El fiscal Gonzalo Iglesias, a cargo de la causa que investigó el asesinato del empresario del turismo Hugo Oldani, expuso este jueves, durante la cuarta jornada de juicio, los videos de las cámaras de seguridad pública que registraron cómo fue el escape de la banda que participó del crimen ocurrido en la galería Rivadavia, el 11 de febrero del 2020, en horas de la tarde.
Mediante una serie de testigos, en su mayoría empleados de la Central del 911, el funcionario judicial reforzó su hipótesis del caso que apunta a que Juan Manuel Ruffino, el custodio de seguridad privada, fue quien trasladó a Bruno Figueroa, Brian Damiani y la menor Agustina González hasta las inmediaciones de la galería de La Rioja al 2400 y que fueron escoltados por el auto Fiat Palio que habría conducido Andrés Kaipl, el relacionista público detenido diez meses después del homicidio.
El primer video fue el que registró, a las 17.27.40 horas, el momento en que un Toyota Corolla blanco, similar al de Ruffino cruzó calle Iturraspe hacia el sur y detrás de él iba un automóvil muy similar al de Kaipl, color oscuro, con vidrios polarizados y con llantas.
Unos minutos más tarde, a las 17.38, una cámara de seguridad, instalada en la cochera que daba a salida de la galería por calle La Rioja, captó cuando pasó un auto similar al que fue registrado en López y Planes e Iturraspe. Dicho vehículo, luego dio la vuelta y volvió a pasar por el mismo lugar a las 17.40 horas. Con posterioridad pasó el "auto oscuro" captado unos minutos antes. Tal cámara fue la que registró a su vez cómo entraron a la galería Figueroa (con una bandolera) y González de la mano y Damiani detrás con una mochila puesta.
Tras cometer el crimen, los tres huyeron del local de Oldani y subieron al auto de Ruffino que estacionó frente a la galería. Luego doblaron por 25 de Mayo hasta Primera Junta en donde giraron hacia el oeste para luego doblar por San Jerónimo al sur. Al llegar a calle Mendoza, el Toyota Corolla fue captado por una cámara del 911. Luego, fue filmado, a las 17.55 en 3 de Febrero y Begni en dirección al sur.
La secuencia fílmica también tomó a un vehículo similar en el cruce de Circunvalación y Mendoza, a las 17.59, y que un minuto después, a las 18.00 pasó por el lugar el auto oscuro con vidrios polarizados. Ambos coches quedaron grabados después en la cámara de Monseñor Rodríguez y avenida Circunvalación, en el limite de la ciudad de Santa Fe con Recreo, en donde se encuentra la casa de un amigo de Ruffino y cuyo domicilio se sospecha que fue visitado por los integrantes de la banda tras el asesinato.
La vuelta al local de Oldani
En la cuarta jornada de juicio también hubo novedades en torno a la agencia de turismo en donde mataron a Oldani y de la cual desaparecieron millones de pesos y dólares, tras el homicidio, que se encontraban en una estantería ya que allí habría funcionado, además de una agencia de viajes, una "cueva financiera".
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Dicha firma fue inspeccionada el 28 de febrero por policías de la Agencia de Investigación Criminal que fueron hasta el local para secuestrar la CPU de una computadora. Sin embargo, al entrar a la agencia advirtieron que distintas maquinas estaban encendidas y que muchas de ellas tenían conexión de internet, situación que causó sorpresa ya que existía una orden judicial de clausura preventiva del local.
El dato fue ventilado por la agente Florencia Lobo, que prestó colaboración en la investigación y que a pedido del defensor público, Sebastián Amadeo (que asiste a Ruffino) recordó aquella anomalía en el local que debía permanecer cerrado y a disposición de la Justicia.
Desistidos
- Si bien estaban citados para el tramo final de la audiencia, el fiscal Gonzalo Iglesias resolvió a última hora desistir del testimonio de los exjefes policiales Walter Barco -jefe del Departamento Operativo de Investigación Región 1- y Hernán Galán -jefe de la División Homicidios-.
- Ambos se encuentran actualmente procesados, junto con la primera fiscal del caso Oldani, Cristina Ferraro, por una causa que se instruye en el Juzgado Federal N°2 de Santa Fe y la cual investigó, por medio del fiscal Walter Rodríguez, las irregularidades ocurridas en la escena del crimen, ya que el funcionario judicial sospecha que se ocultaron pruebas de un delito federal, como lo es la intermediación financiera no autorizada o el lavado de dinero.
- Lo mismo ocurrió con el policía Julián Nizzo que tampoco pudo declarar en el juicio ya que también se encuentra procesado en una causa judicial que lo investigó por haber desobedecido una orden judicial de parte de la fiscal Ferraro que tenía por objetivo mantener la guardia policial en Turismo Oldani Srl. Dicha orden, paradójicamente se dio horas después de que la misma fiscal autorizó a la familia del fallecido Oldani sacar millones de pesos y dólares que había en el local y los cuales nunca fueron contabilizados.
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