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Policiales Hugo Oldani | juicio | Caso Oldani

Juicio por el crimen de Hugo Oldani: Fiscalía y querella pidieron prisión perpetua y las defensas apuntaron al "beneficio de la duda"

Los planteos fueron realizados en la audiencia de alegatos de cierre del juicio que se desarrolló en tribunales de Santa Fe. Este jueves, a partir de las 12.30, el tribunal dará a conocer su veredicto. Punto por punto, que pidió cada parte del caso.

El juicio por el homicidio del empresario santafesino Hugo Oldani entró en su fase final este miércoles luego de los alegatos de cierre en donde la Fiscalía solicitó penas de prisión perpetua para el relacionista público Andrés Kaipl y custodio de una empresa de seguridad Juan Manuel Ruffino. Ambos están imputados por haber sido “participes principales” del crimen ocurrido en febrero de 2020 en la agencia de turismo Turismo Oldani SRL, en la galería Rivadavia de la ciudad de Santa Fe, en donde se presume funcionó una cueva financiera.

El pedido de la pena máxima fue realizado por los fiscales Gonzalo Iglesias y Estanislao Giavedoni en el marco de los alegatos de cierre del debate que arrancó el 13 de febrero pasado y por el cual pasaron un poco más de 50 testigos, pese a que habían sido convocados alrededor de 190 por la Oficina de Gestión Judicial de tribunales.

A la solicitud de la Fiscalía, también se acoplaron los abogados querellantes Agustín Márquez y Ramiro Díaz Duarte, que representaron a lo largo de la causa a la viuda de Oldani, Mónica Guadarrama, quien tuvo la última palabra este miércoles ante el tribunal conformado por los jueces Celeste Minniti, Sebastian Szeifert y Pablo Spekuljak.

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“A mi marido se lo ninguneó”, dijo la mujer que desde que se inició la causa guardó silencio. “Era un padre amoroso. Era un dulce de leche”, agregó en otro tramo de su declaración y comentó que desde que mataron a su esposo se siente desprotegida. “No veo las horas de que esto termine, es todo un caos”, concluyó.

Las defensas por su parte, Gustavo Abraham (por Kaipl) y el abogado del servicio público Sebastián Amadeo (por Ruffino) pidieron la absolución tras cuestionar cómo fue el desarrollo de la investigación que en un principio estuvo a cargo de la fiscal Cristina Ferraro (actualmente procesada por las irregularidades ocurridas en la custodia de la escena del crimen) y que luego quedó en manos del fiscal Gonzalo Iglesias.

Robo, homicidio y plan criminal

En su alegato, el fiscal Iglesias sostuvo que durante las nueve jornadas de testimoniales que tuvo el juicio se comprobó la hipótesis del caso que colocó a Ruffino y Kaipl como quienes realizaron un “aporte esencial” para que se cometa el hecho que terminó con la muerte de Hugo Oldani, quien recibió un disparo en la zona abdominal el 11 de febrero de 2020 entre las 17.45 y las 18 horas.

En el caso de Ruffino, mediante el traslado y posterior huida, en su Toyota Corolla blanco, del grupo que entró a la galería Rivadavia y que estuvo conformado por: Bruno Figueroa (que gatilló el arma que mató a Oldani), la entonces menor Agustina González que acompañó a Figueroa hasta la agencia de turismo y Brian Nahuel Damiani que ofició como campana de la banda en el hall de entrada. La secuencia quedó grabada en múltiples cámaras que fueron expuestas durante el juicio y que mostraron tanto la materialidad del hecho como también los momentos previos al asalto fatal.

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Así se fugaba el autor del disparo contra Hugo Oldani. Llevaba en sus manos el arma de fuego 9 milímetros.

Así se fugaba el autor del disparo contra Hugo Oldani. Llevaba en sus manos el arma de fuego 9 milímetros.

En el caso de Kaipl, el fiscal consideró que su aporte en el crimen fue mediante las tareas de “inteligencia” supuestamente realizadas durante la mañana antes del homicidio cuando, según el funcionario judicial, el entonces relacionista público se reunió, junto con Ruffino, Figueroa y Damiani, con una “persona de identidad desconocida”, que brindó el dato de donde tenían que atracar y a qué hora. Dichas tareas habrían implicado realizar una pasada por Turismo Oldani a las 11.09 y grabar la fachada del lugar con un celular, cuya línea que tenía en ese entonces impactó en la zona de la galería.

El fiscal Iglesias apuntó además a que durante el debate se comprobó que Kaipl fue quien escoltó, por medio de su Fiat Palio Fire, al Toyota Corolla blanco un rato antes del hecho y con posterioridad al asesinato. Tal secuencia fue acreditada, según el fiscal, mediante las cámaras del 911 y entidades privadas que advirtieron la presencia de ambos vehículos en distintas zonas de la ciudad. Como, por ejemplo, en López y Planes e Iturraspe (en los momentos previos); La Rioja y 25 de Mayo, San Jerónimo y Mendoza y Circunvalación y Mendoza y Circunvalación y Monseñor Rodríguez (durante la huida).

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El auto de Ruffino  que trasladó a los jóvenes que entraron a la galería Rivadavia.

El auto de Ruffino que trasladó a los jóvenes que entraron a la galería Rivadavia.

