El concepto de cronoalimentación fue creado por el nutricionista francés Alain Delabos en 1986. Este especialista recomienda adaptar la dieta a los ritmos biológicos que experimenta nuestro organismo a lo largo del día ya que, en su opinión, los nutrientes no se asimilan o transforman de la misma forma por la mañana que por la tarde o la noche.
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De acuerdo con los principios de la cronoalimentación, el cuerpo humano requiere la presencia de dos aminoácidos esenciales: por la mañana, tirosina, y por la tarde y noche, triptófano. La tirosina se encuentra en proteínas animales de carnes magras y también en verduras o huevos, por lo que sería ideal tomarlos a la hora de la comida. Por otra parte, el triptófano se halla en el pavo, pollo, los lácteos, pescado azul y en el plátano, entre otros alimentos. Los productos ricos en triptófano mejoran la regulación del sistema nervioso y nos relajan, por lo que son ideales para tomarlos por la noche.
Por otro lado, nuestro organismo está diseñado para seguir el refrán ‘Desayuna como un rey, come con un príncipe y cena como un mendigo’. “Lo ideal sería consumir el 60% de los alimentos antes de las 17:00 horas e ingerir el 40% restante antes de las 21:00 horas”, sostiene Josep Antoni Tur Marí, catedrático del Área de Fisiología de la Universidad de las Islas Baleares y CIBEROBN (Instituto de Salud Carlos III) y experto de InfoAlimenta.
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