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Actualidad Los 50 años del Túnel Subfluvial | Túnel Subfluvial |

La “isla flotante” llegó desde Holanda y fue una máquina clave en la construcción del Túnel Subfluvial

Los 50 años del Túnel, capítulo 4 | Héctor Micheloud habló de "la isla flotante", la impresionante máquina que llegó desde Holanda para contribuir a la construcción del Túnel Subfluvial en la colocación de los tubos.

Héctor Micheloud trabajó controlando el armamento en la obra del Túnel Subfluvial, que en diciembre de este año cumple 50 años de su inauguración. El túnel fue la obra de ingeniería más importante de Sudamérica. Unió los dos océano e incorporó la mesopotamia argentina al resto del país.

Para su construcción fue fundamental la llegada del pontón hidráulico flotante, conocido como “la isla flotante”, al que se lo nombró Río Paraná. Viajó por el mar desde Holanda hasta Argentina. En la actualidad la máquina se encuentra en Chile.

Imagen de la “isla flotante” llegada desde Holanda, utilizada para colocar los tubos del túnel.
Imagen de la “isla flotante” llegada desde Holanda, utilizada para colocar los tubos del túnel.

“Se pudo traer la isla flotante pagándose a menor precio de lo calculado porque fuimos eximidos de los impuestos de importación. Lo hizo el despachante de aduana Claudio Bortolucci. Se hizo de acuerdo a la ley 17.194 del año 1967 que eximía a todos los equipos que se compraban para la construcción del túnel”, dijo Micheloud a Aire Digital.

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La máquina, que costó unos 8 millones de dólares de la época; tenía 38,60 metros de eslora, 30 metros de manga y 3 metros puntales (que es el alto del pontón), además de 4 patas, una en cada extremo, que permitían que el pontón subiera y bajara sus patas si estaba flotando. “Las patas tocaban el fondo del río y ahí se podía trabajar”, contó Micheloud. Esta isla flotante sirvió para la ubicación de los tubos, a partir de la colocación del cuarto y hasta el final.

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“Todo el mundo dice que los tubos son iguales y no lo son”, sostuvo Micheloud. “Hubo una pequeña diferencia en los cabezales. Si entras en el túnel y ves la bajada, para que esté esa pendiente hubo que hacerle una pequeña modificación en la cabecera de los tubos donde se acoplan. Si no, el tramo hubiera sido recto. Tiene unos centímetros menos. No se sacaba cualquier tubo. Por ejemplo, se ponía el tubo 17 y no se podía poner el 19, había que poner el 18 que era el que tenía esa inclinación. Son 36 tubos iguales menos el 37 que se construyó in situ”, detalló.

En la entrevista con Luis Mino, el trabajador de la obra del Túnel contó una divertida anécdota del viaje de la isla flotante hasta nuestro país.

“En el medio del mar una tormenta sacudió tan fuerte a la isla flotante que tuvieron que soltar los cabos de amarre. Quedó sola en el medio del mar y cuando pasó la tormenta la fueron a rescatar. Me lo contó el ingeniero Vega”, relató.

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El túnel continúa siendo la obra fluvial más destacada de la región. Sin embargo, a pesar de estar instalado en el Paraná desde hace medio siglo, todavía hay quienes no lo conocen.

“Vega me dijo ‘creí que lo había visto toda la gente’ y no. Hasta el día de hoy sigue llegando gente a conocer el túnel”, sostuvo Micheloud.

Y relató: “Hacía poco que lo habíamos inaugurado. Ya estaba la residencia escolar para los chicos que venían de Entre Ríos y Santa Fe a conocer el túnel y un día, cuando iba caminando hasta la oficina de relaciones públicas, vi una hilerita de chicos sentados en un cordón. Estaban dentro del área de la residencia mirando hacia el peaje. Todos los chiquitos sentados. Les dije ‘¿qué hacen ahí?’ y me dijeron ‘estamos mirando ver pasar un auto a través del otro’. Nosotros somos de un obraje cerca de Federal en Entre Ríos y el único auto que entra es el del patrón”.

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Para finalizar este capítulo, el invitado le entregó a Luis Mino un pin que le acercó uno de los hijos de un ex director del túnel, cuando el Subfluvial se llamaba Hernandarias, en honor al último representante del espíritu hispano de la conquista en el Río de la Plata.

Túnel Hernandarias.
Túnel Hernandarias.

Escuchá la entrevista completa:

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