El juicio por el crimen del empresario y financista Hugo Oldani, asesinado tras un asalto ocurrido en su local de la galería Rivadavia, el 11 de febrero de 2020, ya tiene fecha de arranque en tribunales y contará con el paso de al menos 200 testigos citados tanto por Fiscalía, como también por querella y las respectivas defensas.
Según estableció la Oficina de Gestión Judicial de Primera Instancia, el debate tiene previsto comenzar el 13 de febrero próximo, a partir de las 8.30, y se extenderá hasta el 28 de febrero, cuando se conozca el veredicto del tribunal integrado por los jueces María Celeste Minniti, Sebastián Szeifert y Pablo Spekuljak.
El bloque acusador estará conformado por los fiscales Gonzalo Iglesias y Ana Laura Gioria (ambos de la Unidad de Homicidios) y los abogados querellantes, Romeo Díaz Duarte, Esteban Yosen y Agustín Márquez, en representación de la viuda del fallecido, Mónica Guadarrama y su hija, Virginia Oldani. Mientras que la defensa estará dividida entre los abogados Gustavo Abraham y Alejandro Emilio Maggi.
Por su parte, en el banquillo de los acusados estarán sentados el custodio de seguridad, Juan Manuel Ruffino y el relacionista público, Andrés Kaipl, quienes llegarán al debate detenidos e imputados por “homicidio doblemente agravado por ser perpetrado mediante el empleo de un arma de fuego y criminis causae (por ser cometido para procurar su impunidad)” y “robo doblemente agravado por ser perpetrado mediante el empleo de un arma de fuego apta para el disparo y por haber sido cometido en poblado y en banda en grado de tentativa en carácter de partícipe principal y en concurso real”.
Tanto Ruffino como Kaipl serán los únicos integrantes de la banda que cometió el crimen que llegarán a una instancia de juicio oral y público. Anteriormente, Agustina Catherine González (quien era menor al momento de los hechos) fue condenada a 10 años de prisión en un fallo resuelto en el Juzgado de Menores N°1; mientras que Brian Damiani, el campana de la banda, aceptó una condena de 12 años de prisión tras firmar un procedimiento abreviado el 4 de febrero del 2021. En el camino quedó el autor material del crimen, Bruno Figueroa, quien fue encontrado muerto en su celda de la cárcel de Las Flores, el 21 de septiembre del año pasado, a los pocos días de haber empezado a negociar un posible juicio abreviado.
Un robo, un crimen
La secuencia criminal que se ventilará el próximo 13 de febrero tendrá como eje lo ocurrido el 11 de febrero del 2020. Aquel día Ruffino, a las 17.45, trasladó a Figueroa, González y Damiani en su Toyota Corolla blanco hasta la esquina de Tucumán y Rivadavia, y luego continuó con su marcha hasta La Rioja, en donde estacionó frente al ingreso a la galería Rivadavia. Mientras que el trío caminó hasta dicho ingreso.
Damiani quedó como campana en el hall de la galería y Figueroa y González fueron de la mano hasta los locales (29 y 30) de Turismo Oldani Srl en donde se encontraba su propietario Hugo Oldani. Una vez dentro, Figueroa sacó un arma de fuego, forcejeó con el dueño de la empresa, al cual le disparó en la zona del abdomen.
El primero en escapar de la galería y subir al auto de Ruffino fue Damiani, luego se sumó Figueroa y con posterioridad González, los cuales escaparon a toda velocidad hacia la circunvalación. Seguidamente, fueron hasta una vivienda del barrio Los Troncos, en donde los recibió un amigo de Ruffino y con posterioridad llegó al domicilio un auto Fiat Palio gris con dos hombres a bordo, entre los cuales se encontraba –para la Fiscalía y querella– Andrés Kaipl, el cual secundó a la banda.
Los primeros en quedar detenidos fueron Ruffino y Damiani, los cuales fueron apresados cuatro días después del crimen en distintos procedimientos ejecutados por los investigadores de la Sección Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC). Ambos fueron llevados a tribunales e imputados por la entonces fiscal del caso, Cristina Ferraro, que les achacó haber matado a Oldani para consumar el robo.
Detenido e imputado, Ruffino fue el único que optó por prestar declaración y ante el juez Jorge Patrizi sostuvo que aquel día no había participado del crimen, sino que había oficiado como remisero de los jóvenes porque “quería hacerse unos pesos”. Inclusive, en esa audiencia dio a conocer el nombre del autor del disparo, que para ese entonces se desconocía: Bruno Figueroa reveló en ese entonces.
La causa sumó un nuevo capítulo cuando los investigadores del caso lograron la captura de Bruno Figueroa, el 18 de abril de ese año, en una casa ubicada en Gorostiaga al 3700, que fue facilitada por Florencia Priscila Pérez, quien ayudó a Figueroa y a González a ocultarse de la Justicia. Por su parte, González fue atrapada el 2 de junio en Peñaloza y Castelli, en zona norte, luego de una frenética persecución policial protagonizada por agentes del Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional I.
Millones de dólares y pesos desaparecidos
A raíz del homicidio se iniciaron una serie de investigaciones paralelas. Una que apuntó a la venta de divisas extranjeras, tipo cueva financiera, en Oldani Turismo, y la otra que tuvo como eje el desempeño de la fiscal Ferraro, la cual fue apartada de la investigación del homicidio, y los agentes policiales que estuvieron en la custodia de la escena del crimen de la cual desaparecieron millones de dólares y pesos que se encontraban dentro del local.
A raíz de ello, el fiscal federal Walter Rodríguez inició una investigación por intermediación financiera no autorizada que terminó con diez personas procesadas, las cuales fueron identificadas como Virginia Oldani (hija del fallecido), María José Calle (empleada de la firma), Carina Amelia Chelmo, Leandro Javier Forchetti, Flavio Damián Giulioni, Ariel Juan Trucco, Eugenio Francisco Alonso, Marco Molinas, Carlos Nicolás Ciochetto y Carlos Aníbal Bacigaluppo. Todos a la espera de que se fije fecha de juicio en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Santa Fe.
En tanto, por la causa que investigó las irregularidades ocurridas en la escena del crimen, el juez federal Carlos Villafuerte Ruzo procesó a la fiscal Cristina Ferraro por encubrimiento, junto a otros policías y civiles que habrían estado ese día en la galería donde ocurrió el asesinato: José Luis Hernández, Virginia Venetucci y Diego Marcos Medero y los policías Walter Barco, a cargo en ese entonces de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la ciudad de Santa Fe, y el entonces jefe de la División Homicidios de la AIC, Hernán Galán.
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