menu
search
Internacionales Coronavirus | Nueva York | Santa Fe

Desde Nueva York, el crudo relato de un santafesino que se enfermó de coronavirus

En esta ciudad de Estados Unidos ya murieron más de 5.400 personas por coronavirus. Naselli, que está en la "Gran Manzana", también se contagió y le contó a Aire de Santa Fe sus experiencias en una ciudad atravesada por el miedo.

"Es una pelea hora por hora", aseguró Carlos Naselli, un santafesino que nació en Felicia y se enfermó de coronavirus en Nueva York, la ciudad que más casos tiene a nivel global, donde cursó en soledad toda la enfermedad. En una entrevista con Aire de Santa Fe, contó en primera persona cómo es enfermar de covid-19.

Editada coronavirus Nueva York Centro Médico Maimónides.jpg
El Centro Médico Maimónides es uno de los lugares en los que se atiende a los pacientes infectados con coronavirus en New York.

El Centro Médico Maimónides es uno de los lugares en los que se atiende a los pacientes infectados con coronavirus en New York.

- ¿Hace cuantos años que vivís en Nueva York?

- Pasó dos meses por año en Nueva York porque tengo una actividad comercial, en el rubro de la importación de alimentos. En la Argentina vivo en Bahía Blanca.

- ¿Cómo te contagiaste de coronavirus?

- Intuyo y tengo casi la certeza de que me contagié a través de un señor que estornudó mientras yo pagaba un peaje regresando de New Jersey a Manhattan. Cuando me entregó el ticket justo estornudó, era el 20 de marzo. Dos días después, era un domingo, comencé a sentir cierto ardor en la garganta y tos. También percibí que perdí rápidamente el olfato, tuve mucha colitis y dolor de cabeza. Llamé al sistema de salud y tuve una videoconferencia con dos médicos. Me pidieron que mantuviera la calma y me preguntaron si estaba nervioso y tenía miedo. Les dije que sí y también que trataba de mantener la calma. Me enviaron dos médicos a mi domicilio en el Bronx. También me contacté con el médico del consulado argentino.

Leer más ► Nueva York: una ciudad fúnebre, con récord de muertes

- ¿Hace cuántos días que te contagiaste?

- Creo que estoy cursando el día 19 desde cuando me contagié. Cuando llegué al centro de salud, al principio me resistía a ir, me revisaron tres médicos y enseguida me colocaron una inyección en la espalda, directo al pulmón (recuerdo que el fármaco se llama cetriaxone). Me quedé unas ocho horas en ese centro para que observaran cómo era mi evolución y también me hicieron placas radiográficas.

Editada coronavirus Nueva York.jpg

- ¿Cómo evolucionaron los síntomas?

- Tenía un dolor muy fuerte en los pulmones. Podía controlar mi respiración pero estaba solo. Lo bueno es que yo me preparé muchos años para mantenerme tranquilo en situaciones de crisis. Hacía ejercicios de respiración para ver cuantos segundos aguantaba sin respirar. Es importante confirmar que uno puede aguantar entre 25 y 30 segundos para confirmar que la capacidad pulmonar está bien. Pero me preocupé cuando sentí mucho dolor en la zona de la espalda; es decir, en los pulmones.

- ¿Te quisieron internar?

- Los médicos me advirtieron que se venían días muy duros y querían internarme porque yo estaba solo. Pero acordamos que me quede en el departamento de mi hermano Cristian en Manhattan. Fueron días muy difíciles, con mucho dolor y pérdida de sensibilidad en el cuerpo. El dolor fue muy fuerte en los pulmones y en la cabeza. Empezás a temblar y no lo podés controlar. Es una pelea hora por hora. Mi familia y mis amigos me ayudaron muchísimo, pero a veces estás tan agotado que no podés leer ni hablar. También me ayudó Dios, soy creyente.

nueva-york-coronavirus
Nueva York, desolada por el coronavirus.

Nueva York, desolada por el coronavirus.

- ¿En esos días difíciles, pensaste cuando te ibas a dormir que quizás no te levantabas?

- Y la verdad que lo pensé. Mi médico me dijo que de los siete pacientes que estaba siguiendo yo fui el único que no tuvieron que intubar. Me dijo realmente estoy muy feliz que puedas estar saliendo de esta enfermedad y me contó que perdió dos amigos por el coronavirus. Es duro, y uno no está exento de pasar de un estado serio a un estado crítico. Les quiero decir a todos los que tengan que pasar por esta situación que piensen que no están solos, a pesar de que están confinados, pero no aislados, el contacto con la familia ayuda mucho.

Cuando vino el doctor me dijo que yo me acostumbré a convivir con 39° y 40° de fiebre y eso no era normal, no estaba bien. Por eso se me secaban los labios y me golpeaba contra las paredes.

- ¿En qué cosas te apoyaste en estos días tan difíciles?

- Me desperté a las 3 de la madrugada porque estaba soñando con un autito que me había hecho me padre, cuando era chico. Y en ese auto, cuando soñaba, me estaba yendo hacia la luna y no podía parar, porque sentía que tenía un peso encima que me impedía salir del auto. Cuando me desperté, lo que pasaba era que tenía la sábana toda mojada encima del cuerpo y no podía sacármela. No tenía fuerza. Logré levantarme, bañarme y controlar la respiración, porque temblaba. Cuando vino el doctor me dijo que yo me acostumbré a convivir con 39° y 40° de fiebre y eso no era normal, no estaba bien. Por eso se me secaban los labios y me golpeaba contra las paredes. El médico de mi familia me dijo que no me tenía que entregar, que tenía que seguir luchando y no caer en el pesimismo de que no iba a poder salir.

- ¿Podías descansar?

