De la serie "Los mexicanos salieron de los indios, los brasileros salieron de la selva, pero nosotros los argentinos llegamos en los barcos"; el presidente Alberto Fernández acaba de sumar otra frase desafortunada durante su paso por la ciudad de Santa Fe: "...Como soy un buen porteño, y un buen porteño debe ser solidario con el resto de la Patria; y como antes que porteño soy argentino, voy a trabajar hasta el último día que me toque ser presidente para hacer más federal a la Argentina".
Lo dijo en el acto de presentación de las obras que ampliarán la planta potabilizadora de ASSA en esta ciudad y en medio de otros anuncios como, por ejemplo, la nueva costanera Néstor Kirchner y la firma de los últimos acuerdos tendientes a que el Gobierno de la Nación devuelva, de una vez por todas y por orden de la Justicia, miles de millones de pesos que de manera ilegal le retuvo a la provincia de Santa Fe y a otras provincias entre 2006 y 2015.
"Santa Fe, como Rosario, tiene que tener los mismos derechos que tiene un porteño. Soy porteño. Nací en mi querida ciudad de Buenos Aires, amo a mi ciudad de Buenos Aires. Pero me siento muy mal viendo lo injusto que es, con la comodidad que vivimos en Buenos Aires, y con las dificultades que enfrentan las ciudades del interior de la Patria", se explayó Fernández.
A su lado estaban el gobernador Omar Perotti y el intendente Emilio Jatón, quienes no tuvieron la fortuna de nacer en la ciudad de Buenos Aires, pero según la mirada del presidente, como santafesinos se verán beneficiados por el hecho de que un porteño solidario conduzca en estos momentos los destinos del país.
Un viaje al pensamiento de Alberto Fernández
El presidente dijo lo que dijo con las mejores intenciones. Sin embargo, sus palabras dejaron al descubierto el sesgo más profundo de su pensamiento. Para el presidente Alberto Fernández, es necesario aclarar que además de porteño es argentino -como si no fuera una obviedad- y que la Ciudad de Buenos Aires y "las ciudades del interior de la Patria" pertenecen al mismo país.
En definitiva y según Fernández, si un presidente destina fondos para pagar a las provincias deudas contraídas de manera ilegal y a construir obras públicas fuera de Capital Federal, es un presidente/porteño/argentino "solidario".
¿Si ese mismo presidente destinara dinero a pagar deudas o a construir obras en Capital Federal, qué sería entonces? Si no es "solidario", ¿estaría cumpliendo con su obligación por tratarse de Capital Federal? ¿Acaso no es obligación de cualquier presidente destinar fondos a la obra pública de todo el país de manera equitativa y a pagar sus deudas con los Estados provinciales? ¿El presidente cree que ser federal es ser solidario?
Cuando Alberto Fernández habla de "las dificultades que enfrentan las ciudades del interior de la Patria", ¿realmente cree que la Patria tiene un interior y un exterior?
A estas alturas de las circunstancias y en medio de tantas palabras reveladoras, quizá sea necesario recordar que se es solidario cuando se toma la decisión de entregar parte de lo que a uno le pertenece. Pero en este caso, ¿el Gobierno Nacional entrega parte de lo que le pertenece cuando financia obras en las provincias o paga sus deudas?, ¿realmente le pertenecen esos recursos?, y si le pertenecen, ¿debe distribuirlo solo por solidaridad?, ¿de qué manera el Gobierno Nacional obtiene "sus" recursos?, ¿son "sus" recursos?
Lo primero que Alberto Fernández debería recordar es que entre 2006 y 2015 el Gobierno Nacional -conducido por Cristina Fernández- se quedó de manera ilegal con miles de millones de pesos de algunas provincias. Los reclamos de Santa Fe comenzaron con Jorge Obeid, y continuaron con Hermes Binner, Antonio Bonfati, Miguel Lifschitz y Omar Perotti.
Hace seis años que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó la devolución de esos fondos. Pero el gobierno de Mauricio Macri y, hasta el momento, la gestión de Alberto Fernández, no acataron esa orden.
El Presidente aseguró que en pocos días se firmará un acuerdo para iniciar el proceso de devolución del dinero. Según el último cálculo de diciembre de 2021, son aproximadamente 130.000 millones de pesos que, si se tomara en cuenta la inflación acumulada en 2022, serían casi 170.000 millones.
Sin embargo, existen cálculos que indican que, si a lo largo de esos nueve años -entre 2006 y 2015-, esos fondos hubiesen llegado a la provincia, se hubieran podido construir obras que a valor actual representarían casi 400.000 millones de pesos. ¿Realmente Alberto Fernández está convencido de que devolver el dinero ilegalmente retenido a una provincia es un acto de solidaridad?
De dónde salen los recursos que el Estado destina a obras
Lo mismo sucede con el anuncio de obras públicas, como por ejemplo la ampliación de la planta potabilizadora de ASSA o la construcción de la nueva costanera Néstor Kirchner.
Un país cuenta con una manera de generar recursos genuinos que no impliquen endeudamiento, ni emisión monetaria. Se trata de generar el mayor nivel de exportaciones y alcanzar una balanza comercial positiva. Durante 2021, alrededor del 57% de los recursos obtenidos por exportaciones en la Argentina se generaron a través del campo y de la agroindustria. El sector oleaginoso representa 33.9%, el cerealero 17.9% y el bovino el 6.1%. A estos se les suman el avícola, el tabacalero, la pesca, etc.
Se calcula que más del 60% de la renta agrícola termina en manos del Gobierno nacional a través del cobro de distintos impuestos. Sin discutir si es justo o conveniente aplicar las retenciones que se aplican -existen distintas miradas y todas son válidas-, la pregunta es la siguiente: cuando un presidente decide invertir fondos públicos en obras para las provincias, ¿está entregando solidariamente lo que le pertenece, o en realidad devuelve parte de lo que el Estado central recibió desde los sectores productivos?
Alberto Fernández dijo lo que dijo durante su paso por Santa Fe con las mejores intenciones. Sin embargo, el presidente parece ser víctima de una preocupante e inconveniente incontinencia verbal que por momentos lo lleva a generar problemas donde no existen. La sesgada visión sobre mexicanos, brasileños y argentinos, el anuncio de "la guerra contra la inflación" y el paternalismo/centralismo explícito de "un porteño solidario", son solo algunos ejemplos.
En un momento se habló de la necesidad de que el Presidente improvise menos en sus discursos, pero al parecer no hubo demasiados cambios en este sentido.
Aunque parezcan obviedades, un día después del paso del presidente por esta ciudad se hace necesario aclarar algunos conceptos elementales: los porteños son argentinos, la Patria no tiene interior o exterior, el Gobierno nacional no genera fondos propios, no se puede ser solidario con lo que a uno no le pertenece, la equilibrada distribución de los fondos públicos a lo largo y ancho del país no es cuestión de solidaridad y es una obligación legal cumplir con la ley y con las órdenes judiciales.
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