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Policiales Ángel Di María | Los Monos | Rosario Central

El regreso de Ángel Di María y la condena a perpetua a cuatro barras de Los Monos que ejecutaron a Chivo Saravia y planearon las amenazas contra el jugador

Esta semana fueron condenados a penas muy duras Rengo Ficcadenti y otros tres criminales que fusilaron a un miembro de la hinchada.

Ángel Di María será presentado oficialmente como jugador de Rosario Central este lunes, en una conferencia de prensa, como cada vez que un futbolista se suma a este club. Será sin público, recalcaron las autoridades de la institución deportiva.

“La presentación de Ángel con el hincha de Rosario Central será en el campo de juego del Gigante de Arroyito el próximo sábado 12 de julio, en el marco del debut de nuestro equipo en el torneo de primera división, programado a las 16 y ante Godoy Cruz. Allí te esperamos para hacer juntos una vez más, la fiesta más grande del fútbol argentino", agregaron en Rosario Central, en un intento por evitar que se junten los hinchas a recibir a Fideo.

El regreso de Di María a Rosario será una demostración de que la ciudad empezó a superar esa dimensión en la que cualquier cosa, como la llegada de un jugador de la selección, era sinónimo de violencia, de aprietes y de jugadas de grupos narcos para mantener el poder, como intentaron Los Monos.

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Bajo la fachada del fanatismo por el fútbol, los barrabravas tributan la “locura”, porque son filiales de las bandas narco. Esto queda expuesto en todos los intentos que hicieron Los Monos, que domina la barra de Newell’s para lograr que Fideo desistiera de regresar a su ciudad y a su club, algo que lograron el año pasado. El regreso del jugador, que se concreta esta semana, pondrá a prueba si la ciudad comenzó a tener síntomas de cierta “normalidad”.

Ángel Di María
El jugador había desistido de volver a Rosario de manera permanente por las amenazas que recibió.

El jugador había desistido de volver a Rosario de manera permanente por las amenazas que recibió.

El plan para amenazar a Di María fue diseñado por Alejandro “Rengo” Ficcadenti, que era parte de un sector de la banda que pretendía quedarse con el manejo de la hinchada. Este barra planeó el ataque a balazos contra el country donde vivía la familia de Di María y le envió la cabeza de un chancho con un balazo a la hermana del jugador. Luego de estas amenazas, el jugador desistió de volver a Rosario de manera permanente, algo que molestó al gobierno de Maximiliano Pullaro, que salió a decir que el jugador tenía todas las garantías para vivir en la ciudad.

Esta semana Ficcadenti, Guillermo “Chupa” Sosa, Esteban Alegre y Brian Dittler fueron condenados a prisión perpetua por el crimen de otro barra, Nelson “Chivo” Saravia, que fue ejecutado mientras lo filmaban el 23 de octubre de 2021 en su casa de San Nicolás al 3700.

Las duras condenas por este crimen marcan también el intento de la justicia de que no se repitan maniobras tan crueles para ordenar un negocio que nada tiene que ver con el deporte, sino con el narcotráfico y la violencia.

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Todas las atrocidades que le hicieron a Di María este sector de la barra ligado a Los Monos marcan que en Santa Fe podía hacerse cualquier cosa. Podían romper todos los límites, hasta los más inverosímiles. En una entrevista con el ahora concejal electo Juan Pedro Aleart, el jugador advirtió hace unos meses que “hubo cosas graves” que lo hicieron desistir de su regreso a Rosario Central el año pasado, como había prometido.

En la entrevista, el futbolista reveló que además de los disparos y mensajes amenazantes que recibió en su casa en el country Miraflores, en Funes, también ocurrió otra intimidación que nunca había sido denunciada y causó estupor: le habían enviado a la inmobiliaria de su hermana “una caja con la cabeza de un chancho” que tenía “una bala en la frente”, y una nota que decía –según detalló- que si volvía a jugar a Rosario Central “la próxima cabeza iba a ser la de mi hija”.

Barrio Miraflores
Recibió mensajes amenazantes en su casa en el country Miraflores, en Funes.

