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Espectáculos Comic | mujeres | Industria

"Mujeres en refrigeradores": El último recurso argumental machista en los comics

Las "mujeres en refrigeradores" es un tropo muy común del cómic, fruto del origen machista de la industria. Esta forma tan perezosa de poner en marcha la trama es el tema central de muchísimas historias en la cultura popular.

No hay dudas que las expresiones culturales son un fiel reflejo de la sociedad y el mundo del comic no escapa a ello. Desde la década dorada del comic hasta nuestros días, los personajes femeninos han ocupado distintos roles en las historias, pero estos roles nunca han sido desde un espacio de poder ni de un modo triunfal.

Durante la Época Dorada del cómic (1930 a 1940) la industria introdujo a uno de los íconos más grandes de la historia. La primera aparición de Superman en Action Comics #1, lo describían fuerte, inteligente, valiente, recto y justo. Es el superhéroe perfecto. Un año después de su debut se incorporó el elemento más importante para la mitología del personaje. Lois Lane, reportera del mismo diario en el que trabaja Clark Kent, es infinidad de veces secuestrada para ser posteriormente rescatada y puesta a salvo por el héroe. Este gesto establecería el recurso más común de aquella época para la representación de la mujer en los comics, la llamada “damisela en peligro”. Una mujer frágil, dependiente y que representaba los intereses románticos del héroe.

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Con la llegada de Wonder Woman, el patrón sufrió un gran cambio. Una amazona fuerte que decidió dejar su natal Temiscira ante la amenaza de la Segunda Guerra Mundial para llegar al mundo del hombre y luchar a su lado. Pero no todo es color de rosa, puesto que este cambio de rol supuso un daño en lugar de un avance real, viéndose claramente en el vestuario de Diana Prince reflejo de la explotación del cuerpo femenino y el sexismo, herramienta utilizada por más de tres décadas.

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Con la llegada de villanos representados por gánsteres, ladrones, nazis o rusos que encarnaban la maldad, se originaron algunas de las historias más reconocidas en las cuales las mujeres se encontraban en situaciones extremas, rozando lo sádico o cruel. Tal es el caso del ataque que dejaría parapléjica a Batgirl en La Broma Asesina de Alan Moore. Este recurso seguiría siendo usado como motivación de la trama del héroe.

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En 1994 en el comic #54 de Green Lantern, Kyle Rayner llega a su departamento y encuentra una nota de su novia Alexandra DeWitt, donde le avisa que hay una “sorpresa” en su refrigerador. Al abrirlo se encuentra con el cadáver de DeWitt brutalmente asesinada por el villano Major Force. Alexandra DeWitt y Kyle Rayner estaban juntos incluso antes de que Kyle recibiera el anillo y se convirtiera en Linterna Verde.

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Al leer esto, la escritora de cómic Gail Simone se dio cuenta de un patrón que se repetía constantemente dentro de la industria en la que trabajaba: las mujeres en los cómics solían sufrir y morir solo con el propósito de darle un pasado trágico o una motivación a un superhéroe masculino, tratándolas como si fueran recursos narrativos desechables. Tras comentarle esta impresión a algunas de sus amigas, también fanáticas de las historietas, confirmó que ellas también lo creían.

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Simone denominó este fenómeno como “mujeres en refrigeradores”, en homenaje a Alexandra DeWitt, y creó un sitio web con el mismo nombre. Allí, la autora recopiló en una lista cientos de casos de superheroínas que han sido torturadas, abusadas, violadas, despojadas de sus poderes e incluso asesinadas solo para darle un empuje a la trama de un superhéroe o sólo por el factor de shock que implicaba su sufrimiento y el efecto que este causaría en las ventas del comic.

La creación del tropo “mujeres en refrigeradores” y su página web no se libró de polémicas, argumentando que a los personajes masculinos también los torturaban y mataban. Ante esta situación, John Bartol escribió el artículo llamado Dead Men Defrosting (hombres muertos descongelados) en el cual contestó a esta queja de los fans explicando que sí, los personajes masculinos también morían, pero siempre vuelven con las energías renovadas y nuevas habilidades especiales. La tragedia los convierte en una versión mejorada de sí mismos. Por el contrario, cuando las heroínas sufren este tipo de ataques por parte de los villanos no corren la misma suerte.

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Para dar un ejemplo de ello, se toma el comic “Batman Knightfall” vs. “La Broma Asesina”. En el caso del primero, cuando Bane le rompe la espalda a Bruce Wayne, el Príncipe de Gótica eventualmente se recupera y vuelve a su rol de Caballero de la Noche, mientras que en La Broma Asesina, Bárbara Gordon pierde su movilidad en las piernas a causa del disparo del Joker y debe crear una identidad nueva como superheroína desde las sombras con el nombre de Oracle.

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Aunque la industria se ha esforzado en combatir este fenómeno, dándole mayor relevancia a superheroínas y personajes femeninos, todavía hay algunos casos en comics modernos. Aún así debemos destacar que han surgido muchos personajes femeninos contemporáneos como Kamala Khan, heroína de origen musulmán, Jessica Drew, heroína y madre al mismo tiempo, Carol Danvers, Laura Kinney y Gwen Stacy entre otras, las cuales son hoy protagonistas con publicaciones propias, no personajes secundarios o damiselas en peligro al ser desarrolladas íntegramente tanto por escritores, dibujantes y editores hombres como mujeres.

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