La acusación se hará en el marco de una audiencia que tendrá lugar en tribunales y la cual está previsto que se realice el miércoles próximo, a horario a definir por la Oficina de Gestión Judicial de Primera Instancia.
En el banquillo de los acusados se encuentran seis hombres y una mujer identificados como Alfonso S., Javier C., Agustín S., Diego P., Atilio D.M., Emiliano V. y María G..Todos investigados por estafas reiteradas y representados por distintos defensores particulares.
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La investigación se encuentra a cargo de la fiscal Bárbara llera, del área de Criminalidad Económica de la Fiscalía de Delitos Complejos y además cuenta hasta el momento tres querellas constituidas a cargo de Alejandro Otte, Ricardo Veglia y Marcelo Lógica.
El fraude, según indicaron fuentes judiciales, alcanza a por lo menos 45 personas que realizaron distintas operaciones inmobiliarias para la adquisición de lotes ubicados en Santa Fe, Sauce Viejo y Arroyo Leyes y cuyas escrituras habrían sido fraguadas.
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Bárbara Ilera, fiscal a cargo de la causa.
En este sentido, se estima que muchos de los lotes fueron vendidos por la organización en más de una oportunidad, pese a que su verdadero titular nunca lo había puesto a la venta.
En cuanto a la maniobra empleada, trascendió que la organización se nutría de información de lotes y propiedades a través del sistema de Catastro que se ocupa de actualizar los datos jurídicos y agro económicos de terrenos y viviendas, entre otras tareas.
Según la denuncia del querellante Ricardo Veglia, los acusados ofrecían terrenos y loteos a través de redes sociales, los cuales estaban a nombre de uno de los detenidos que simulaba ser el propietario.
Luego habrían concretado cesiones de derechos y acciones sobre los inmuebles y hasta impulsados juicios civiles de escrituración o usucapión, asentados en documentación falsa para inducir a engaño a los jueces civiles que tendrían que intervenir.
Tal maniobra, entienden desde la querella, se dio con el objetivo, de que los compradores estafados creyeras que una vez que saliera la sentencia judicial iban a poder escriturar. No obstante, en medio del ardid, firmaban los boletos de compra y venta.