Su nombre es Leandro Eluney Berti González, el cual junto con Ivo Meza (27) y Maximiliano Zarate (30) fueron formalmente imputados en tribunales por un asalto ocurrido dentro de una vivienda de Monseñor Zaspe al 3000, ocurrido en junio pasado y cuyas víctimas fueron un hombre y una mujer de 88 y 85 años.
La imputación se dio en el marco de una causa que encabeza la fiscal Gabriela Arri que acusó Meza y Zarate de ser coautores de robo calificado por el uso de arma y por ocasionarle a la víctima lesiones graves, por ser cometido en poblado y en banda, por efracción y por escalamiento. En el caso del jugador de fútbol, la fiscal lo acusó ser partícipe necesario de la maniobra delictiva sucedida el 12 de junio cerca de las 4.30 de la madrugada.
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Los cuatro ladrones tras quedar a disposición de la Policía de Investigaciones.
Los tres fueron detenidos el pasado miércoles tras seis allanamientos realizados por detectives del Departamento Operativo de la Policía de Investigaciones (PDI) en Rosario y la ciudad de Santa Fe.
Golpiza brutal
Según estableció la investigación que realizó la PDI, Meza y otro hombre, aun sin detener, ingresaron a la vivienda del matrimonio por los techos. Dicho ingreso se dio desde una cochera lindera y fue facilitado, creen los investigadores, por el futbolista Berti que guardaba su auto dentro del inmueble.
Una vez adentro, los delincuentes fueron hasta la habitación del matrimonio y los abordaron con total violencia. En el caso de la mujer, uno de los hampones la sujeto y la maniató. Mientras que el abuelo se llevó la peor parte al ser atado y brutalmente golpeado en su rostro y distintas partes del cuerpo.
Los ladrones luego le abrieron la puerta del frente a un tercero, que para la Fiscalía fue Zarate y otro delincuente aún no identificado. Ambos revisaron la propiedad y se alzaron de un botín de millones de pesos, miles de dólares y monedas de oro, según revelaron fuentes policiales a AIRE. Concluida su faena criminal, los delincuentes se fueron por la puerta del frente y se dirigieron hasta calle 4 de enero, en donde se subieron a un Volskwagen Fox y huyeron hacia zona norte.
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El matrimonio, por su parte, fue rescatado horas después y en el caso del hombre debió ser trasladado al hospital José María Cullen ante la brutal golpiza sufrida. Inclusive, un mes después debió ser nuevamente intervenido quirúrgicamente y actualmente su estado es delicado.
Secuelas de la inseguridad
Si bien el matrimonio logró salir vivo de la salvaje entradera, las consecuencias del asalto fueron un antes y después en sus vidas. “Mi papá era un hombre que preparaba charlas porque estaba intelectualmente bien. Pero ahora está discapacitado”, comentó al respecto la hija del matrimonio este viernes ante el juez Lisandro Aguirre previo a la imputación de la fiscal Arri.
“Lo destruyeron”, agregó la mujer y destacó que su padre se quedó sin vista por los golpes sufridos por parte de los delincuentes. “No puede ni ver la televisión, no puede leer el diario ni agarrar sus libros”, acotó.
Finalmente, remarcó que sus padres permanecen con mucho temor por lo ocurrido y a determinada hora del día piden que se cierren las ventanas. “Tienen terror de que queden sueltos”, concluyó en alusión a los delincuentes.
