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Policiales Servicio Penitenciario | narco | teléfonos celulares

Dirigían el negocio narco desde la cárcel y ahora un fallo les prohíbe utilizar celulares

Se trata de Juan Pedro "Pato" Calderón y Vanesa "La Curandera" Saravia, ambos detenidos en distintas cárceles provinciales y desde donde, según determinaron dos causas judiciales del fiscal federal Gustavo Onel, dirigían el negocio narco.

La resolución se dio luego de un pedido realizado por el fiscal federal Gustavo Onel, que mediante un escrito al que tuvo acceso AIRE, solicitó la inspección de la celdas de Saravia (presa en la Unidad 5 de Rosario) y Calderón (Unidad N°1 de Coronda) tras detectar que ambos internos digitaban desde la prisión maniobras vinculadas al narcotráfico.

Tal inspección se concretó este viernes y fue ejecutada por personal de Asuntos Internos del Servicio Penitenciario que tras inspeccionar las respectivas celdas encontró que tanto Calderón como Saravia tenían en su poder celulares.

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Coronda, la Unidad Penitenciaria donde ocurrió el suceso.

Coronda, la Unidad Penitenciaria donde ocurrió el suceso.

Los procedimientos fueron a raíz de que el fiscal detectó, en dos investigaciones que tramitaron por separado, que ambos narcotraficantes continuaron con el negocio narco pese a que se encontraban detenidos. En el caso de “La Curandera” desde el 2019 por la tenencia de 147 kilos de cocaína de máxima pureza; y Calderón desde el 2021 por el almacenamiento de 191 kilos de marihuana que estaban ocultos en una casa del barrio San José.

Negocios intramuros

En su dictamen, el fiscal Onel puso al tanto al juez sobre los preparativos que realizó “Pato” Calderón para la llegada de un cargamento de marihuana a la ciudad de Santa Fe y cuya logística fue realizada por una expareja del narcotraficante, identificada como Natalí R. (vinculada también a una causa de la Justicia provincial por usurpaciones).

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Los panes de marihuana que fueron encontrados en la casa que usurpó Calderón.

Los panes de marihuana que fueron encontrados en la casa que usurpó Calderón.

“Cuchá gordo, mañana si si llega blancanieve al mediodía, ¿qué vamos a hacer…o espero a que vos te levantés?”, le preguntó la mujer a Calderón, a lo que el santafesino -preso en Coronda- le respondió: “Esperá a que yo me levante, esperá a que me levante, así hacemos las cosas, yo te voy a decir lo que tenés que hacer”.

Ese cargamento, al que hicieron alusión tanto Calderón y R., nunca pudo ser encontrado por los entonces investigadores de la Policía Federal que a destajo trataron de encontrar el punto de llegada del mismo. De igual manera y al cotejar el tenor de las escuchas y audios encontrados en un teléfono de Natalí R., el fiscal pidió la indagatoria de ambos por el delito de confabulación tras entender que realizaron actos preparativos para la distribución de drogas.

En lo que respecta a la “Curandera” Saravia, el fiscal ligó a la jefa narco con un reciente procedimiento que ejecutó la Gendarmería Nacional en una vivienda de Alberti al 3900 de la ciudad de Santa Fe en donde el pasado miércoles por la madrugada desbarataron un punto de venta de cocaína que era regenteado por Verónica Celeste Frías, condenada en 2019 en el Tribunal Oral Federal de Santa Fe por tener en su poder 16 kilos de cocaína cuando viajaba en un colectivo por la autopista, a la altura de Sauce Viejo.

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La Curandera Saravia y su esposo, Alejandro Albaristo. Ambos condenados por liderar una banda

La Curandera Saravia y su esposo, Alejandro Albaristo. Ambos condenados por liderar una banda "narcoumbanda".

Por esa causa, Onel no solo pidió la indagatoria para Frias sino también para Saravia tras tener información que esta última tenía vinculo el más de medio kilo de cocaína que se encontraba en el interior de la casa de Frías.

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La droga secuestrada en el procedimiento.

La droga secuestrada en el procedimiento.

Sumado a ello, existen una serie llamadas detectadas en un teléfono que utilizó Saravia en la Unidad 5, donde se encuentra alojada, y con el que mantuvo contacto con otro hombre y con el cual dialogó sobre presuntas maniobras vinculadas a la distribución de drogas.

Respuestas carcelarias

El dictamen del fiscal también puso la lupa sobre la posición que adoptó el personal del Servicio Penitenciario en dos oportunidades en que investigadores de distintas fuerzas llegaron a la cárcel de Coronda o la Unidad 5 de Rosario para requisar las celdas de Calderón y Saravia.

En el caso de Calderón, cuando los agentes de la Policía Federal fueron hasta el penal por la llegada del "cargamento" de drogas, el 1 de noviembre del 2021, no pudieron ejecutar rápidamente la requisa ya que cuando llegaron hasta la puerta de la unidad carcelaria el personal les informaron que los internos del pabellón, en el que estaba alojado Calderón, se encontraban de “recreo”, pese a que había una orden de un juez federal que ordenaba la inmediata inspección de la celda. Recién una hora después pudieron entrar los detectives de la PFA pero al llegar a la celda solo encontraron el cargador de un teléfono.

Lo mismo sucedió cuando investigadores de la Unidad Investigativa Antinarcóticos de la Policía de Santa Fe quisieron, en 2020, entrar al penal de mujeres de Rosario en donde estaba Saravia para secuestrar el teléfono que en ese entonces usaba la mai umbanda y que según sospecharon tuvo contacto con el viudo de Adelfa Volpes, Reinaldo Wabeke: preso por integrar la banda de la Curandera y además por circular con cinco kilos de cocaína por la autopista.

Bajo esas circunstancias, entre otras, el fiscal Onel, solicitó al juez Rodríguez el inmediato secuestro de los teléfonos de Calderón y Saravia, como así también ordene a los directores de cada establecimiento penitenciario “impedir que las personas mencionadas, se comuniquen con el exterior sin un adecuado control”.