzmán | Cristina Kirchner |

Hay Guzmán hasta las Paso o el desafío de ganar ajustando

Argentina está entre los cuatro países del mundo que puede ostentar déficit cero o cercano a cero en plena pandemia, a contramano de las economías desarrolladas que gastan hasta 8 veces más para paliar el quebranto económico. La macro de Guzmán ante su mayor desafío: ¿se puede ganar ajustando?

Remontémonos a una anécdota de los prolegómenos de la restauración neoliberal en Argentina, más precisamente a un miércoles 8 de julio de 2015 en el subsuelo del Hotel 725 Continental donde se reunían las figuras políticas y economistas más destacados de Cambiemos. Jaime Durán Barba ingresa al lobby con encuestas que envalentonan a todos, el clima es de euforia, se percibe la oportunidad de hacer realidad un imposible: “Ganarle al peronismo sin peronismo ni golpes militares”, con un partido de derecha comarcal aliado a una liga de intendentes y operadores políticos sin principios y en busca de un candidato que les asegure –desde las retiradas anticipadas y catastróficas de Alfonsín y De la Rúa- una vuelta al poder y al reparto de cargos en grande.

De todas maneras, el gurú mira el auditorio repleto de sonrisas, trajes y perfumes caros para decir: “Yo por mí tiraría una granada aquí”. Y sobre las risas socarronas agrega: “No les pido que mientan sino que crean en el gradualismo como la única manera de enterrar al populismo; si llegamos al gobierno y tomamos medidas antipopulares nos vamos a tener que ir nadando a Montevideo”.

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Antes de asumir Macri, Jaime Durán Barba les dijo a los referentes de Cambiemos:  “No les pido que mientan sino que crean en el gradualismo como la única manera de enterrar al populismo". 

Antes de asumir Macri, Jaime Durán Barba les dijo a los referentes de Cambiemos: “No les pido que mientan sino que crean en el gradualismo como la única manera de enterrar al populismo".

Alguien podrá objetar el personaje y la cita o creer que esos nombres son cosa del pasado, pero Macri es el líder indiscutible –no candidato, son cosas distintas- de una oposición que milita el desastre social y se mofa en privado de los convites al diálogo del presidente. Y Larreta también estaba en aquella reunión y es la opción actual que prefieren medios hegemónicos, cámaras empresarias y el Partido Judicial.

El Frente de Todos ganó las elecciones prometiendo hacer todo lo contrario que el gobierno que decía que haría “lo mismo pero más rápido”, es decir que se dejaría de tonterías como el gradualismo para fundar un protectorado americano donde hubo un país tan libre y soberano como se puede ser en un mundo capitalista.

La diferencia es muy clara e indudable, la alianza neoliberal ajusta el gasto público por convicción y en función de un plan de negocios que fue un éxito en sus propios términos y el Frente de Todos ajusta de hecho mientras impulsa la reactivación industrial y la inclusión social, por la “heterodoxia conservadora” del ministro de Economía Martín Guzmán y la imposibilidad de imponer condiciones inapelables en la gestión política de la pandemia.

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Martín Guzmán, ministro de Economía, enfrenta un desafío complejo: renegociar la deuda con el FMI.

Martín Guzmán, ministro de Economía, enfrenta un desafío complejo: renegociar la deuda con el FMI.

Bajar el gasto público para “ajustar el déficit fiscal no es de derecha” dijo el ministro en marzo, pero si lo hacés en el marco de una pandemia que aumenta la pobreza y la indigencia, con precios de alimentos que se disparan sin control llevando a $ 1.000 el kilo de carne o $ 170 el kilo de pan, con tarifas de servicios congeladas por el mismo Macri después de las Paso de 2019 para no perder en segunda vuelta (pero que acumulan incrementos brutales), alquileres que en los últimos doce meses –congelados y con nueva ley vigente- aumentaron un 70% promedio y utilizando la pauta presupuestada del 29% de inflación para deprimir paritarias que pierden sí o sí (incluso las de sindicatos que representan aristocracias obreras), entonces es un ajuste aunque no sea lo que el gobierno quiere, ni estuviese contemplado el pacto electoral que hizo con sus votantes hace un año y medio.

Daniel Arroyo, ministro de Desarrollo Social, ofrece otros números ilustrativos al decir que “Macri nos dejó con 8 millones de personas comiendo en comederos, la pandemia llevó esa cifra a 11 millones y lo bajamos a 10 hasta que comenzaron a subir los precios de los alimentos”. Y no hay modo de perforar ese piso, no hay modo de disciplinar a quienes desafían las decisiones económicas y sanitarias del gobierno: las empresas despiden contra decreto, los alimentos suben contra precios máximos o cuidados y acuerdos de precios, los medios devuelven pauta y notas exclusivas con operaciones arteras y desgastando la autoridad presidencial, la oposición promueve marchas con motivos delirantes como la del 25 de mayo venidero (por la Libertad contra un Estado Totalitario), judicializa decisiones políticas y la Corte Suprema de Justicia de Clase falla en contra del gobierno.

