En los complejos cálculos para realizar la obra del Túnel Subfluvial, que el 13 de diciembre cumplirá los 50 años de su inauguración, no se usaron computadoras. “Al principio nosotros no teníamos calculadora y agradezco a mi maestra porque hacíamos los cálculos a mano. Multiplicábamos, restábamos y sumábamos, y también usábamos teodolitos, un instrumento de medición mecánico y óptico”, contó Héctor Micheloud, quien trabajó en la obra de construcción -que comenzó en 1964- y luego fue empleado del túnel durante 43 años.
En realidad, todavía no existían las computadoras modernas -el microprocesador se introdujo a principios de los años 70’- pero en la construcción del túnel su utilizó la tecnología de punta de la época.
“La alineación de los tubos del túnel, por ejemplo, se hizo con equipos láser. Uno estaba en la isla hidráulica flotante y el otro en el edificio de ventilación del lado de Entre Ríos”, contó Micheloud.
En la obra, además, se utilizaron las dragas más grandes del mundo: la número 9 -la más importante a nivel mundial- y la draga Mariana -que supervisaba Micheloud y era la tercera más grande-. Es que había que dragar el lecho de uno de los ríos más caudalosos del mundo.
El túnel se construyó unos cuatro metros por debajo del lecho del río y va por debajo de la tierra.
En esta entrevista con Luis Mino, Micheloud contó cómo fue trabajar en esa obra, mostró los planos e informes preliminares y las historias de cómo viajaban los santafesinos a Paraná antes de que se terminara el túnel.
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