La albahaca es la reina indiscutida de las plantas aromáticas en verano. Su perfume intenso y sus hojas verdes y brillantes son el toque final perfecto para ensaladas, pastas, pizzas y hasta tragos refrescantes. Pero, aunque parece fácil de cuidar, el calor y algunos descuidos pueden hacer que se marchite antes de tiempo.
Si alguna vez viste que tu planta de albahaca se puso triste, con hojas caídas o menos aroma, no sos el único. El exceso de sol, el riego inadecuado o una maceta sin buen drenaje suelen ser los culpables de que pierda fuerza y se vea apagada.
Además, cuando la albahaca florece demasiado pronto, sus hojas se endurecen y pierden ese perfume tan característico. Por eso, conocer sus necesidades es clave para que se mantenga fresca, frondosa y lista para cosechar durante todo el verano.
Los cuidados para una albahaca saludable en verano.
Los cuidados clave para una albahaca sanay aromática
Luz, pero con cuidado: A la albahaca le encanta el sol, pero si el calor es extremo, conviene protegerla de los rayos más fuertes del mediodía. Si la tenés en maceta, podés moverla adentro durante las horas más intensas.
Riego frecuente: La tierra debe estar siempre húmeda, pero nunca encharcada. Lo ideal es regarla a la mañana y asegurarte de que la maceta tenga buen drenaje para evitar que las raíces se pudran.
Poda regular: Cortar las puntas cada semana estimula el crecimiento de hojas nuevas y evita que florezca antes de tiempo. Si ves que aparecen flores, sacalas enseguida para que la planta siga produciendo hojas tiernas y aromáticas.
Fertilizá con abono suave: Cada 15 días, agregá un poco de abono orgánico para darle fuerza y mantenerla bien verde.
Con estos cuidados simples, tu planta de albahaca va a estar siempre lista para darle sabor y aroma a tus platos favoritos. No solo vas a disfrutar de su perfume en la cocina, sino que también vas a sumar un toque verde y fresco a tu casa o jardín.
La clave está en observarla todos los días y ajustar el riego y la luz según el clima. Así, vas a tener una albahaca fuerte, frondosa y con ese aroma inconfundible que transforma cualquier receta.