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Policiales Rosario | cuarentena | Seguridad

La policía respira por la merma de delitos, se desdobla en los controles del aislamiento y monitorea la reacción social

El control a la circulación ciudadana provocó una retracción de la ola de delitos contra la propiedad y las personas, que se redujo en un 85 por ciento, y hace siete días que no hay crímenes.

El ritmo de homicidios en Rosario se desaceleró en medio del aislamiento sanitario por la pandemia del coronavirus. La policía se desdobla para hacer cumplir la cuarentena, patrullar, participar de operativos, controlar rutas y accesos. En algunas ciudades se desactivó la incitación a saqueos. Por eso se monitorea con mucha atención los efectos sociales de una posible extensión aislamiento, sobre todo en los sectores más postergados, que padecen el encierro y la falta de recursos para subsistir.

Apenas una tregua

La preocupante periodicidad de homicidios que registraba Rosario en este 2020 se frenó el sábado pasado cuando con la muerte de Alejandro Merlo, de 30 años, ejecutado de un tiro en la nuca en el barrio Mangrullo, extremo sur de la ciudad. Con él, la cifra se estancó en 59 homicidios, que se contabilizaron hasta la producción de esta nota. El contexto aplacó las sangrientas pujas territoriales.

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Tal vez uno de los últimos “hitos” de la criminalidad organizada se dio el sábado 14 de marzo, cuando en Rosario acribillaron a balazos a Luciano “Chanchi” César, un hombre de 60 años históricamente ligado a balaceras y bandas con furiosos antecedentes en el barrio Tablada. A Chanchi le descargaron cinco proyectiles en el cuerpo luego de que atendiera el llamado a la puerta de su casa, en Presidente Quintana al 100 bis.

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Aunque conscientes de que se trata de un panorama excepcional emergente de la pandemia, fuentes de la policía provincial consultadas por Aire Digital destacaron que se observa una ostensible merma del 85 por ciento en los delitos contra la propiedad y las personas, como robos, arrebatos, entraderas, extorsiones.

Igualmente, tanto en Rosario, Santa Fe, Rafaela y localidades más pobladas, se contaron detenidos por amenazas, portación de armas de fuego o agresiones, hechos derivados más que nada de controversias intepersonales, vecinales o barriales. El resto de los procedimientos, como es visible, están concentrados en el estricto cumplimiento de la cuarentena.

500 policías menos

En este contexto de emergencia la planificación del Ministerio de Seguridad y la Jefatura de Policía no solo apunta a la prevención de delitos, sino al control de la circulación ciudadana. Eso impuso un doble rol de las fuerzas de seguridad. El propio jefe de la fuerza, Víctor Sarnaglia, alabó hace una semana la tarea de todo el personal a su cargo a lo largo y ancho de la provincia, que ante la pandemia arriesga su salud, muchas veces sin los recursos necesarios.

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Pero a la par se va se va diezmando el recurso humano. A tal punto que ya son 485 los uniformados desafectados de todas las tareas: 400 pertenecen a los grupos de riesgo con patologías precedentes; y otros 85 (cifras del viernes), fueron aislados por prevención, ya que participaron de operativos en los que tuvieron contacto con personas que podrían haber sido infectadas por el coronavirus. Y día a día se suman decenas de policías en esa condiciones, recluidos en sus hogares hasta mitigar el riesgo para su salud. La medidas de aislamiento tiene que ver con claras instrucciones del Ministerio de Salud de Santa Fe, cuyo objetivo es reducir los focos de contagio. Por eso Sarnaglia también solicitó la provisión de materiales, como guantes y barbijos para el personal.

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Durante dos semanas la ciudad de Ceres estuvo aislada y blindada.

Durante dos semanas la ciudad de Ceres estuvo aislada y blindada.

Es que hasta hasta hace algunos días la policía realizó unas 500 intervenciones en todo la provincia, y detuvo a 1.633 personas que rompieron el aislamiento, de acuerdo datos volcados por el Ministerio Público de la Acusación (MPA). Pero además controlan rutas y caminos limitrofes con Córdoba y Chaco. La insólita situación en la localidad de Ceres (primer población aislada) obligó a destinar nada menos que 200 policías para resguardar el confinamiento. A ello se debe sumar que en todo el territorio santafesino la policía controla 45 cortes de caminos.