El alegato del fiscal apuntó además a que el homicidio de Hugo Oldani fue en el marco de un robo y no de una “cobranza”, como sostuvo Ruffino que, en su acto de defensa, sostuvo que el día del hecho fue a realizar un cobro para David Perona, el capitalista del juego clandestino muerto por covid durante la pandemia. Tal afirmación fue luego de recordar los videos de las cámaras de la galería que mostraron cómo Figueroa mató a Oldani y además remarcar que los teléfonos peritados a los imputados revelaron que ambos mantuvieron conversaciones en donde hacían mención a cometer hechos delictivos.

Compartiendo el mismo enfoque que la Fiscalía, los abogados querellantes remarcaron que el aporte realizado por ambos acusados fue “esencial”. “Si quitamos a Ruffino o Kaipl del hecho, el mismo no se podría haber realizado”, destacó Agustín Márquez. Y sentenció: “Estamos ante dos sujetos que eligieron vivir apartados del Estado de derecho”.

Invalidez del caso Oldani y beneficio de la duda

Desde la otra vereda, Sebastián Amadeo, que asistió a Ruffino, solicitó que su defendido sea absuelto ya que según su criterio la investigación tuvo múltiples irregularidades que deberían provocar la invalidez de la causa. Basándose en la teoría del fruto del árbol envenenado (que apunta en desestimar las pruebas de un caso cuando son obtenidas por vías ilegítimas), Amadeo comparó la recolección de las pruebas con un vaso lleno de las “aguas de la cupabilidad”.

En este sentido, el letrado enumeró 20 hechos que a su criterio tuvo la investigación y que provocan la invalidez de todas las actuaciones que realizaron tanto los peritos y policías que tuvieron intervención en la causa. Entre ellas, que nunca se encontró el arma homicida como así tampoco existió una verdadera cadena de custodia sobre los registros fílmicos que fueron secuestrados en la causa.

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Juan Manuel Ruffino durante el juicio por el crimen de Hugo Oldani.

Juan Manuel Ruffino durante el juicio por el crimen de Hugo Oldani.

El defensor también apuntó a la desaparición de dinero sin contabilizar en los peritajes (millones de pesos y dólares) que se encontraba en la agencia y que fue extraído por familiares y allegados de la víctima, a los ojos de la fiscal Ferraro, tras el crimen de Oldani. Tal situación, consideró Amadeo, nunca permitió saber si el grupo que fue hasta Turismo Oldani fue a robar o a realizar una cobranza, tal como declaró Ruffino. “El hecho que se le imputó no sabemos si fue un robo o una cobranza”, destacó. “Las graves alteraciones a la escena del crimen impiden condenar a mi defendido por la teoría del fruto del árbol envenenado”, acotó.

En esa línea, recordó que Oldani –según los testigos– nunca dijo que le robaron tras recibir el disparo, ya que solo dijo “me la pusieron” en por lo menos tres oportunidades antes de ser trasladado al hospital José María Cullen donde horas después se constató su fallecimiento.

El acompañante de Kaipl

Gustavo Abraham, por su parte, reafirmó su hipótesis del caso: que aquel día del hecho Kaipl se encontraba en inmediaciones de la Galería Rivadavia junto con un prestamista ya que este le había realizado supuestamente un préstamo a Brian Damiani –el “campana” de la banda, ya condenado en esta causa– y quería saldar la deuda.

Según Abraham, la Fiscalía nunca se dedicó a profundizar la pista del acompañante de Kaipl pese a que su cliente aportó los datos durante la investigación penal preparatoria (IPP).

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Andrés Kaipl durante el juicio por el crimen de Hugo Oldani.

Andrés Kaipl durante el juicio por el crimen de Hugo Oldani.

El abobado particular además marcó una contradicción en la declaración de Damiani en tribunales (en la cual incriminó a Kaipl el 7 de agosto del 2020) ya que el hoy condenado dijo que el relacionista, al cual conocía como “Andresito”, fue a la Galería Rivadavia horas antes al crimen y entró por calle Rivadavia y el video que expuso la Fiscalía mostró a un sospechoso entrar por calle La Rioja.

En tanto, tildó de poca fidelidad el impacto de antena que tuvo el teléfono que Kaipl utilizaba el día que mataron a Oldani y que lo posicionó en zona de la Galería Rivadavia en horas de la mañana. “Es solo un indicio”, dijo el letrado.

A su vez, cuestionó que la Fiscalía no buscó la verdad del caso ya que durante el debate desistió de distintos testigos. Entre ellos, los jefes policiales que actualmente se encuentran procesados en la Justicia federal por irregularidades en la escena del hecho. “La Fiscalía desistió de los jefes policiales y trajo acá a una testigo que no sabía los puntos cardinales”, cuestionó. “Sentí que fuimos Defensa y Justicia y que estábamos contra los defensores de Ferraro”, finalizó.

Pedidos de cada parte

  • Tanto la Fiscalía como querella solicitaron que Juan Manuel Ruffino y Andrés Kaipl sean condenados a prisión perpetua como participes principales de homicidio doblemente agravado (por ser perpetrado mediante el empleo de un arma de fuego y por ser cometido para procurar su impunidad)" y "tentativa de robo doblemente agravado (por ser perpetrado mediante el empleo de un arma de fuego apta para el disparo y por haber sido cometido en poblado y en banda)".
  • Mientras que la defensa de Ruffino apuntó a que se declare la invalidez por irregularidades ocurridas durante la recolección de pruebas que luego fueron ventiladas en el juicio. En caso de no ser así, el defensor solicitó que se declare la absolución de su defendido por el beneficio de la duda, tal como lo solicitó Abraham para Kaipl.
  • El veredicto del tribunal se conocerá este jueves a las 12.30 en tribunales y será leído por la presidenta del tribunal, María Celeste Minniti.