Las primeras alertas surgieron el sábado cuando los vecinos notaron un número inusual de abejas sobrevolando la intersección de calles Almonacid y Larguía, en el norte de la ciudad de Santa Fe. Sin embargo, la preocupación se transformó en temor cuando los insectos comenzaron a atacar a las personas que circulaban por la calle.
La situación obligó a varios vecinos a interrumpir sus actividades diarias. Andrés, dueño de una verdulería en la zona, intentó abrir su local comercial, pero el riesgo era tan alto que tuvo que desistir. "Era impresionante el nivel de agresividad de estas abejas. No pude abrir la verdulería", relató en diálogo con el móvil de AIRE.
Al igual que Andrés, muchos residentes de barrio Liceo Norte sienten la misma frustración y temor de realizar actividades al aire libre. Otra de las vecinas que habló con el móvil de AIRE sufrió en carne propia la gravedad de los ataques.
Cuando intentó salir al patio para cortar el pasto, fue rápidamente rodeada y picada en el cuello, el brazo y otras áreas sensibles. "Tuve que bañarme con agua fría e ir al hospital porque se me hinchaba la cara", recordó la mujer, aún conmocionada.
En el hospital Iturraspe le administraron un tratamiento de emergencia para reducir la hinchazón, y aunque ya no presenta síntomas, la preocupación de que la situación continúe la mantiene en estado de alerta.
casa abejas liceo norte.jpg
Para intentar hacer frente a esta invasión, Hugo, otro vecino, decidió este lunes equiparse con un traje de apicultor y entrar a la vivienda donde se estima que se encuentra la colmena.
Hugo narró en AIRE que las abejas estaban ubicadas en una especie de chimenea, dentro de un espacio de difícil acceso, y que apenas logró documentar la situación antes de ser atacado nuevamente.
"Es una jungla en el patio. No pude ni acercarme sin que me atacaran. Las abejas están ahí y la situación es insostenible", explicó. Sin embargo, la intervención de Hugo no fue suficiente para resolver el problema y quedó claro que se requiere una acción profesional.
Con más de 72 horas de conflicto, los vecinos de Liceo Norte siguen esperando que las autoridades respondan y tomen medidas efectivas. "Ya llamamos a todo el mundo, el número que vos me digas hemos llamado. Y como es un domicilio particular, nadie puede ingresar. Hasta que no se muera una persona, nadie va a hacer nada", concluyó.
