El juez federal N°2 de Santa Fe, Marcelo Bailaque, deberá definir en los próximos días si llama a indagatoria a un agente policial en el marco de una causa que lo investiga por haber brindado un “falso testimonio” en el juicio oral y público en el cual fue juzgado y condenado el exjefe de la Policía de Santa Fe, Hugo Tognoli.
El 27 de octubre del 2015 el exjefe de la Policía de Santa Fe condenado por ayudar a un narco de la Costa a eludir investigaciones de la Justicia y también por coacciones contra la titular de una Ong.
Archivo/ José AlmeidaSe trata de Marcelo C., el cual está acusado por el fiscal Walter Rodríguez de no haber dicho la verdad en el momento en que declaró ante el tribunal de jueces federal José María Escobar Cello, María Ivón Vella y Luciano Lauría que el 27 de octubre condenó a seis años de prisión al exjefe Tognoli, al ex subjefe de Inteligencia de la División Drogas Peligrosas, José Luis Baella, a cinco años de cárcel, al narcotraficante Daniel "Tuerto" Mendoza, a seis años y medio de cárcel y al remisero Fernando Torres, al cual se le impuso la pena de cuatro años.
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El pedido de indagatoria surgió en base a que el fiscal consideró que el uniformado cometió el delito de "encubrimiento" por no contar lo que realmente pasó el 3 de marzo del 2012 cuando estacionaron con Baella un vehículo oficial de la fuerza (Chevrolet Corsa color champagne) frente a la casa del narco de Colastiné, el “Tuerto” Mendoza. Ese día, efectivos de Asuntos Internos estaban apostados en inmediaciones del domicilio y vieron como Mendoza subió al coche por la puerta trasera cerca de las 21.45 y se fueron del lugar. Alrededor de las 22, el auto regresó y del mismo descendió Mendoza.
Sin embargo, cuando Marcelo C. declaró en el debate sostuvo que “en ningún momento detuvieron la marcha ni subió persona alguna al móvil Corsa en el que se desplazaban por la zona de la costa con Baella”. Mientras que en contraposición dos agentes de Asuntos Internos coincidieron en afirmar que el rodado “se desplazó a baja velocidad y con las luces apagadas frente al inmueble de Mendoza”.
Para el representante del Ministerio Público Fiscal, el agente policial en cuestión demostró su “consagración a una empresa delictiva concebida bajo el abuso de potestades estatales” que incluyeron “pactos de silencio e impunidad” para lograr que Mendoza pueda evadir las investigaciones que la Justicia federal había iniciado en su contra por infracción a la ley de drogas.
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“Si bien reconoció (por el acusado) encontrarse a bordo del automotor en aquella ocasión, punto seguido negó un aspecto determinante para el juzgamiento en cuyo marco prestó declaración testimonial, ensayando una versión abiertamente contrapuesta a las circunstancias que se tuvieron por probadas con grado de certeza en los autos de referencia”, dijo el fiscal.
En su argumento, el fiscal Rodríguez citó además una declaración de quien en ese entonces era la concubina de Mendoza. Se trata de S.R.M., la cual sostuvo ante la Justicia que era habitual que su pareja desarrollara reuniones con policías de los cuales algunos llegaban al domicilio a bordo de vehículos oficiales. Entre ellos, el Corsa color Champagne al que se subió Mendoza el 3 de marzo del 2012.
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