Nacida en Rosario, Santa Fe, en 1895, el amor por los aviones de Amalia Celia Figueredo se manifestó después de que hiciera un vuelo de bautismo con Jorge Newbery –el padre de la aeronáutica nacional– y, en una época donde era raro que las damas condujeran hasta un auto, el 1 de octubre de 1914, con solo 19 años, obtuvo su licencia de piloto, la primera que se le otorgó a una mujer en el país y en el subcontinente.