- En el pico de la enfermedad se duerme muy poco y uno tiene miedo de quedarse dormido porque no sabés si vas a poder reaccionar. Todo el tiempo trataba de retroalimentarme de cosas positivas, recordaba a mi familia a mis amigos. No hay que entregarse. El 28 de marzo me hicieron el tratamiento con la medicación y después vinieron cuatro días muy duros. Gran parte del día me la pasaba en la cama y tenía que hacer un verdadero esfuerzo para tomar agua y alimentarme.

Leer más ► El Gobierno Nacional recomienda el uso de barbijos caseros y lanzó un manual para su elaboración y uso

- ¿En qué momento devino la esperanza?

- Soy una persona de mucha fe y siempre tuve esperanza. Hay dos canciones que ponía con volumen alto: Resistiré y Color Esperanza. Lo hice varias veces, cuando me podía levantar. El mensaje que quiero transmitir es tengan confianza en ustedes mismos.

nueva_york_coronavirus.jpg
En el estado de Nueva York, el número de infectados alcanza las 140.000 personas.

En el estado de Nueva York, el número de infectados alcanza las 140.000 personas.

- Carlos, están llegando muchos mensajes de personas que fueron cadetes tuyos. Nos cuentan que no pueden dejar de escucharte.

Estoy muy emocionado con los mensajes de mis cadetes del Colegio Militar. Yo también tengo muchos recuerdos de mis profesores y estoy usando este tiempo en soledad para recordar y agradecer a todas las personas que me formaron en la vida y muchos de ellos están en Santa Fe y en los pueblos de la provincia.

- Estoy leyendo un mensaje que dice: "Carlos es un héroe". Él salvo a un grupo de un helicóptero que cayó y él se lanzó a recoger a las personas en ese accidente.

- La vida me dio la oportunidad de ayudar a muchas personas. En este contexto, lo mío es insignificante. Los médicos, los enfermeros, las personas que están cocinando ahora para todos los enfermos, esos son los verdaderos héroes. Hay muchos héroes silenciosos en el marco de esta pandemia.

- ¿Cómo fue el accidente de ese helicóptero? ¿Te dieron una distinción por tu actuación en ese accidente?

- Es cierto me dieron una distinción que entrega el Ejército y también el gobierno nacional. Cayó un helicóptero en el que viajaba altos mandos del Ejército peruano. Lamentablemente falleció la mayoría. El general Andrioli estaba en ese helicóptero. Yo lo conocía porque a veces lo veía en la cancha de Colón. Lamentablemente, a pocos metros de aterrizar el helicóptero cayó y logramos rescatar al piloto, dos oficiales y una persona más. El resto, desgraciadamente, fallecieron todos. Eran unas 20 personas. Pudimos sacar a estos cuatro pero después explotó el helicóptero y no pudimos hacer nada más.

Leer más ► Un santafesino en Nueva York: "En cada hospital hay camiones frigoríficos llenándose de cuerpos diariamente"

- ¿En Nueva York escuchás las ambulancias?

- Es permanente. Estoy en el centro de la ciudad y se escuchan todo el tiempo. El departamento de mi hermano está al lado de dos hospitales y permanente ingresan ambulancias y llega un punto en el que uno se pregunta por qué no me va a pasar a mí.

- ¿Es verdad lo de los camiones frigoríficos guardando los cadáveres y también lo de las personas mayores que mueren solas en sus departamentos en Nueva York?

- Sí, es verdad. Por eso la importancia de cuidarse y no perder el contacto con nuestros ancianos, con los cuales a veces no hablamos. Hay un decreto que sacó el gobernador de Nueva York, que es un gran líder. La orden acá es cremar a las personas porque no se sabe cuánto tiempo el virus queda en el cuerpo en una persona fallecida. Es una dura realidad, ayer me llamo mi contadora y me contó que perdió a su tía que vivía en Manhattan. La llamábamos todos los días, me contó, pero esta mañana no respondió porque había fallecido en su departamento. Hay muchas personas así, por eso es importante no perder el contacto con ellas. Este es el momento de levantar el teléfono y estar conectados. Preguntarles si están bien, si tienen los medicamentos que necesitan, los alimentos. Los argentinos somos muy solidarios y este es el momento de demostrarlo. Este es el momento de sacar ese corazón de león y luchar juntos.

En la entrevista, Naselli pudo hablar unos minutos con su amigo Francisco Cajal, el actual director del Liceo Militar de Santa Fe. "Es un hermano de la vida y pasamos cientos de noches hablando y compartiendo", aseguró Naselli.

- ¿Cuándo te dan el alta Carlos?

- Me faltan algunos días para que me den el alta. Tienen que hacerme un análisis para ver la carga viral en sangre. Y lo bueno es que voy a tener la oportunidad de donar sangre y plasma para ayudar a las personas que están infectadas. Es mi deber como hombre y creo que tengo que devolverles algo a las personas que me han atendido. La ciudad de Nueva York se hizo cargo de todos los costos económicos para atender la enfermedad. Mi teléfono está abierto las 24 horas para cualquier persona que se enferme y necesite ayuda.

En la entrevista, Naselli pudo hablar unos minutos con su amigo Francisco Cajal, el actual director del Liceo Militar de Santa Fe. "Es un hermano de la vida y pasamos cientos de noches hablando de la vida", aseguró Naselli.

"Es una alegría escuchar a mi viejo capitán Carlos Naselli -destacó Cajal-. Es un referente como persona y como profesional para todos nosotros. Siempre le ha tocado estar en lugares en donde hubo mucha acción. Hoy le toca este combate, que estoy seguro que con la fuerza que tiene lo va a sobrellevar".

Volvé a mirar la entrevista completa

Desde Nueva York, el crudo relato de un santafesino que se enfermó de coronavirus

Dejá tu comentario