El abono natural que necesita el jazmín para florecer todo el verano sin parar
Los abonos naturales hechos en casa pueden ser tus grandes aliados a la hora de hacer que tus plantas florezcan como nunca. Acá, lo que necesitás para que tu jazmín se luzca.
La cáscara de banana aporta potasio, el mineral clave para estimular la floración del jazmín.
El jazmín es una de las plantas favoritas para balcones, patios y jardines por su perfume inconfundible y su capacidad para florecer abundantemente cuando recibe los cuidados correctos. Entre los trucos caseros más efectivos aparece un ingrediente que casi siempre termina en la basura: la cáscara de banana.
Rica en nutrientes y fácil de aplicar, ayuda a fortalecer la planta y a prolongar la producción de flores durante los meses cálidos.
Por qué la cáscara de banana ayuda al jazmín a florecer más
La cáscara de banana es una fuente natural de potasio, un mineral clave para la etapa de floración. Este nutriente mejora la circulación de agua en la planta, fortalece tallos y hojas, y favorece la producción de botones florales más firmes y duraderos.
Además, su liberación lenta permite que el jazmín aproveche los nutrientes de a poco, manteniendo un crecimiento sostenido. También aporta trazas de calcio y magnesio, que ayudan a que la planta tolere mejor el sol fuerte del verano y se recupere más rápido del estrés hídrico.
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Un fertilizante natural, económico y perfecto para que la planta mantenga flores durante todo el verano.
Cómo preparar el abono casero de cáscara de banana para tu planta de jazmín
Colar y usar ese “té de banana” para regar una vez cada 10 días.
Este método entrega nutrientes de manera más rápida y es ideal para plantas en maceta.
2. Cáscara triturada en la tierra
Secar las cáscaras al sol o en horno bajo.
Procesarlas hasta obtener un polvo fino.
Mezclar 1 cucharada en la tierra alrededor del jazmín.
La versión seca funciona como fertilización lenta y mejora la estructura del sustrato.
Cada cuánto aplicar este abono a tu planta de jazmín
Durante la primavera y el verano, se recomienda usar el abono casero cada 10 a 15 días. En invierno, reducir a una vez al mes o suspender según el clima. Lo ideal es acompañar el fertilizante con riegos regulares y buena exposición solar.