En una entrevista para el programa Milla Extra, el especialista Martín Castro explicó por qué Vaca Muerta ya marca récords, qué falta para su despegue total y cómo podría superar al agro en generación de dólares.
Con apenas el 10% de su desarrollo, Vaca Muerta alcanzó récords productivos y proyecta un fuerte impacto económico hacia 2031.
En el marco del ciclo especial de Energía del programa Milla Extra, de AIRE Negocios, dentro del segmento "La Brújula", donde se analizan los sectores estratégicos de la economía, Martín Castro, editor de VacaMuerta.ar y creador de la plataforma VacaMuertaMotorArgentino.Fopea.org, trazó un diagnóstico preciso sobre el presente y el futuro del complejo energético argentino.
Castro aseguró que Vaca Muerta ya se consolidó como el principal motor de crecimiento del sector energético, aunque todavía se encuentra en una etapa inicial de su desarrollo.
En 2025, la formación alcanzó niveles de producción récord y explicó buena parte del cambio de tendencia en la balanza energética del país.
Uno de los primeros conceptos que aclaró el especialista fue que Vaca Muerta no es una región ni un yacimiento puntual, sino una enorme formación geológica ubicada a unos 3.000 metros de profundidad, donde se extraen hidrocarburos no convencionales mediante técnicas de shale.
“Vaca Muerta no es un lugar, sino una formación geológica que está a 3.000 metros bajo tierra”, explicó Castro, al remarcar que su extensión y características la convierten en uno de los reservorios más importantes del mundo.
La propiedad de los recursos pertenece a las provincias, con Neuquén como actor central, mientras que empresas locales como YPF lideran el desarrollo del sector.
En la actualidad, con apenas el 10% del potencial explotado, la formación ya explicó el 68% de la producción nacional de petróleo.
Durante 2025, el sector energético argentino alcanzó niveles de producción no vistos en casi tres décadas. Según Castro, este desempeño marcó un punto de inflexión luego de años de estancamiento.
“Pensemos que Vaca Muerta recién está en un 10% de su desarrollo”, señaló, al poner en perspectiva los números actuales frente al potencial que todavía queda por desplegar.
Este crecimiento permitió reducir importaciones, mejorar la balanza energética y sentar las bases para un salto exportador que comenzará a consolidarse en los próximos años.
Uno de los ejes centrales de la entrevista fue el impacto macroeconómico que podría tener Vaca Muerta en el mediano plazo. De acuerdo con proyecciones del Banco Central y la Bolsa de Comercio de Rosario, el sector energético podría generar entre US$ 30.000 y 40.000 millones anuales hacia 2031.
“En 2031 Vaca Muerta podría generarle a la economía nacional más dólares que el agro”, afirmó Castro, al destacar la magnitud del cambio estructural que esto implicaría para la Argentina.
El desarrollo del Gas Natural Licuado (GNL) apareció como una de las claves del futuro. La construcción de plantas, nuevos gasoductos y oleoductos hacia la costa permitiría exportar energía a gran escala, resaltó.
Castro también destacó el papel de las empresas proveedoras, muchas de ellas radicadas en Santa Fe, que forman parte de la cadena de valor energética.
Logística, transporte, metalmecánica e insumos industriales se volvieron áreas clave para acompañar el crecimiento del sector energético.
Según explicó, numerosas firmas santafesinas se adaptaron y se especializaron para abastecer a la industria del petróleo, el gas y la minería, aportando valor agregado y empleo calificado.
La entrevista también permitió conocer el detrás de escena de VacaMuertaMotorArgentino.Fopea.org, el proyecto impulsado por Castro tras una convocatoria de FOPEA. La iniciativa buscó traducir datos técnicos complejos en visualizaciones claras y accesibles.
El objetivo fue pedagógico: explicar qué es Vaca Muerta, cómo se extraen los recursos, cómo funciona el fracking y por qué la formación se convirtió en un eje central de la economía.
Con un enfoque didáctico y estratégico, la plataforma propuso contar la historia del sector energético como el posible motor de desarrollo argentino para la próxima década.
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