El aloe vera es una de las plantas favoritas en los hogares argentinos. No solo por sus propiedades medicinales, sino también porque es fácil de cuidar y siempre queda bien en cualquier rincón. Sin embargo, con el paso del tiempo, sus hojas pueden llenarse de polvo, mancharse o incluso ser atacadas por hongos y plagas.
Pero hay un secreto de jardinería que muchos usan y que está al alcance de todos: el bicarbonato de sodio. Este producto, que seguro tenés en la cocina, puede hacer maravillas por tu planta.
El bicarbonato funciona como un limpiador natural. Cuando lo mezclás con agua y lo aplicás sobre las hojas, elimina el polvo, la suciedad y hasta restos de cal que se acumulan, sobre todo si la planta está en ambientes húmedos o con poca ventilación.
Además, su efecto alcalino ayuda a prevenir la aparición de hongos e insectos como cochinillas, pulgones o el temido moho blanco. Así, tu aloe vera no solo se ve mejor, sino que también está más protegida.
Aloe vera
Dónde poner el aloe vera para atraer la energía positiva.
Cómo preparar y aplicar la mezcla de bicarbonato
El procedimiento es muy sencillo y no requiere productos caros ni difíciles de conseguir. Solo necesitás:
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
1 litro de agua
Disolvé el bicarbonato en el agua y, con un paño suave o un pulverizador, limpiá las hojas de tu aloe vera por ambos lados. Es importante no pasarse con la cantidad: si usás demasiado, podés resecar la planta.
Con este truco, el aloe vera recupera su brillo natural y las hojas se ven más firmes y de un verde intenso. También ayuda a neutralizar olores si la maceta está en el interior de la casa.
En pocas semanas, vas a notar que la planta está más saludable y resistente, lista para seguir decorando y aportando sus beneficios.