Ropa barata, moda viral y delivery directo desde China. Esa es la fórmula con la que Shein y Temu ganaron terreno en el consumo digital argentino. Las plataformas chinas seducen con precios que parecen imposibles y un catálogo que cambia todo el tiempo. Pero la calidad de lo que llega, muchas veces, deja mucho que desear.
Shein vs Temu en Argentina.
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Moda china low cost: lo que nadie te cuenta de comprar en Shein y Temu
Desde que el Gobierno argentino flexibilizó el régimen de importaciones, el furor por estas plataformas no para de crecer. Según datos de la Aduana, más de 300.000 paquetes por mes ingresan al país bajo la modalidad “courier puerta a puerta”, y una gran parte proviene de estas tiendas.
En un contexto económico donde renovar el guardarropa en locales nacionales implica una inversión considerable, comprar online desde China se volvió una opción cada vez más elegida, sobre todo por adolescentes y jóvenes adultos. Pero, ¿realmente conviene?
Lo que seduce: precios bajos, talles para todos y moda viral
- Precios ultracompetitivos: se pueden conseguir conjuntos deportivos desde $18.000, jeans por $25.000 o vestidos por menos de $30.000. En comparación, una prenda similar en un shopping argentino puede superar los $100.000.
- Enorme variedad de estilos y talles: hay desde XS hasta talles plus size, algo que muchas marcas locales aún no ofrecen con fluidez.
- Tendencias en tiempo real: Shein y Temu lanzan miles de nuevos ítems cada semana, siguiendo lo que marcan TikTok e Instagram.
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Lo que preocupa: calidad, devoluciones e impacto ambiental
Pese a la emoción de la compra, el resultado puede ser una lotería.
- Calidad dudosa: muchas prendas llegan con costuras mal hechas, materiales sintéticos que se desgastan tras un lavado o talles que no coinciden con lo esperado.
- Devoluciones engorrosas: aunque ambas plataformas ofrecen políticas de devolución, en la práctica pueden ser lentas o requerir gastos adicionales.
- Impacto ambiental: según estudios internacionales, la industria textil genera más emisiones de CO que el transporte aéreo y marítimo juntos. Y el fast fashion, con devoluciones masivas, agrava el problema.
Un experimento reciente, publicado por Huffington Post, reveló que muchas devoluciones de Shein y Temu terminan abandonadas en vertederos o vendidas en mercados paralelos. Algunas incluso fueron rastreadas hasta África o Asia a través de GPS ocultos.
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Shein vs Temu: ¿cuál conviene más?
Conclusión rápida:
- Elegí Shein si querés moda viral a buen precio, con más chances de acertar en calidad.
- Probá Temu si buscás variedad, artículos para el hogar o electrónica, sabiendo que el riesgo de fallar es más alto.
Consejos para comprar sin frustraciones
No compres por impulso: entrá con una lista o idea clara.
- Leé las reseñas: las mejores pistas están en las fotos de usuarios reales.
- Chequeá materiales: preferí algodón o fibras mixtas, evitá lo 100% sintético.
- Poné un tope de gasto: si llega mal, que no duela.
- Pagá con medios seguros: como PayPal o tarjetas que permitan reclamos.
¿Alternativas más sustentables?
Frente a este consumo acelerado, cada vez más personas se vuelcan a:
- Ferias americanas y de segunda mano
- Marcas locales con producción responsable
- Moda circular y trueque entre amigos o en redes
"La relación con la ropa cambió: ya no se compra por necesidad, sino por deseo. Eso genera ansiedad y acumulación innecesaria", explica la asesora de imagen Camila Lemos. "El desafío es reconectar con el valor simbólico de cada prenda."
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El lado B: impacto en la industria nacional
El crecimiento del fast fashion importado también es un golpe a la economía local. En Argentina, el 1,5% del empleo formal está vinculado al sector textil e indumentaria. Frente a productos importados que llegan sin arancel y sin controles de calidad, la competencia se vuelve desleal.
Países como Francia ya tomaron cartas en el asunto: aplican impuestos ecológicos a las prendas de fast fashion y promueven sistemas de “eco-puntuación” para evaluar su impacto.
Shein y Temu ofrecen acceso a ropa moderna y accesible, pero también plantean desafíos en cuanto a calidad, sustentabilidad y producción ética. La clave está en informarse, elegir con conciencia y no dejarse llevar solo por el precio.
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