En estado de "shock", según lo que describió la mujer que la asistió en diálogo con el periodista Lucas Payetta, la menor de edad, con su bebé en brazos, le pidió que le pague el boleto de transporte público en el barrio Estanislao López. "Mi hermana accedió y le preguntamos qué le pasaba, porque la vimos muy alterada", contó.
Una menor de edad denunció haber escapado de un cautiverio de cinco años en Santa Fe
Acorde a lo que reconstruyó la mujer con su testimonio, la víctima, de 16 años, les relató una historia que las estremeció: "Nos contó que estaba huyendo del marido, que la tenía secuestrada con su bebé de 11 meses".
Tras escucharla, la mujer llevó a la joven madre y a su bebé a su propia casa. Allí, los ayudó a higienizarse, les dio de comer y les ofreció asilo, antes de llamar a la Policía.
En contacto con la policía, la adolescente profundizó sobre los hechos de violencia que sufría durante su secuestro, el cual denunció que duró cinco años. "Contó que el hombre quemaba a su bebé con cigarrillos y espirales. También dijo que les pegaba a los dos", detalló la mujer sobre el relato.
A su vez, añadió que la adolescente no está alfabetizada, por lo que no recordaba su número de DNI ni pudo brindar mayores precisiones en cuanto a la ubicación exacta del lugar.
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"Se pudo escapar porque el hombre salió a hacer un mandado y dejó la puerta abierta, pero no es la primera vez que intentaba irse", contó, y agregó que la joven dijo que, en ocasiones anteriores, había ido al centro a dormir con su bebé, pero el papá de la criatura siempre los encontró.
Cautiverio, explotación sexual y violencia psicológica
Otro dato que la adolescente sumó a la hora de exponer su calvario es la existencia de otro actor clave: la madre del secuestrador. "Nos contó que su suegra metía hombres a la noche en su habitación y que estos abusaban de ella", dijo la mujer.
En esa línea, contó que la joven relató situaciones en las que, cuando ella "no hacía lo que él quería, él le decía que la iba a matar cuando se durmiera".
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Además, la adolescente brindó datos relacionados a la presunta venta de estupefacientes: "Dijo que el hombre y la madre vendían droga, y pudo dar sus nombres", según manifestó la mujer.
Tras momentos en los que la víctima "estaba triste y muy shockeada", la mujer contó que logró calmarse y agradeció la ayuda, minutos antes de que la Policía de Investigaciones (PDI) la traslade a un lugar de asilo donde pasar las próximas horas, a medida que la causa avanza.
La fiscal Vivian Galeano quedó a cargo del caso, en el que interviene la Comisaría de la Mujer. También participa la PDI.
