Los expertos sugieren que un placard constantemente desorganizado no solo habla de las costumbres, sino también del estado emocional y mental.
LEER MÁS ► Adiós al suavizante para el lavado de ropa: el aderezo de cocina superbarato que deja tus prendas como nuevas
El desorden como espejo de nuestras emociones
La psicología ambiental y del comportamiento nos dice que nuestro entorno suele ser un reflejo de lo que ocurre dentro de nosotros. Un armario crónicamente desordenado podría ser una señal externa de:
- Mente poco organizada: Dificultad para estructurar pensamientos o tareas.
- Estrés o ansiedad: Un estado de agobio constante.
- Indecisión: Problemas para tomar elecciones o dejar ir cosas.
- Desmotivación o baja autoestima: Sentimientos de desánimo o poca valoración personal.
Además, muchas personas guardan ropa que ya no usan "por si acaso" o porque les cuesta desprenderse de ciertas prendas. Esto puede estar relacionado con temores inconscientes al cambio, la necesidad de tener todo bajo control, o incluso duelos no superados. Así, el armario se convierte en un refugio de recuerdos, inseguridades o etapas de la vida que no se quieren cerrar.
Ropa, tendencia en invierno 2025 (2).jpg
Hay personas que nunca pueden mantener su ropero ordenado.
LEER MÁS ► Pocas personas lo saben: ¿Para qué sirve poner un vaso con arroz dentro del ropero?
Otra interpretación común es que el desorden en el guardarropa es una forma de eludir responsabilidades. Ponerlo en orden implica tomar decisiones, enfrentar lo que ya no sirve, elegir y actuar. Por eso, posponer esta tarea podría revelar una tendencia a evitar situaciones incómodas o desafiantes, algo frecuente en quienes sufren de ansiedad o bloqueos emocionales.