Recibió mensajes amenazantes en su casa en el country Miraflores, en Funes.

Di María admitió en ese momento que “fueron demasiadas cosas para tomar esta decisión –la de no regresar-, no son papelitos solamente, hubo tiros y cosas graves”.

El contexto en el que se realizaron las amenazas contra Di María fue particular. Se concretaron días después de que Rosario sufriera una serie de ataques “narcoterroristas” que provocaron la muerte de cuatro trabajadores elegidos al azar. Esta situación inédita causó una conmoción tal, que la ciudad quedó durante varios días paralizada, sin servicio de transportes y con todos los comercios cerrados.

En abril de 2022, una funcionaria del Ministerio Público de la Acusación confesó que Alvarado le había enviado a su casa la cabeza de un perro dentro de una caja. Después, su residencia fue baleada. Esta funcionaria investigaba las inversiones y empresas que tenía el narco, cuyo contador era el mismo que tenía el juez federal Marcelo Bailaque, cuya renuncia fue aceptada por el presidente Javier Milei el 1 de julio pasado.

Las amenazas a Di María le iban a servir a “Rengo” Ficcadenti, uno de los condenados esta semana a prisión perpetua, para ganar consenso en la tribuna leprosa para asumir el liderazgo absoluto de la barra, con supuesto el aval del presidente Ignacio Astore, que tuvo un comportamiento vidrioso cuando la banda de Los Monos exhibió una gigantesca bandera el 24 de junio de 2023, durante la despedida de Maximiliano Rodríguez.

Los crímenes en torno a la conducción de la hinchada leprosa se repiten desde hace una década, cuando la banda de Los Monos comenzó a tener una influencia determinante a partir de un uso de la violencia extrema.

Bandera Los Monos Despedida Maxi Rodríguez Newells 2.jpg
La banda de Los Monos exhibió una gigantesca bandera el 24 de junio de 2023.

La banda de Los Monos exhibió una gigantesca bandera el 24 de junio de 2023.

Ficcadenti fue condenado ahora por ejecutar al exjefe de la barra Nelson “Chivo” Saravia, a quien fusilaron en octubre de 2021 con una ametralladora en presencia de niños de 8 y 13 años.

El 25 de marzo de 2023, desde un auto Renault Megane color gris dos personas dispararon al aire y arrojaron un cartel intimidatorio dirigido al padre del jugador que vive en el country Miraflores: “Decile a tu hijo Ángel que a Rosario no vuelva más porque, sino le cagamos matando un familiar. Ni Pullaro te va a salvar. Nosotros no tiramos papelitos. Plomo y muertos tiramos”.

El 3 de abril de ese año, fueron imputados Pablo Acotto, de 35 años, y Sara Gutiérrez, de 23 por haber tirado un escrito amenazante dirigido a Di María. Para el fiscal Pablo Socca, el hecho –al que calificó de intimidación pública– buscaba “infundir temor y generar conmoción en la población”. Y enmarcó la intimidación en la coyuntura que atraviesa la ciudad desde diciembre, donde se cometieron homicidios de trabajadores al voleo y a diario aparecen amenazas al gobierno.

Los antecedentes de Ficcadenti

Ficcadenti está involucrado en otro capítulo de terror. En enero de 2024, El Rengo visitó dos veces a “Guille” Cantero en el penal de Marcos Paz. El 20 de ese mes ingresó a las 9.53 al penal federal, donde regresó dos días después. El contenido de la charla entre ambos miembros de esta organización se desconoce, pero se presume, por el contexto, que había varios proyectos dando vueltas, entre ellos, los ataques contra Di María.

El trabajo de varios fiscales, entre ellos Franco Carbone y Pablo Socca, logró revelar otro capítulo en la trama que tenía a El Rengo como protagonista. En las escuchas telefónicas y las pericias debelaron que este barrabrava había participado junto a Sergio Gabriel “Bebe” Di Vanni en el secuestro del empresario Gastón Tallone, que operaba el puerto de Concepción del Uruguay y aún está desaparecido desde el 8 de julio. Los fiscales enviaron al juez federal Pablo Seró parte de la investigación, que fue clave para que luego el fiscal Carlos Stornelli, quien tomó el caso, dictara la detención e indagara a Ficcadenti y a Di Vanni, quienes ya estaban recluidos en el penal de Piñero, en Santa Fe.

