Dos tipos se colocan uno frente a otro con una mesa de por medio. Después, se abofetean mutuamente, por turnos. Con la mano abierta, directamente a la mejilla, como marcan las reglas. Y deben aguantar estoicamente cada golpe sin girar la cara, hasta que uno de ellos se rinde. O queda noqueado.
Vasily Kamotsky, de 28 años y 160 kilos, dejó knockout a todos sus contrincantes para llevarse los 30.000 rublos del primer premio del primer campeonato de cachetadas o bofetadas.
Leer más►
“Yo en realidad fui para ver el espectáculo, pero mis amigos me aconsejaron que participara y me lancé”, cuenta por teléfono el joven Kamotsky, cuya intención inicial era otra: ver al famoso levantador de potencia ruso Kirill Sarychev, uno de los organizadores del evento.
Kamotsky, asegura que “hace mucho que dejé de ir al gimnasio y no manejo ninguna técnica de golpes”, además dice ser bastante pacífico y no meterse nunca en peleas.
Con una poblada barba de color pajizo, Kamotsky, reconoce que el pelo sobre la cara quizá pudo ayudar un poco a amortiguar los golpes. “Pero las bofetadas dolían igual”, dice el hombre, que se ha convertido en una especie de héroe local.
Leer más►
Denís Kiyutsin, responsable de la organización del Siberian Power Show, explica que vieron uno de esos torneos de bofetadas en Estados Unidos por televisión. “Así que cuando planificamos el festival pensamos crear un escenario un poco más divertido, y se nos ocurrió el concurso de bofetadas. El año que viene, dice, repetirán.
Fuente: elpais.com
Dejá tu comentario