Además de la comunidad universitaria —docentes, no docentes y estudiantes— el reclamo por la promulgación de la ley de financiamiento de las casas de altos estudios, fue acompañado numerosas entidades gremiales y sindicales, partidos políticos, organizaciones sociales y ciudadanos en general.
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Además de la comunidad universitaria, el reclamo por la promulgación de la ley de financiamiento fue acompañado numerosas entidades gremiales y sindicales, partidos políticos, organizaciones sociales y ciudadanos en general.
Maiquel Torcatt / Aire Digital
Una de las principales características que tuvo la marcha universitaria es la heterodoxia de los manifestantes. A simple vista, se vio a personas de diferentes clases sociales y de distinta representación política. Otro aspecto interesante es la “intergeneracionalidad”.
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El acto central se llevó a cabo en el Molino de Pedro Vittori y Bulevar, donde llegaron columnas de manifestantes desde la ciudad universitaria de barrio El Pozo, desde la Universidad Tecnológica de la Costanera oeste y desde el Rectorado, en Bulevar y San Jerónimo.
Al igual que en la movilización del mes de abril, los ingeniosos carteles y pancartas de los estudiantes se hizo notar. “Yo no creo en las fuerzas del cielo, creo en la fuerza de la universidad”, aseguraban algunos, mientras que otros lanzaban: “Estudié Ciencias Veterinarias para curar perros reales”. “Universidad pública siempre”, “El futuro no se veta”, entre otras consignas, pueden leerse en los carteles.
El documento y una advertencia: “La universidad pública, base de la democracia y el desarrollo social, lucha por su supervivencia”
El documento fue leído por el presidente de la Federación Universitaria del Litoral (FUL), Franco Maggi y se inició advirtiendo que “hace cinco meses convocamos a una manifestación nacional preocupados por el desfinanciamiento que estaban experimentando el sistema universitario y científico. En aquella gesta colectiva de abril, con plazas y calles de todo el país colmadas por la sociedad argentina, alzamos nuestra voz en defensa de la Universidad Pública, la educación y la ciencia”.
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Una de las principales características que tuvo la marcha universitaria es la heterodoxia de los manifestantes. A simple vista, se vio a personas de diferentes clases sociales y de distinta representación política. Otro aspecto interesante es la “intergeneracionalidad”.
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Según el texto —unificado a nivel nacional— “como si esto no fuera suficiente, soportamos una campaña injusta, planificada e intencional, que busca sistemáticamente desprestigiar lo que sucede en el ámbito científico y universitario para fundamentar la desjerarquización y el ahogo presupuestario. No ha habido, ni siquiera, vocación de diálogo. Todos los intentos que promovimos para buscar espacios que permitan gestionar las dificultades y encontrar soluciones fueron infructuosos”.
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Desde el sector destacaron que “la situación hoy es más crítica que a comienzos de año, con un capítulo dramático en materia salarial. La pérdida de quienes trabajamos en las universidades públicas es de una gravedad inusitada; con un porcentaje enorme de docentes y no docentes percibiendo un salario por debajo de la línea de la pobreza, cuando no de la indigencia” y resalta que “esto compromete uno de los núcleos de la Universidad Pública, pues pone en riesgo la continuidad de los cuadros académicos, de administración y de servicios esenciales para su funcionamiento”.
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Luego, el documento advierte sobre las consecuencias del desfinanciamiento universitario y la falta de recomposición salarial de los docentes. “La Ciencia es la Universidad, la crisis que atraviesa el sistema científico es más profunda y será terminal si no se consideran medidas urgentes. La falta de actualización salarial de los docentes- investigadores, junto con la reducción del financiamiento para becas y programas de apoyo, afecta gravemente al sistema científico-tecnológico argentino. El 60% de quienes hacen ciencia lo hacen en universidades nacionales, y la disminución de estos recursos impacta tanto a jóvenes en formación como a equipos de investigación consolidados”, revela el texto.
Más adelante, sostiene que “para toda la comunidad estudiantil, lo que meses atrás era una profunda preocupación por el ajuste presupuestario, hoy es una emergencia que pone en riesgo la esencia misma de la educación pública argentina”.