Luego de la trágica muerte del magistrado de Concepción del Uruguay, que se habría suicidado al arrojarse de un edificio, la mirada sobre este sector de Los Monos, que habría participado en el secuestro del empresario desaparecido, está puesta con preocupación, porque no sólo muestra los tentáculos de la banda, sino también las vinculaciones con un universo criminal de alto vuelo, que tiene en este caso detenido a Gustavo Juliá, condenado en 2011 a 13 años por traficar 944 kilos de cocaína en un jet privado a España.

Ficcandenti fue detenido unos días después de que se concretara el secuestro de Tallone. Los fiscales Socca y Carbone ordenaron su detención por las amenazas contra Di María, pero luego se gestó una causa más profunda sobre las maniobras ilícitas de la barra de Newell’s.

Los investigadores apuntaron que bajo el paraguas de Cantero interactuaban varias facciones, como la “oficial”, que tiene como organizador al Leandro Pollo Vinardi, una especie de gerente que a su vez delegaba tareas en su pareja Sabrina Ivana Barrías, hasta que ella fue detenida el 2 de agosto pasado. Hasta entonces se comunicaban por el teléfono fijo que Vinardi tenía en su pabellón de la cárcel de Ezeiza.

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Vinardi alojado en su pabellón de la cárcel de Ezeiza.

Vinardi alojado en su pabellón de la cárcel de Ezeiza.

A la par, la barra “disidente” que intentó copar el paravalanchas con el supuesto visto bueno de Guille Cantero, estaba a cargo de Ficcadenti, considerado el organizador de esa facción. Según expuso la Fiscalía, le había asegurado a Guille que bajo su mando él percibiría un mejor porcentaje del dinero recaudado de las actividades ilícita del grupo. Parte de esta facción también fueron considerados Sergio Gabriel “Bebe” Di Vanni, quien tuvo un rol clave en las amenazas a Ángel Di María que determinaron su decisión de no regresar a jugar a Rosario Central.

Tras sembrar el caos, el propi Cantero se definió por el sector “oficial”, con Vinardi y su pareja al frente, para gobernar la hinchada. El encargado de comunicar estas maniobras era el rapero Diego Cantero, que seguía visitando a Guille.

Según expuso el diario La Capital, los fiscales expusieron la declaración de Ignacio Astore, en la que el presidente de Newell’s mencionó que la relación con la barra se había tensado cuando la dirigencia comenzó a negarle a la barra el permiso para utilizar el estadio cubierto para realizar fiestas electrónicas. A partir de entonces tuvo cruces personales en el club, que escalaron a un ataque a piedrazos contra el Hospital Privado Rosario (HPR), donde trabaja Astore.

Uno de esos encuentros fue con Lucho Gallardo, quien como referente de la barra lo interceptó en el club para ponerlo en comunicación telefónica con Pollo Vinardi. "Esa apretada no me la olvido más. Me pasó el teléfono, no pude negarme", dijo Astore. Vinardi le pidió el estadio cubierto, camisetas, dinero y le dijo que lo piense tranquilo y que lo manejara con Lucho.

La dirigencia también estuvo en medio del conflicto entre las facciones de la barra, cuando el 22 de julio de 2024 antes del partido contra Independiente de Rivadavia le entregaron las 1.700 entradas al grupo disidente comandado entonces por Ficcadenti. En la tribuna se leyó como un “visto bueno” del club a la nueva facción, pero duró poco. Según la Fiscalía, "luego de un intercambio de mensajes y llamados telefónicos", Ficcadenti devolvió las entradas que finalmente terminó administrando Lucho Gallardo. En ese contexto fue atacada a tiros la casa de María Fernanda Corte, vocal del club que mediaba entre la dirigencia y la barra.