Se trata de Claudio Rivero, Juan Francisco Bruno y su primo, Héctor Bruno, quienes se encuentran siendo juzgados en el marco de un juicio oral presidido por los jueces Sergio Carraro, Cecilia Labanca y Sebastián Szeifert.
Dicho juicio comenzó el pasado 12 de diciembre y tiene previsto culminar el próximo viernes, cuando a partir de las 8.30, el tribunal de a conocer el veredicto en la sala 6 del primer piso de tribunales.
Los tres fueron detenidos e imputados en el marco de una causa que encabeza el fiscal de la Unidad de Delitos Sexuales, Matías Broggi que imputó a Rivero y Bruno (Juan Francisco) como coautores de abuso sexual con acceso carnal calificado por la participación de dos o más personas en concurso ideal con promoción a la corrupción de menores agravada por violencia. Mientras que Héctor Bruno fue juzgado como partícipe necesario de abuso sexual con acceso carnal calificado por la participación de dos o más personas en concurso ideal con promoción a la corrupción de menores agravada por violencia, como coautor.
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Para los tres, el fiscal pidió una condena de 14 años de prisión para Rivero y Bruno (Juan Francisco) y 10 para Bruno (Héctor) al considerar que los tres cometieron un “crimen de odio” con el joven abusado.
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Broggi además resaltó que el abuso causó severas secuelas en la víctima ya que desde que ocurrió el suceso -tras los festejos de Navidad del 2021- suele bañarse varias veces al día, al sentirse sucio, no puede estar solo, y por la noche debe dormir con las luces encendidas.
Penas más duras
La querella, por su parte, se encuentra a cargo de los abogados Carolina Walker Torres y, a diferencia de la Fiscalía, solicitó una condena de 20 años para los tres hombres imputados por el aberrante hecho. El pedido se amparó en que a lo largo del juicio la prueba presentada fue “contundente”. Además, remarcó que el rol de Bruno (Héctor) no fue el de un simple conductor de una camioneta, sino que “dirigió el rumbo de los acontecimientos”.
Vale recordar, que la imputación de la Fiscalía y querella apuntan a que los tres hombres levantaron a la víctima tras una fiesta en el pueblo de Santa Rosa de Calchines y le dijeron que lo acercaban a un after. Sin embargo, en el camino pararon en un descampado y Bruno (Héctor) y Rivero descendieron de la camioneta en la que circulaban.
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Bruno (Juan Francisco) quedó en la parte trasera y tras un forcejeo le bajó las pantalones a la víctima y lo abusó. Seguidamente, lo obligó a que le haga sexo oral. Tras la violación, subió a la camioneta Rivero que también ultrajó al joven que para ese entonces tenía 16 años. Según la acusación, los tres hombres luego siguieron con su viaje y abandonaron a la víctima en una estación de servicios abandonada de la ruta 1.
El ausente, el que no vio nada y el que se masturbó
Las defensas de los tres acusados rechazaron los pedidos de la Fiscalía y querella y mediante distintas posturas solicitaron la absolución de sus clientes. En el caso de Bruno (Héctor), su abogado, Sebastián Oroño, solicitó que lo absuelva de culpa y cargo por el beneficio de la duda, al considerar que durante el juicio no se pudo probar nada contra su cliente. “Esto es una ficción”, dijo el letrado.
El abogado descartó además que haya existido un plan previo para cometer el abuso, tal como imputa la Fiscalía, y negó que haya existido una “participación necesaria” en el hecho acusado. En efecto, solicitó la absolución de su asistido o a lo sumo que se lo condene por el abandono de persona al haber dejado al adolescente de 16 años solo en una estación de servicio.
Por su parte, Carlos Chena, que representa a Rivero, negó que su cliente haya abusado sexualmente a la víctima al sostener que ningún examen médico pudo confirmarlo. “Se presentan muchas dudas”, dijo el letrado y aseguró que su asistido no abusó de la víctima, sino que se masturbó y por eso se encontraron restos biológicos en el vehículo.
El defensor Martín Risso Patrón, por último, cuestionó la investigación y requirió que sea absuelto su cliente al considerar que lo largo del debate no pudo comprobarse que haya estado en la camioneta donde ocurrió el abuso sexual. Según el abogado, la Fiscalía no “pudo destruir el principio de inocencia” que le cabe a su defendido.