“Soñamos un país en el que el futuro no esté condicionado por el lugar dónde a cada quien le tocó nacer. La educación es el derecho humano que se alza contra el azar injusto de la desigualdad. Con la misma fuerza y claridad que lo dijimos en abril, estudiantes de todo el sistema universitario reiteramos: No queremos que nos arrebaten nuestros sueños, nuestro futuro no les pertenece. El Sr. Presidente de la Nación tiene al alcance de su mano una ley razonable que resuelve los problemas cuidando al Estado y a su economía. Los estudiantes de toda la Argentina le pedimos, en un grito de auxilio para salvar al sistema: ¡Promulgue la ley de financiamiento universitario!”, expresa uno de los fragmentos más contundentes del documento.
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El documento fue leído por el presidente de la Federación Universitaria del Litoral (FUL), Franco Maggi.
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Por otro lado, la comunidad universitaria reclamó la modificación del proyecto de presupuesto para el 2025 elaborado por el gobierno nacional y girado al Congreso. “Exigimos también que reconsidere el proyecto de presupuesto 2025. Queremos advertirlo con la gravedad que el problema tiene: si el proyecto de presupuesto para el 2025 no se modifica, la situación de las Universidades y el sistema científico será mucho más grave que la que atravesamos hoy. Lo que estará en juego es su continuidad. Ni más ni menos que eso”, advierte el texto.
“Es un error no reconocer que en las Universidades no hay un problema, sino la posibilidad de encontrar soluciones a los problemas estructurales que la Nación enfrenta. Es un error entender como un gasto y no como una inversión lo que el Estado destina a educación, Universidades y desarrollo científico”, aseguran las universidades.
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Más adelante, se reitera el reclamo al presidente Javier Milei y, de ser necesario, a los legisladores. “Por estas razones, en plazas y calles de todo el país, el pueblo de la Nación le reclama, Sr. Presidente, que no prospere con el veto a la Ley de Financiamiento. A nuestros representantes en el Congreso, muchos egresados de la Universidad Pública, que de confirmarse el veto anunciado por el Gobierno, sostengan en el recinto la Ley e introduzcan modificaciones al proyecto de presupuesto 2025 para otorgar a la Universidad y la ciencia las condiciones que garanticen su funcionamiento”.
Por último, el documento remarca que “la columna vertebral de la Nación es la educación pública que iguala y nos hace libres y la Universidad Pública es la herramienta por excelencia de movilidad social ascendente. Que no despojen al pueblo argentino de sus sueños de grandeza. Que no apaguen las vocaciones más nobles vinculadas al conocimiento y al trabajo con niñas, niños, jóvenes y adultos que transitan nuestras aulas y laboratorios. Los deseos, las aspiraciones y las luchas de generación tras generación consagradas en derechos, imponen una responsabilidad en el presente para que el futuro sea posible”.
"El 70% de los docentes y no docentes están por debajo de la línea de pobreza"
Antes del inicio de la marcha, el rector de la UNL, Enrique Mammarella aseguró que "el 70% de nuestros docentes y no docentes están por debajo de la línea de pobreza. Se hace imposible continuar, sin poner en riesgo el sistema universitario" y precisó que "lo que establece la ley aprobada en el Congreso es actualizar el presupuesto universitario a valores de inflación desde diciembre de 2023, al presente. Aun así, deja muy atrás a los salarios docentes y no docentes".
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Antes del inicio de la marcha, el rector de la UNL, Enrique Mammarella aseguró que "el 70% de nuestros docentes y no docentes están por debajo de la línea de pobreza".
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Por su parte, la presidenta del centro de estudiantes de FHUC, Malena Torres, indicó que el objetivo es juntar fuerzas y marchar junto a docentes e integrantes del Conicet. “Vamos por la promulgación de la ley de financiamiento universitario”, aseguró.
Luego, Rubén Nuñez, de APUL, recordó que “se agotaron todas las instancias de diálogo”, que las paritarias “son unilaterales” y que la mayoría de los trabajadores están “por debajo de la línea de pobreza”. En tanto, alertó que “no solo quiere destruir la educación pública y las universidades nacionales, sino también la salud pública, nuestras empresas, los derechos laborales y sociales que llevaron años de lucha”.
Claudio Girardi, de la CGT Regional Santa Fe, añadió que el derecho a la educación tiene el principio de igualdad. “Vamos a marchar por la universidad pública que es la universidad de los trabajadores”, señaló. En tanto, advirtió que el desfinanciamiento de las universidades “es una política de ajuste más” y que “lo que preparan para el presupuesto 2025 es peor que lo de 2024, y va a agravar las circunstancias”.
Por último, José Testoni de la CTA alertó: “El desfinanciamiento es la antesala a la privatización, y para nosotros la educación pública es un derecho que está vinculado al desarrollo y al crecimiento y no puede ser considerada un negocio”.