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Policiales Narcotráfico en Rosario |

Los crímenes que se repiten en torno a un búnker que todos conocen: el "pasillo" de barrio La Tablada

Una mujer de 64 años fue ejecutada en el sur de Rosario. Se sospecha que la mató un sicario paraguayo de la villa 1-11-14 de Buenos Aires. Otro asesinato a tres cuadras de allí podría estar vinculado. El kiosco de drogas es manejado por el clan Funes desde el penal de Ezeiza.

Unos segundos después de que se escuchara el sonido seco de la pistola 9 mm los vecinos salieron a la puerta. Buscaban dónde habían tirado. María Elena González, una mujer de 64 años, que vive en Necochea y Ameghino, corazón del barrio La Tablada, había muerto en el acto de un disparo en la cabeza. Los vecinos habían visto a un muchacho merodear por su casa minutos antes. Tenía un rasgo particular en su rostro: el labio leporino y la nariz achatada, como si tuviese una cicatriz.

María Elena González había sido testigo en noviembre pasado en uno de los juicios contra el clan Funes, una de las bandas narco más sanguinarias de Rosario, que operaban en esa zona de la mano de René Ungaro, conocido como El Brujo. La mujer había ratificado en una audiencia judicial que en setiembre pasado su casa había sido blanco de una balacera. Por ese hecho fueron detenidos dos engranajes claves del clan Funes, como los sicarios Agustín Arselli, de 22 años y Joel Olguín, de 24.

Pero González no era simplemente una testigo, sino que también tenía relación con esa geografía narco. Tenía un lazo de parentesco lejano con Brian Sánchez, conocido como Pocha, un sicario de 21 años, que fue condenado por tres crímenes a 20 años de prisión. La “Mari” también vendía drogas en su casa, señalan en el barrio.

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María Elena González, que fue asesinada ayer en esta calle de Rosario, fue testigo en noviembre pasado en uno de los juicios contra el clan Funes.

María Elena González, que fue asesinada ayer en esta calle de Rosario, fue testigo en noviembre pasado en uno de los juicios contra el clan Funes.

A fines de marzo pasado, la fiscal Valeria Haurigot imputó a 16 personas como parte de una asociación ilícita que cometía homicidios y que manejaba un búnker de drogas, que es mítico en la zona, como es el que funciona en Chacabuco al 4100 y es conocido como el “pasillo”. Ese lugar de venta de cocaína tiene una característica: posee un auto blanco, que está abandonado, a manera de protección, como si fuese una barricada. El auto está lleno de agujeros de bala porque fue atacado el sábado pasado. Esa puede ser una de las razones de estos asesinatos, piensan los investigadores.

El detonante de este nuevo capítulo judicial contra esta banda de los Funes fue el crimen de Mariel Lezcano. La chica de 21 años fue ejecutada el 13 de octubre pasado a dos cuadras del llamado “pasillo”, el búnker de Los Funes. La joven venía siendo amenazada por sicarios del clan. Según la causa que investigó el fiscal Gastón Ávila, Alan Funes, detenido actualmente en Ezeiza, pagó 30.000 pesos a tres jóvenes para que atacaran la casa de Lezcano, a la que terminaron matando.

Los investigadores señalaron que desde hace un tiempo empezaron a ver que hay sicarios que vienen de Buenos Aires para hacer “trabajos” en Rosario

Los vecinos que escucharon como ejecutaban a la mujer de 64 años este lunes aportaron a los policías y gendarmes que llegaron al lugar un dato clave. El sicario tenía una cicatriz en el labio y en la nariz, como si se tratara de una persona con labio leporino.

Un par de horas después los policías encontraron a un hombre con esa característica, que caminaba por el barrio La Tablada sin ningún problema aparente. Rubén Darío M. (27 años) fue detenido. Es un hombre de nacionalidad paraguaya que dormía en el búnker de Chacabuco al 4100, conocido como el “pasillo”. Secuestraron una vaina servida y otra intacta calibre 9 mm. También incautaron un celular viejo marca Samsung, con tapita, que sólo tenía dos números agendados. En el viejo teléfono había imágenes de personas disparando contra una casa que ahora se van a analizar para detectar quién era.

El joven paraguayo se resistió cuando lo fueron a detener. No estaba armado, ni tampoco los policías pudieron encontrar luego la pistola que podría haber usado en el crimen de la mujer de 64 años. Los investigadores señalaron que desde hace un tiempo empezaron a ver que hay sicarios que vienen de Buenos Aires para hacer “trabajos” en Rosario, algo que dificulta las pesquisas porque nadie los conoce en los lugares donde atacan y pocas horas después de llevar adelante el crimen se vuelven a Capital Federal o el conurbano bonaerense. La hipótesis es que Rubén Darío M. desaparecería de Rosario este martes a la mañana.

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Alan Funes, uno de los narcos más brutales de Rosario, está detenido en el penal federal de Ezeiza desde el año pasado

Alan Funes, uno de los narcos más brutales de Rosario, está detenido en el penal federal de Ezeiza desde el año pasado

A tres cuadras de donde vivía María Elena González se produjo otro homicidio anoche, que los investigadores creen que puede estar relacionado con el de la mujer de 64 años. Ocurrió cuatro horas antes que mataran a González. En de Gutiérrez y Médici, Iván Humberto Falletti (34 años), fue interceptado por dos hombres que se movían en un auto. Cerca de las 20, Falletti tomaba una cerveza con gente del lugar, cuando le dispararon desde un auto. Uno de los atacantes se bajó del vehículo y lo remató. La víctima fue asesinada de ocho disparos.

Este hombre de 34 años estaba por viajar a Europa, donde vive su hermano, para continuar un tratamiento para poder dejar la adicción a las drogas.

Fuentes de la investigación señalaron que es posible que los dos asesinatos estén vinculados. El trasfondo de estos crímenes tendría que ver con el negocio de la venta de drogas en la zona, que tiene a la banda de Los Funes como protagonistas. Los investigadores advirtieron que el sábado pasado balearon un búnker que funciona en la zona, en calle Chacabuco, donde un auto blanco que estaba en la puerta terminó agujereado por las balas. Una de las hipótesis es que este ataque haya sido el catalizador de las venganzas que se produjeron este lunes a la noche y provocaron dos muertes.

Alan Funes, uno de los líderes narco más sanguinarios de Rosario, está detenido en el penal federal de Ezeiza desde el año pasado, cuando varios capos mafiosos de esta ciudades fueron trasladados a esa cárcel. Funes fue condenado a 35 años de prisión por el homicidio de Marcela Díaz y por integrar una asociación ilícita comandada desde la cárcel de Piñero por René Ungaro, que en el mismo juicio fue sentenciado a siete años de prisión.