La apuesta de Juntos por el Cambio y sus aliados provinciales, es el fracaso del Frente que conducen Alberto y Cristina en los dos ítems que contarán en 2023 : el económico y el sanitario. No es un secreto y es el objetivo fijado por otro incombustible (la Justicia no va a impulsar la causa donde está imputado y el gobierno tampoco). Marcos Peña funge como asesor de campaña de Larreta desde agosto 2020 y lo repite en cada coucheo: “Tenemos que llegar en condiciones de decir que no pudieron evitar contagios, muertes ni el quebranto empresarial”. Pero entonces -escrito desde los que adherimos al proyecto del FDT- si elegir entre ambos era una falsa dicotomía, si había que estar vivos y saludables para trabajar y reactivar el país, permitámonos éstas preguntas:

¿Por qué sacrificar el modelo en el altar del déficit fiscal ajustando el gasto y a cuatro meses de las Paso? ¿Por qué abonar la mentira de que la emisión de pesos empuja la inflación si prácticamente se absorbieron todos los pesos emitidos durante 2020 y la inflación pulveriza salarios, aumentos en asignaciones, jubilaciones y la Tarjeta Alimentar y se proyecta del 50% anual? ¿Por qué sobrecumplir metas de austeridad para negociar un acuerdo con un FMI que celebra que los países desarrollados multipliquen por ocho el gasto para afrontar los desastres de la pandemia? ¿Por qué tantas dudas para implementar un IFE 2021, con cifras de pobreza, indigencia y contagios superiores a las del año pasado y cuando el costo fiscal mensual es de $ 90.000 millones contra más de $ 100.000 millones que seguimos pagando mensualmente por intereses de Leliqs? Esto último sin contar que en campaña el presidente prometió reducirlos y aplicar esos fondos a subir jubilaciones que hoy pierden un 6% contra la inflación.

Cristina Kirchner,
La vicepresidenta de la Nación, Cristina Kirchner, sabe que es muy complejo ganar elecciones "ajustando".

La vicepresidenta de la Nación, Cristina Kirchner, sabe que es muy complejo ganar elecciones "ajustando".

Incluso reconociendo el esfuerzo fiscal para sostener ingresos familiares y unidades productivas, se ejecuta una rara ortodoxia en el manejo de las cuentas públicas que ya provocó rispideces directas. Basualdo y la tarifa de gas es una de las modalidades en las que se expresa ese conflicto entre Martín Guzmán y la vicepresidenta que pidió alinear precios, tarifas y salarios.

Cristina tiene convicciones, sabe por experiencia y sentido común que ajustando no se ganan elecciones, pero además posee no menos de tres encuestas en su despacho que dicen que se puede perder o ganar por margen muy estrecho con una gran pérdida de votos respecto de las ejecutivas de 2019, aunque se vote otra cosa. También se quejó de la modalidad de tomar decisiones sin consultarla y echar funcionarios por los diarios, “parecemos Cambiemos, déjate de joder”.

De todos modos la decisión está tomada y de una manera que no parece peronista: con filtraciones, contradicciones, fractura expuesta y todo, hay Guzmán hasta las Paso. Ni Cecilia Todesca Bocco, ni Augusto Costa, ni nadie. Hay operaciones pero no hay nombres de reemplazo, es Guzmán el que deberá cerrar con el FMI, con el Club de París (gracias a las gestiones en Francia de la gira que encabeza el presidente es inminente la solución de otro dafault heredado de Macri) y asegurar una macro que permita lo que parece muy difícil.

Si todo sale bien, se gana en un año de m…

A fines de 2019 y antes de la pandemia, el consultor y operador financiero Álvarez Agis declamaba que “si todo sale bien, el que viene será un año de mierda”. ¿Porqué creer que con pandemia relanzada y números que en algunos casos son peores al del último año del macrismo, este año sería diferente?

En un célebre discurso a la militancia en 2004, Néstor Kirchner dijo que no quería “tropas disciplinadas” sino “compañeros que piensen, que nos digan la verdad, que nos ayuden a equivocarnos lo menos posible”. Sabemos que algunos compañeres se ofenden con éstas notas, pero si a las dos pandemias (cuatro años de Macri + el covid) la siguen soportando los que dijimos que no iban a pagarla en campaña, si no se tocan intereses de verdad, lo mejor que puede pasar es ganar las Paso como casi nunca se ganado, ajustado en plena pandemia.