La insólita situación en la localidad de Ceres (primer población aislada) obligó a destinar nada menos que 200 policías para resguardar el confinamiento. A ello se debe sumar que en todo el territorio santafesino la policía controla 45 cortes de caminos.

La demanda de policías es incesante. En Corral de Bustos (Córdoba) hay gente infectada. Pegado en Arteaga (Santa Fe), los pobladores tienen temor al contagio y piden restricciones. “Son un total de 207 localidades con acceso restringido”, graficaron las fuentes consultadas sobre la distribución del personal.

Es evidente que la tarea policial está sobrecargada y diversificada. A eso se debe sumar la presencia en los centros de ayuda alimentaria que dispuso el Ministerio de Desarrollo Social para los sectores más vulnerables, la custodia de supermercados, bancos y demás puntos de concentración de la población.

Extensión del aislamiento y focos de tensión

La coyuntura afecta a todos los sectores, pero la franja social más pauperizada, sin vivienda o muy precaria, sin agua, cloacas o atada a la economía informal resiste cada día de la cuarentena en condiciones desesperantes. Y ese panorama se agudiza con el correr de los días, más aún, si se prolonga el aislamiento.

Las autoridades lo saben y en cada distrito nacional se monitorea atentamente este cuadro. Es como el humo de un volcán, que brota leve pero con riesgo de erupción. Y las autoridades de Santa Fe están atentas a lo que pueda ocurrir en las próximos días. En ese sentido, Aire Digital pudo constatar que se desactivaron focos de incitación a saqueos en barrios de Rafaela, Villa Constitución y Santo Tomé. Si bien fueron sólo intenciones, se detectaron mediante tareas de inteligencia, y espionaje cibernético con testeo de redes sociales, datos que desembocaron en procedimientos positivos.

“Se está instruyendo y preparando al personal, porque si se prolonga el aislamiento, pueden surgir hechos de tensión en algunos barrios”, advierten con cierta preocupación fuentes consultadas.

“Se está instruyendo y preparando al personal, porque si se prolonga el aislamiento, pueden surgir hechos de tensión en algunos barrios”, advierten con cierta preocupación.

“Se está instruyendo y preparando al personal, porque si se prolonga el aislamiento, pueden surgir hechos de tensión en algunos barrios”, advierten con cierta preocupación. Dos organismos monitorean esta situación: la Agencia de Investigación Criminal (AIC), en coordinación con el Ministerio de Seguridad y el Organismo de Investigaciones (OI), que nutre de datos y sirve de apoyo a las unidades fiscales.

Atentos

No es el mismo panorama, pero la crisis desatada en el 2001 dejó un penoso recuerdo en Santa Fe, cuando cientos de familias se agolparon frente a los supermercados para reclamar alimentos. Y aunque en casi 20 años no se hayan resuelto las deudas con las franjas más desprotegidas, ese no tan lejano antecedente se presenta una vez. Las autoridades lo saben y por eso crearon grupos de whatsapp con los titulares y dueños de los supermercados para seguir minuto a minuto la situación en la puerta de cada local comercial.

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Los análisis puertas adentro de los comandos de la seguridad contemplan potenciales incidentes. El miércoles se cortaron las licencias de los policías, se destinaron horas Ospe (extras), y se trata de coordinar el trabajo con las fuerzas nacionales (Gendarmería Nacional, Prefectura y Policía Federal) para reaccionar de inmediato ante

Posibles escenarios de virulencia social

Un indicio sobre la complejidad de la problemática la dio secretario de Turismo de la provincia, Alejandro Grandinetti, cuando el viernes encabezó la conferencia de prensa para dar a conocer la cifra oficial de infectados por Cornovius en la provincia (64).

El funcionario fue puntual en relación a la articulación de estrategias y políticas para atender y contener la demanda en la barriadas más necesitadas y desprotegidas. Por eso puntualizó que será clave la ayuda social, la entrega de alimentos “casa por casa”, y para lo cual se trabaja en la articulación y coordinación con asociaciones civiles, iglesias, clubes, vecinales, municipios y comunas.