El contexto histórico y la lucha por los derechos políticos de las mujeres
La historia del sufragio femenino en Argentina no comenzó en 1947. A lo largo de los años, muchas mujeres argentinas habían luchado por la inclusión en los espacios de poder. A finales del siglo XIX, figuras como Elvira Rawson, Flora Tristán y Alicia Moreau de Justo ya se habían destacado por sus esfuerzos en favor de la igualdad de derechos políticos para las mujeres. Sin embargo, fue a mediados del siglo XX cuando la lucha adquirió un carácter más decidido, especialmente bajo el liderazgo de Eva Perón.
El contexto político de la época también fue clave para que el movimiento por el voto femenino tuviera eco en el gobierno. En 1946, Juan Domingo Perón asumió la presidencia de Argentina, y Evita, su esposa, se convirtió en la gran defensora de los derechos de las mujeres. Fue ella quien, en 1946, comenzó una campaña que abogaba por el voto femenino, movilizando a miles de mujeres para que su voz fuera escuchada en las urnas.
La promulgación de la ley 13.010
El 23 de septiembre de 1947, el Congreso Nacional sancionó finalmente la ley 13.010, que otorgaba el derecho al voto a las mujeres argentinas. Esta ley se constituyó como un avance significativo en la lucha por la igualdad, pues no solo permitía a las mujeres votar, sino también ser elegidas para cargos públicos.
El acto de promulgación fue acompañado por una gran concentración en la Plaza de Mayo, organizada por la Confederación General del Trabajo (CGT), donde miles de personas celebraron el logro. Fue en ese contexto que el presidente Perón entregó simbólicamente el decreto a Eva Perón, quien había sido la gran impulsora de la ley. Ese gesto marcó un reconocimiento público del gobierno hacia la incansable lucha de Evita por los derechos políticos de las mujeres.
El 23 de septiembre de 1947, Argentina dio un paso histórico con la promulgación de la ley que otorgó a las mujeres el derecho al voto, un hito en la lucha por la igualdad de género.
El 23 de septiembre de 1947, Argentina dio un paso histórico con la promulgación de la ley que otorgó a las mujeres el derecho al voto, un hito en la lucha por la igualdad de género.
Evita, el rostro visible de la lucha por el voto femenino
Eva Perón fue, sin lugar a dudas, una figura central en la conquista del voto femenino en Argentina. Su rol no solo se limitó a la promulgación de la ley, sino que también fue fundamental en la movilización social y en la concientización de las mujeres acerca de sus derechos. Fue ella quien encabezó la campaña por el sufragio femenino y llevó adelante una de las luchas más significativas de la historia argentina.
En su primer discurso oficial tras las elecciones de 1946, Evita expresó: “La mujer del presidente de la República, que os habla, no es más que una argentina más, la compañera Evita, que está luchando por la reivindicación de millones de mujeres injustamente pospuestas en aquello de mayor valor en toda conciencia: la voluntad de elegir, la voluntad de vigilar, desde el sagrado recinto del hogar, la marcha maravillosa de su propio país. Esta debe ser nuestra meta.”
Estas palabras fueron un llamado a la acción y a la unión de las mujeres para alcanzar su derecho a decidir, a ser parte activa de la vida política y social del país.
El impacto de la ley y su legado
La sanción de la ley 13.010 fue un paso histórico hacia la inclusión y la igualdad, pero también marcó el inicio de una transformación social y política que aún continúa hoy. Si bien el voto femenino en Argentina fue un gran avance, no resolvía todos los desafíos que enfrentaban las mujeres en la sociedad. A partir de ese momento, las mujeres pudieron ejercer su derecho a votar en las elecciones nacionales, pero la verdadera inclusión política requirió de otros avances legislativos, como la Ley de Cupo Femenino en 1991 y la Ley de Paridad de Género en 2017, que garantizan mayor representación femenina en los cargos públicos.
A pesar de los avances, el camino hacia la igualdad política sigue siendo un desafío. Las mujeres continúan luchando por acceder a espacios de poder y toma de decisiones, y por erradicar las barreras sociales y culturales que dificultan su participación activa en la política. Sin embargo, la promulgación de la ley del voto femenino sigue siendo uno de los momentos más importantes en la historia de la democracia argentina, y un recordatorio de que los derechos no se conquistan sin esfuerzo y sin lucha.